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Falta de empleo o rentas altas obligan a citadinos a montar empresas móviles

Ofrecen servicios desde vender ropa o bolsas para dama hasta colocar uñas de gel

Para instalar un negocio en forma se debe cubrir una serie de requisitos, dicen

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Capitalinos han acondicionado sus autos ante la imposibilidad de rentar un local o contar con empleoFoto Mirna Servín Vega
 
Periódico La Jornada
Lunes 5 de junio de 2017, p. 33

Delia era representante de un laboratorio médico. Su trabajo en la zona de hospitales de Tlalpan le daba para vivir sin apuro hasta que le dejaron de pagar sus comisiones. Ahora estaciona una combi desde las 6 de la mañana, para alcanzar lugar, afuera de la escuela de sus hijos. En el vehículo adaptó una mesa y repisas para poner uñas decoradas de acrílico en lo que los niños salen de clases.

Como ella, cientos de capitalinos han acondicionado sus autos ante la imposibilidad de rentar un local o contar con empleo. Cada vez es más común observar vehículos adaptados en distintas partes de la ciudad.

Aquí en el centro de Tlalpan, una renta sale carísima y por eso todo te cuesta más en un salón. Por ejemplo, yo cobro a 150 el esmalte acrílico y en la estética de la calle de arriba cuesta 100 pesos más, explica.

Dice que en un principio ponía las uñas en su domicilio, con una cita de por medio, pero desde hace tres semanas llega con su combi, aparta un lugar en una calle saturada de autos, pero cuya ubicación le permite recoger a sus dos hijos de la escuela a las 12:30 y trabajar dos horas más con ellos en la parte delantera de la camioneta. Sólo así puede ganar dinero y ser una mamá presente, platica mientras coloca un polvo brilloso en la punta de las uñas de una clienta.

En Azcapotzalco, Raúl estaciona su auto de modelo antiguo en uno de los parques más concurridos de esta delegación. Él no necesitó infraestructura especial para su coche. Tan sólo abrió su cajuela y una ventanilla para colgar camisetas con el logo Chivas campeón. Son poco antes de las 11 de la mañana del domingo y el automovilista, que recién instaló su negocio, ya vendió una playera. En este mismo parque se pueden observar autos con las cajuelas abiertas llenas de árboles bonsáis y por la tarde, otros con ropa y bolsas para dama y regalos.

A unas calles de ahí, entre semana, una señora también aprovecha la salida de la escuela para instalarse afuera de una primaria privada y una iglesia para ofrecer chalecos, blusas y suéters de talla grande. A unos pasos de la esquina hay dos negocios formales de ropa de dama, con quienes compite por la clientela. Por la tarde, ella ya no está.

Y es que montar un negocio, explican, requiere no sólo el pago de la renta, para la que la venta no alcanza, sino un permiso de la delegación, un medidor de luz con tarifa comercial y un programa de protección civil, entre otros requisitos. Dicen que les alcanza para tener auto, pero no para lo demás.

Incluso, la gasolina parece tener un costo más razonable para contra con un puesto ambulante dentro de la economía informal.

Por las noches, una camioneta pick up roja adaptada recorre varias colonias de la delegación Cuauhtémoc, por cuyo megáfono se escucha: Oiga usted, venimos ofreciendo elotes grandes, elotes tiernos, bien preparaditos. Venga usted. También traemos esquites, patitas y mollejas con harto, harto chile y con harto, harto limón. Acérquese usted.