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Políticos, intelectuales y medios reprueban que en vez de trabajar insulte en redes

Enardecen en EU dichos vulgares de Trump contra dos periodistas

En medio del escándalo, el Congreso aprueba medidas contra migrantes; pendiente, el Obamacare

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Protesta afuera de la Corte de Nueva York, que discutió y aprobó la restricción a viajeros de seis países musulmanes. La Casa Blanca definió ayer qué visas otorgará a quienes tienen vínculos familiares o de negocios en EUFoto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 30 de junio de 2017, p. 22

Nueva York

El día empezó con insultos vulgares del presidente, siguió con la amenaza de anular el acceso a servicios médicos para millones de personas y concluyó con la aprobación de medidas punitivas contra migrantes. Otro día en el reino de Donald Trump.

Los insultos del presidente contra dos periodistas fueron tan desproporcionados que provocaron expresiones de reprobación no sólo de los medios, sino de gran parte de la cúpula política, incluso de su propio partido.

Esta mañana, Trump tuiteó que había escuchado que Joe Scarborough y Mika Brzezinski, conductores del programa Morning Joe, en MSNBC, habían hablado mal de él, y “entonces por qué la loca de bajo IQ Mika, junto con el sicópata Joe, vinieron… a Mar-a-Lago tres noches seguidas alrededor del Año Nuevo, e insistieron en acompañarme. Ella está sangrando mucho de un estiramiento facial. Les dije que no”.

MSNBC emitió un comunicado en el que afirma: “es un día triste para Estados Unidos, cuando el presidente dedica su tiempo al bullying, mentir y expresar ataques personales insignificantes, en lugar de hacer su trabajo”. Un vocero de NBC News respondió por Twitter: nunca imaginé el día en que pensaría que está debajo de mi dignidad responder al presidente de Estados Unidos.

Comunicadores de varios medios expresaron que este ataque contra la apariencia física de una periodista, porque no le gustaba a Trump algo que se dijo en el programa, representa un nuevo nivel de retórica agresiva del mandatario. El propio líder republicano de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, se vio obligado a criticar sus dichos: obviamente, no veo eso como un comentario apropiado. Lo que intentamos hacer aquí es mejorar el tono y la civilidad del debate, y esto no ayuda a lograr eso.

Muchos legisladores de ambos partidos se sumaron al coro crítico –la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, escribió que los tuits son sexistas, una plasta sobre la libertad de prensa y un insulto a toda mujer–, pero lo significativo fue el número y variedad de republicanos. El senador republicano Ben Sasse tuiteó: Por favor, alto. Esto no es normal y está por debajo la dignidad de tu puesto. Su colega republicano Lindsey Graham hizo eco de esto, y agregó que representa lo que está mal en la política en Estados Unidos, no la grandeza de América.

El intelectual conservador Bill Kristol escribió en la red social: Usted es un cerdo.

La vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, afirmó en defensa del magnate: “él no se va ha quedar sentado al ser atacado por los medios liberales, las élites de Hollywood; cuando lo golpean, va a golpear de regreso… No pienso que sea una sorpresa para nadie que él combate el fuego con el fuego”. De hecho, esta semana Trump ya había atacado, otra vez, a CNN, el Washington Post y el New York Times.

Cuando los legisladores, sobre todo los republicanos, de pronto se postulaban como guardianes de la civilidad y el respeto, y mientras este nuevo episodio tipo telenovela capturó casi toda la atención, el Senado intensificó sus esfuerzos para rescatar un proyecto de contrarreforma de salud que dejará sin seguro a decenas de millones de ciudadanos, y la Cámara de Representantes impulsó dos proyectos de ley antimigrantes promovidos por el gobierno de Trump.

La mayor transferencia de riqueza

El liderazgo republicano del Senado continuó su intenso esfuerzo para conseguir los 50 votos necesarios para aprobar la contrarreforma de salud, con el propósito no sólo de desmantelar el llamado Obamacare –objetivo de los años recientes–, sino trasladar miles de millones de dólares en reducciones de impuestos a los más ricos, aunque disfrazando eso con la retórica de siempre sobre la libertad y los abusos del gran gobierno.

Robert Reich, analista crítico y el ex secretario de Trabajo, escribió en The Guardian que si es promulgada, sería la más grande transferencia de riqueza de la clase media y los pobres a los ricos en la historia de Estados Unidos.

Trump y el liderazgo republicano estaban confiados en que podrían triunfar esta semana, pero cuando la Oficina de Presupuesto del Congreso emitió su evaluación del efecto e impacto de esta ley, señalando que 22 millones perderían acceso al seguro de salud, más recortes en programas para pobres, algunos senadores recularon.

Mitch McConnell, el líder de la mayoría republicana, está intentando ahora buscar la manera de rescatar la iniciativa, después de que debió cancelar el voto previsto para su aprobación, al quedar claro que no tenía los 50 votos (los republicanos tienen 52 curules, todos los 48 senadores demócratas están en contra).

Por ahora, parece que se intentará aprobar el proyecto de ley con algunas modificaciones, después de que el Congreso regrese del puente del 4 de julio.

La Cámara de Representantes aprobó este jueves dos proyectos de ley antimigrantes promovidos por Trump. Uno, conocido como Ley de Kate, que incrementará las penas de prisión para inmigrantes que hayan sido detenidos varias veces en sus intentos de ingresar ilegalmente al país y otros actos delictivos. La norma se llama así por Kate Steinle, quien supuestamente fue víctima de un homicidio en San Francisco cometido por un inmigrante indocumentado que había sido deportando varias veces. Ese y otros casos fueron de los grandes temas de la campaña de Trump.

Defensores de derechos de los inmigrantes denuncian que este proyecto de ley es sólo un intento más para criminalizar a los indocumentados y nutrir el temor y el odio, al identificarlos como una amenaza potencial a la seguridad pública. De hecho, las estadísticas oficiales comprueban que la tasa de criminalidad de los inmigrantes es mucho menor a la de los estadunidenses. Sin embargo, aunque se espera que prospere en la cámara baja, su futuro es dudoso en el Senado, donde intentos parecidos han fracasado anteriormente.

El otro proyecto: Ley de no santuario para criminales, otorga más poder al Ejecutivo para obligar a ciudades y estados a someterse a órdenes para cooperar con las agencias federales de control migratorio, en respuesta a un creciente número que se han declarado santuarios para indocumentados.

Mientras tanto, en la parte de la prohibición contra viajeros de seis países musulmanes que la Suprema Corte dejó vigente, la Casa Blanca hoy definió qué visas serán otorgadas a aquellos que tienen vínculos familiares o de negocios en Estados Unidos, pero quedan excluidas las relaciones familiares de abuelos, nietos, tíos, sobrinos, cuñados, y comprometidos en matrimonio.