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Este fin de semana se tocarán los clásicos de consolas en la Filarmónica de París

Llegan a las salas de concierto los tonos pegajosos de Tetris y Super Mario Bros

La Sinfónica de Londres también tocará en honor de Nobuo Uematsu, compositor de Final Fantasy

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En esta imagen de 1990 se observa el adictivo juego Tetris, cuya música se basa en la canción folclórica rusa Korobeiniki Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 17 de junio de 2017, p. 8

París.

Los sonidos electrónicos de Tetris, Donkey Kong y otros videojuegos que definieron a varias generaciones, y que algunos no considerarían música, han llegado a las salas de conciertos.

De los primeros ping.... ping del revolucionario Pong, de Atari (1972), a los sonidos, estribillos pegajosos y las partituras se construyó el universo musical en los videojuegos que es parte esencial de la emoción que disfrutan los jugadores. La música de los juegos, con su cultura, subcultura y fans florece ahora por su cuenta, lejos de las consolas donde nació.

Este fin de semana los asistentes a las salas de la Filarmónica de París gozarán de los sonidos de una orquesta de cámara y la Sinfónica de Londres, que tocarán música de videojuegos en homenaje al compositor japonés de Final Fantasy, Nobuo Uematsu.

No vendrán a apretar botones ni a controlar personajes, sino a disfrutar de la música y los recuerdos que despierta: como las horas en el sofá con Game Boy, Sonic the Hedgehog y el siempre lozano Mario.

Cuando juegas un videojuego vives esa música todos los días y penetra tu ADN, dijo Eimear Noone, la directora del espectáculo inicial del viernes, programa de dos horas con Zelda, Tomb Raider, Medal of Honor y otros favoritos que se remontan en algunos casos a la década de 1980.

Esos temas hacen regresar a la gente a ese momento. Se emocionan, realmente se emocionan, es increíble.

Fechar el origen de la música para videojuegos depende de cómo se define. Los eruditos de esta música –que sí, existen– señalan algunos hitos cruciales en el camino hacia el sonido envolvente actual.

El golpeteo cardiaco de Space Invaders (Taito, 1978), que se aceleraba a medida que descendían los extraterrestres, era adictivo y provocaba sudoración en las palmas.

El Pac-Man, de Namco, lanzado dos años después, abría el apetito con su tonada inicial y es tan venerada que en 2013 surgió un remix de Dweezil Zappa, hijo del roquero Frank Zappa, y el compositor de música para videojuegos Tommy Tallarico.

Basada en la canción folclórica rusa Korobeiniki, la música de Tetris de 1984 también ha llevado a muchísimos remixes, incluido Tetris Meets Metal, con más de 2.2 millones de visitas en YouTube.

Para 1985 la pegajosa música de Super Mario Bros, la aventura clásica del plomero Mario y su hermano Luigi, dio fama al compositor Koji Kondo, conocido por su trabajo en Legend of Zelda. Ambos juegos forman parte del programa del concierto de Retrogaming en París. Kondo fue la primera persona contratada por Nintendo específicamente para componer música para sus juegos, de acuerdo con el libro de 2013 Music and Game.

Noone, quien se ha dado a conocer por su trabajo musical en World of Warcraft, Overwatch y otros juegos, señaló que las limitaciones tecnológicas de las primeras consolas, su memoria reducida, sus chips rudimentarios y sus sonidos crudos, obligaron a los compositores a destilar sus piezas hasta el núcleo melódico, porque lo tenían que programar nota por nota.

Pero lo simple también puede ser memorable. ¿Cómo olvidar las primeras notas de la Quinta Sinfonía de Beethoven?

En parte por eso esta música tiene un lugar en el corazón de la gente y ha sobrevivido, dijo Noone sobre la música de videojuegos. Conmueve a la gente.

Este año se cumple el 30 aniversario del primer concierto de música de videojuegos: el Ensamble de Cuerdas de Tokio interpretó Dragon Quest en el salón Suntory de Tokio, en agosto de 1987. Ahora hay al menos seis espectáculos de gira con música sinfónica de videojuegos, apuntó Noone.

Esta es la mejor manera, la más divertida, de introducir a los niños a los instrumentos de orquesta, subrayó. Quizá sea la primera vez que están tan cerca de un chelista, y eso me emociona mucho.