La banda filarmónica del Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe (Cecam) nos reivindica como país de primer mundo, expresó el flautista Horacio Franco en el concierto Sones de tierra y nube, que celebró los 40 años de la creación de esta agrupación musical, con sede en la sierra de Oaxaca.

La tarde del sábado, en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, en la primera de dos funciones que agotaron el boletaje, la cantante Susana Harp, el tenor Fernando de la Mora, el pianista Héctor Infanzón y los flautistas Concepción Hernández y Horacio Franco hicieron vibrar al público junto con la banda al interpretar danzón, mambo, vals, chilena, jarabes, polka y sones. 

La tremenda magia de la música provocó que los jóvenes de la banda se movieran con sus instrumentos de viento al puro ritmo del Mambo número 8 de Damaso Pérez Prado y provocaron nutridos aplausos de los asistentes, quienes antes disfrutaron del danzón Mi Com-Paz con Horacio Franco, La llorona en la voz de Susana Harp y El andariego con la potente interpretación de Fernando de la Mora.

Los jóvenes de la banda del Cecam, cuya sede está en Santa María Tlahuitoltepec, presentaron a cada solista en su lengua materna y en español, así como a los directores artísticos Silvestre Vásquez, Leovigildo Martínez y César Delgado. 

El vestuario de los integrantes de la agrupación sobresalió en el escenario con blusas y faldas tradicionales en las mujeres y el traje de manta blanco de los hombres, con los cuales reafirmaron su identidad y la tradición de Santa María Tlahuitoltepec.

Para esta ocasión, el pianista Héctor Infanzón, quien ha colaborado con la banda desde hace 13 años, estrenó la obra Tequio, con la cual reafirmó su cercanía con este proyecto musical.

Con El negro de la costa, interpretada por Harp; Dios nunca muere, en voz de Fernando de la Mora, y El mixteco, con Horacio Franco, los asistentes disfrutaron de la música de Oaxaca y de la calidad de la banda, que nos hace sentir afortunados de tenerlos en este maravilloso país, ante una realidad política de porquería, reflexionó el flautista. 

Al finalizar el programa, el público hizo regresar a los solistas, quienes junto con la banda unieron sus talentos para interpretar al unísono Nereidas y Pinotepa, con las cuales cerró el primero de los conciertos para festejar las cuatro décadas de la agrupación de donde han egresado 35 generaciones de músicos.

Los dos conciertos en el Palacio de Bellas Artes se efectuaron luego de que en la madrugada del sábado se registrara un conato de incendio en un costado del Palacio de Bellas Artes, que fue controlado de inmediato.

La Asociación Cultural Xquenda, que encabeza Susana Harp, se sumó al proyecto del Cecam desde 2004, al realizar conciertos en beneficio del centro con artistas reconocidos, que han sido cómplices por muchos años de los jóvenes músicos.