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Desempolvan organizadores una serie de obras realizadas por el artista entre 1969 y 1973

Echan a andar en San Luis Potosí el arte cinético de Federico Silva

La idea original era hacer una muestra documental, pero el maestro quería ver las esculturas funcionando, cuenta el curador Aldo Arellano

Fue pionero en la incorporación de sonido, movimiento, luz y rayos láser en sus piezas, que ponderan la estética del movimiento, explica

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En la MFSAC se exhiben 30 piezas; sin embargo, hay más obra en la bodega del maestro Silva, ubicada en TlaxcalaFoto cortesía del recinto
 
Periódico La Jornada
Domingo 25 de junio de 2017, p. 2

Para la nueva exposición del escultor Federico Silva (Ciudad de México, 1923) en el museo que lleva su nombre en San Luis Potosí, los organizadores entraron a la bodega de su taller en Tlaxcala para desempolvar una serie de obras realizadas entre 1969 y 1973, dentro de la corriente del arte cinético que, en su momento, fueron exhibidas en los museos de Arte Moderno (1970), Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad (1971) y del Palacio de Bellas Artes (1972). Por supuesto, fue necesario repararlas y echarlas a andar.

La idea original era hacer una exposición más documental, con bocetos e imágenes de esculturas producidas en diferentes partes. Sin embargo, el maestro insistió en que mejor quería ver las piezas funcionando. Qué no fuera una muestra didáctica e histórica, sino una exhibición verdaderamente de arte cinético, expresa Aldo Arellano, curador y museógrafo de Arte cinético: Federico Silva, momento de un principio de investigación.

Nos metió en un lío, continúa el entrevistado. “Seleccionaba algunas piezas y el maestro me decía: ‘esta está muy pobre. Mejor llévate esa otra’”. Fue un reto, porque Arellano, dada su edad, no acudió a las muestras arriba mencionadas, ni vio las piezas funcionando. La única referencia que tenía era la plática de don Federico, así como las entrevistas y los textos que pudo conseguir.

Reinterpretación acertada

Ya en el Museo Federico Silva Arte Contemporáneo (MFSAC) hicimos una reinterpretación de las obras. Yo estaba preocupado porque no sabía si realmente así funcionaban. Sin embargo, el artista quedó muy contento. “Dijo, incluso, que había superado sus expectativas. Hemos tenido pequeños problemas con algunas piezas; no obstante, el maestro me dijo que no me preocupara, porque en el Museo de Arte Moderno tuvo más problemas que los que tuve. ‘Se pueden solucionar porque son problemas mecánicos que no dependen de ti’”.

En la MFSAC se exhiben 30 piezas, sin embargo, hay mucha obra más en bodega. Si Arellano –realizó su tesis de licenciatura sobre dicho arte cinético– quería exhibir los bocetos es porque en ellos se muestra cómo eran los aparatos de Silva, porque hacía anotaciones del tipo, con eso se va a producir un arcoiris o con éste vamos a hacer efectos lumínicos. Todo está documentado.

Para Arellano, don Federico ha sido pionero y protagonista fundamental del cinetismo en México: “Arte cinético con movimiento, con motores electromecánicos porque anteriormente estaba en exposiciones como en la Ruta de la Amistad (1968), sin embargo era más arte óptico-cinético. El maestro no sólo trabajó con lo electromecánico, sino también con el sol y el aire. Empezó a hacer móviles y muchos comenzaron a compararlo con Alexander Calder, quien era diferente. Julio Le Parc había montado una exposición en el Museo de Arte Moderno un año antes. Luis Cardoza y Aragón escribió que la de Silva era mucho más compleja, más rica en novedad e ingenio.

Luego, Silva empezó a incorporar el sonido, el movimiento, la luz y el rayo láser. Éste último era una novedad y el artista lo utilizó para hacer el primer mural abstracto en México, Historia de un espacio matemático (1980), en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México. También trazó con rayo láser el mural Principio de la cueva de Huites (1996), ubicado en el interior de la presa Luis Donaldo Colosio, en Choix, Sinaloa.

Según Arellano, el arte cinético de Silva es el antecedente de la nueva escultura contemporánea mexicana. No obstante sus 93 años, el expositor siempre ha sido un artista que se arriesga: Empezó como ayudante de David Alfaro Siqueiros, fue pintor de tema crítico-político, pasó a lo figurativo, después cambió a la abstracción, de allí al cinetismo, la escultura, y ahora está con la gráfica digital. Siempre busca otro reto.

Decano en activo

En el acto inaugural, el crítico de arte Luis Ignacio Sáinz recordó que hasta hace poco el MFSAC, fundado en 2003, fue el único espacio museográfico especializado en escultura en América Latina. Ahora tiene un alma gemela en Brasil. Además, está dedicado a reflexionar sobre la escultura contemporánea a partir de la producción de Federico Silva que, decano del arte mexicano en activo y el más relevante creador que tiene el país, más allá de quienes pudieran tener cierta notoriedad o una fama pública más dilatada, aunque no tengan una obra de esta envergadura que respalde su mérito y talento.

Armando Herrera Silva, secretario de Cultura de San Luis Potosí, pidió a los visitantes imaginar a un Federico Silva joven, atrevido, que durante años de intensa búsqueda logró comprender, interpretar el lenguaje del movimiento y traducirlo en piezas de arte. Imaginemos un mundo convulsionado por el auge de la televisión y la expansión de la cinematografía. Para el maestro Silva resultaba fundamental atraer una corriente de aire fresco que renovara las expresiones estéticas de México, país inserto en una etapa de transformación industrial, económica, política y cultural de grandes proporciones, acotó el funcionario.