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De un billón de toneladas y 5,800 km cuadrados, pertenecía al segmento Larsen C

Se desprende de la Antártida uno de los más grandes icebergs

Equivale a casi cuatro veces el tamaño de la Ciudad de México, siete al de Nueva York y prácticamente al doble de Luxemburgo

Es probable que se desintegre, explican los expertos

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Según los científicos, el fenómeno representa un peligro extra para los barcos que navegan en torno al continente antártico. En la imagen, la grieta en Larsen C, captada el 11 de noviembre de 2016 por la misión IceBridge de la NasaFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Jueves 13 de julio de 2017, p. 2

Londres.

Uno de los más grandes icebergs de que se tiene registro se ha desprendido de la Antártida, creando un peligro extra para los barcos que navegan en torno al continente, señalaron científicos el miércoles.

El iceberg de un billón de toneladas y 5 mil 800 kilómetros cuadrados se desprendió del segmento Larsen C en algún momento entre el 10 y el 12 de julio, informaron los especialistas de la Universidad de Swansea y la British Antarctic Survey.

Equivale a casi cuatro veces el tamaño de la Ciudad de México, siete al de Nueva York y prácticamente el doble de Luxemburgo.

El iceberg llevaba meses a punto de desprenderse y, durante el invierno antártico, los científicos siguieron su situación usando satélites de la Agencia Espacial Europea.

El iceberg es uno de los mayores registrados y su futuro es difícil de predecir, aseguró Adrian Luckman, profesor de la Universidad de Swansea y primer investigador del Proyecto MIDAS, que ha seguido la plataforma de hielo durante años.

Puede continuar siendo de una pieza, pero es más probable que se desintegre en fragmentos. Parte del hielo puede permanecer en la zona durante décadas, mientras otras partes del iceberg pueden ir a la deriva hacia el norte, hacia aguas más cálidas, añadió.

El hielo supondrá más riesgo para los barcos. El continente antártico está fuera de importantes rutas comerciales, pero es de los principales destinos para los cruceros que visitan Sudamérica.

En 2009, más de 150 pasajeros y tripulantes fueron evacuados del MTV Explorer, que se hundió tras chocar con un iceberg en la península antártica.

El iceberg, que probablemente se llamará A68, flotaba ya antes de que se desprendiera, así que no habrá impacto inmediato en el nivel del mar, pero ese fenómeno redujo el segmento Larsen C reducido más de 12 por ciento.

Las zonas Larsen A y B, situadas más al norte de la península, colapsaron en 1995 y 2002, respectivamente.

Esto derivó en la dramática aceleración de los glaciares que había detrás, con mayores volúmenes de hielo entrando en el océano y contribuyendo a la subida del nivel de los océanos, explicó David Vaughan, experto en glaciares y director de ciencia de British Antarctic Survey.

Si Larsen C empieza ahora a reducirse significativamente y finalmente colapsa, habrá otra contribución a la subida del nivel de los océanos, precisó.

Los grandes icebergs se desprenden de la Antártida de forma natural, y los científicos no están vinculando la situación actual con el cambio climático generado por el hombre. El hielo, sin embargo, es una parte de la península antártica que se ha calentado rápido en las décadas pasadas.

“En los meses y años posteriores, la capa de hielo podría volver a crecer gradualmente o sufrir episodios de más reducción, lo que puede llevar finalmente al colapso –las opiniones de la comunidad científica están divididas”, dijo Luckman.

Nuestros modelos dicen que será menos estable, pero cualquier colapso futuro sigue estando a años o décadas de distancia, concluyó.

Se trata de un suceso natural que no fue provocado por el cambio climático causado, afirmó Martin O’Leary, glaciólogo de Swansea.

No obstante, esto coloca la plataforma de hielo en una posición muy vulnerable, señaló en un comunicado.

Satélites de la Nasa y la Agencia Espacial Europea vigilan la plataforma y han ofrecido imágenes dramáticas del desprendimiento que han despertado interés más allá de la comunidad científica. El final del suceso fue revelado en una imagen térmica infrarroja del instrumento satelital Aqua MODIS de la Nasa.