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Se le administran ansiolíticos ‘‘por prescripción médica’’

Hablantín, medicado y de buen talante
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El ex mandatario veracruzano durante la audiencia en GuatemalaFoto Ap
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Periódico La Jornada
Miércoles 28 de junio de 2017, p. 3

Guatemala.

Sonriente, con barba y más peso, Javier Duarte de Ochoa reconoció estar consumiendo ansiolíticos y otros medicamentos ‘‘por prescripción médica’’.

A poco más de dos meses de haber sido capturado en esta nación centroamericana, con base en una solicitud de detención con fines de extradición, el ex gobernador de Veracruz cambió su actitud con respecto a la primera vez que compareció ante los tribunales guatemaltecos.

En abril pasado llegó rasurado, más delgado y molesto porque no quería que las cámaras de televisión y fotográficas lo captaran en momentos en que lo revisaban corporalmente o cuando descendía del vehículo penitenciario en que fue trasladado de la cárcel de Matamoros a las instalaciones judiciales.

Ayer, se tomó tiempo para pedir ‘‘calma’’ a sus custodios y con ello dejar que lo fotografiaran o videograbaran; también para decirle a una mujer que tuviera cuidado porque podía tropezarse con una puerta: ‘‘¡Cuidado, jefa, cuidado!’’, le recomendó en el tribunal.

Volteaba a cada grito de ‘‘¡Javier!, ¡Javier!’’, o ‘‘¡gobernador!’’ Incluso respondió algunas preguntas de los reporteros.

–¿Lo han visitado?

–Nadie.

–¿Le han escrito sus familiares, señor?

–Sin comentarios.

–¿Ya lo tratan bien en la cárcel de Matamoros?

–Sin comentarios.

En la audiencia realizada ayer se supo que ya tiene un colchón para dormir y lo están medicando por problemas renales; consume ansiolíticos (tranquilizantes) y para ello sus abogados tuvieron que promover algunos recursos legales.

Una vez que estuvo cerca del vehículo penitenciario, Javier Duarte de Ochoa soltó de buen humor: ‘‘Llegó mi Uber… Ayúdame, jefe!’’, y, esta vez, aunque tenía las manos esposadas ya no cayó al piso de la camioneta en que fue regresado a la prisión de máxima seguridad de Matamoros.