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Homenaje a Walter Benjamin en Nueva York

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ada año el Museo Judío de Nueva York ofrece a sus visitantes exposiciones de gran interés. Este 2017 se engalana con una retrospectiva de la pintora y poeta estadunidense Florine Stettheimer (1871-1944), cuyo trabajo fue elogiado, entre otros, por Marcel Duchamp. Se agrega una instalación con cientos de ositos Teddy y otros juguetes de peluche del artista Carlo Magne Palestine, que parodia la iniciación de los jóvenes judíos a la pubertad.

Además, con The Arcades: Contemprary Art and Walter Benjamin rinde homenaje al filósofo y escritor alemán (1892-1940), agudo crítico de la modernidad europea. Se centra en el proyecto que comenzó en 1927 como una obra breve sobre los pasajes comerciales del París del siglo XIX, novedosos espacios de tránsito entre dos calles construidos en forma de bóvedas hechas especialmente de hierro y vidrio y que el filósofo pudo visitarlos ya decadentes. Muchos sirvieron para concentrar el comercio callejero de un París socialmente efervescente, antes de la modernización que impuso el barón Haussmann.

The Arcades es un collage de citas, notas y reflexiones sobre la vida urbana del París de esa época, que Benjamin consideró como la capital de la cultura, el comercio y el origen del consumismo. A elaborarlo le dedicó más de una década y lo dejó inconcluso al suicidarse huyendo de los nazis en un pequeño pueblo de España. El voluminoso manuscrito se salvó gracias a George Bataille, quien lo resguardó en la Biblioteca Nacional. Fue publicado en su versión alemana en 1982 y en español en 2005 por Ediciones Akal.

La muestra explora la importancia que en el XIX significaron los pasajes y su relevancia actual a través de 36 obras de artistas contemporáneos relacionadas con los temas que analiza Benjamin: de la moda a las construcciones de hierro, de las muñecas a Karl Marx. Y está hecha para que el espectador vea la obra como un flaneur, ese paseante sin rumbo del París del siglo XIX que disfruta sus objetos, sus edificios, las ideas.

Para Benjamin, el flaneur tenía a los pasajes como uno de sus lugares preferidos de observación. Considera a Charles Baudelaire el perfecto flaneur y el cronista de la modernidad. Las referencias al poeta sobresalen en la muestra, que incluye un retrato que le hizo Mary Reid Kelley. Hoy el flaneur sería el arquetipo del artista que mira críticamente el mundo que lo rodea.

Los pasajes parisinos son precursores de los actuales centros comerciales, recreados en la muestra con las fotografías de Lee Friedlander. En esta época de neoliberalismo salvaje, cobra vigencia la crítica de Benjamin a la modernidad. Algunas obras que se incluyen en este homenaje al pensador universal, así lo expresan de distinta forma. Trátese de Nueva York o de la caótica Ciudad de México.