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Tocó el turno a Las batallas en el desierto, para el ciclo Leo... luego existo

En este país se necesitan más lectores que balas, dice Juan Manuel Bernal
 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de junio de 2017, p. 8

Al releer la novela Las batallas en el desierto (1981), de José Emilio Pacheco (1939-2014), para el ciclo Leo… luego existo, le dieron a Juan Manuel Bernal muchas ganas de hacer lo mismo con otros libros del poeta, ensayista y traductor.

Así lo hizo saber al público que llenó ayer la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, ya que en vez de seleccionar fragmentos de la novela corta el actor optó por leer hasta dónde se pueda en el tiempo asignado, y así dejar a los espectadores que no lo hubieran leído con la curiosidad de terminarlo. Hacerlo sería un gran regalo para mí, para el maestro José Emilio, para las letras y para este país que necesita mucho más lectores que balas, precisó Bernal.

A fin de disfrutarlo juntos, el histrión urgió a los presentes a dejar sus celulares en la bolsa, en el modo avión, para que no se distraigan. Les juro que no pasa nada por no revisar Facebook, Twitter e Instagram por 40 minutos. Así podremos meternos de verdad en el universo que nos propone el maestro.

Antes de su participación, el actor comentó a los medios que había leído Las batallas en el desierto como estudiante de secundaria/preparatoria. Releerlo lo remontó a su adolescencia: Cuando lo leí la primera vez no había amado con tal intensidad; sin embargo, con el paso de los años y la experiencia, digamos, quizá comprendí más a ese niño (Carlos, de unos 10 años, se enamora de la mamá de su mejor amigo). Y, claro, con la nostalgia del tiempo, la pérdida de mis padres, todo este espejo que Pacheco hace de la ciudad, esta narración del México de los años 50 del siglo pasado. Es un manifiesto de la sociedad de esos tiempos.

Al entrevistado le resultó terrible releer el libro y de repente darme cuenta de que las cosas de las que habla son exactamente las que vivimos, las mismas inundaciones, la manera en la que habla del presidente Miguel Alemán, parece que habla del que tenemos ahorita. Muchas cosas no han cambiado. Por otro lado, recuerdo mi infancia, mi adolescencia. Me identifico con muchas de las cosas, como los comerciales, los autos de los que habla, las calles, también la relación de la familia.

La lectura de Bernal fue muy entusiasta, incluso cantó las primeras estrofas de la canción Obsesión, de Pedro Flores, transcritas por Pacheco al principio del tomo. El argumento del libro se desarrolla en 1948 y, entre otras cosas, toca los problemas del gobierno de Miguel Alemán. Ante la mención de la fasificación de medicinas y vacunas, Bernal levantó la cabeza y preguntó: ¿No les suena?

Al final de la presentación regaló tres libros, incluso incluyó su propio ejemplar, ante la demanda del público que tuvo que contestar la pregunta planteada. ¿Cómo se llama el protagonista?, resultó demasiado sencillo, de allí que los presentes le pidieron una pregunta más compleja. ¿Díganme uno de los los programas de radio que existían en la época en cuestión? ¿De quién era secretario o amigo de Miguel Alemán el padrastro de Jim? Allí, Bernal rectificó: “Eso es como preguntar de quién era el caballo blanco de Napoleón?

El actor también entregó un reconocimiento al profesor Arturo Rosales Ayala y a sus alumnos de la Universidad Justo Sierra. En seguida, Bernal firmó libros y se tomó la foto con la concurrencia.