Opinión
Ver día anteriorLunes 24 de julio de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

Remesas: ganancias privadas

Migración: drama y negocio

Ruiz Esparza: tan campante

E

l creciente beneficio económico que, vía remesas, aportan los emigrantes a sus familias y sus respectivos países tiene un altísimo costo social. Los gobiernos gerenciales –aquí y en el resto de América Latina– han armado un jugoso negocio privado por el trasiego de dinero de los expulsados de su tierra, pero nada hacen para atemperar el sufrimiento y detener la tragedia de quienes obligadamente abandonan su país por razones evitables.

En 2016 cerca de 240 millones de emigrantes movieron alrededor de 450 mil millones de dólares en remesas. De ellos, Latinoamérica captó alrededor de 70 mil millones de dólares en mesadas, de los que en México quedaron casi 27 mil millones) ocupando así el primer lugar regional y el cuarto internacional. Para naciones como Haití, Honduras y El Salvador, tales envíos representan 25, 17 y 18 por ciento de su producto interno bruto, respectivamente, y en todos los casos las divisas aportadas por los expulsados de su tierra se utilizan como herramienta para nivelar, en lo posible, las cuentas macroeconómicas.

El multimillonario negocio privado de las remesas (el citado cuan muy productivo trasiego del hambre de otros) involucra a agencias financieras nacionales e internacionales (en la mayoría simples filiales u oficinas de representación de la matriz) y mientras la mayoría de los emigrantes sudan la gota gorda para obtener recursos y destinar una parte a sus familias, son víctimas de racismo y permanente violación de sus derechos humanos; otros, muy pocos, cobran altas comisiones por las transferencias. Esa es la gran solución de los gobiernos gerenciales a la emigración, mientras en sus respectivos países se deteriora vertiginosamente la situación económico-social y arrasa con su población.

En la edición dominical, La Jornada advierte que el número de menores de edad que emigraron de países centroamericanos hacia México, o de dichas naciones y de aquí hacia Estados Unidos, llegó a su máximo histórico en 2016, cuando más de cien mil de ellos fueron aprehendidos por autoridades migratorias de ambas fronteras, de acuerdo con la Fundación Bancomer y el Consejo Nacional de Población (nota de Juan Carlos Miranda).

El año pasado fueron detenidos cien mil 234 menores (59 mil 692 en Estados Unidos y 40 mil 542 en México) en su intento por migrar a alguno de los dos países, un incremento de 9.3 por ciento frente al máximo histórico previo en 2014. En nuestro país el aseguramiento de menores extranjeros por las autoridades migratorias se incrementó más de 900 por ciento en los recientes seis años, al pasar de 4 mil 43 detenidos en 2010 a 40 mil 542 al cierre del año pasado, según cifras preliminares. La mayoría de las detenciones de menores extranjeros correspondió a varones adolescentes de entre 12 y 17 años (40 por ciento).

En este contexto la Cepal detalla que además de una elevada pobreza y los niveles más altos de desigualdad, México, al igual que la mayoría de países de la región, se caracteriza por una serie de rezagos sociales y económicos, entre los que destacan vacíos y dificultades de acceso a mecanismos de protección social que permitan a las personas hacer frente a riesgos y vulnerabilidades individuales y colectivas magnificadas, además, por razones de género, edad o pertenencia étnico-racial.

El horror, mientras los barones del trasiego de dinero obtienen más y más utilidades. El organismo especializado de la ONU divulgó un análisis temático que detalla la situación, y en este sentido aporta su numeralia para comprender de mejor manera de qué se trata todo esto, e indica que por el lado mexicano la frontera está integrada por seis estados, y por el estadunidense cuatro estados. En casi la mitad de la frontera existe un muro fronterizo y en la restante existen barreras naturales. El paso fronterizo divide a 48 condados estadunidenses y 94 municipios mexicanos.

Según información de la Organización Internacional para la Migraciones, el corredor migratorio México-Estados Unidos es el más transitado del mundo, al ser el segundo el principal destino de la migración mundial. Ambos países comparten una frontera de más de 3 mil kilómetros por donde cruzan más de un millón de personas al día y 440 mil vehículos transitan de manera ordenada por los 58 cruces fronterizos existentes.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración, las repatriaciones en los últimos 10 años suman casi 4 millones; las deportaciones han disminuido de poco más de 500 mil 2009 a 220 en 2016. Por su parte, el Departamento de Seguridad Nacional asegura que ha deportado de su territorio no menos de 350 mil personas al año desde 2008.

Hondureños, salvadoreños y guatemaltecos son la mayoría de detenidos en el último año, con casi tres cuartas partes de los casos. De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración, los extranjeros detenido por la autoridad migratoria en los últimos 10 años han sido en total un millón 130 personas.

México es un país de origen, paso y destino de migrantes, y existen rutas perfectamente identificadas en su tránsito a Estados Unidos. Mientras se dirigen al país vecino, muchos migrantes se ven obligados a buscar empleo para sobrevivir y costearse el resto del viaje. Se han documentado toda clase de abusos, como extorsión, violaciones sexuales, violencia física, secuestros, mutilaciones, prostitución, obligación para transportar drogas para traficantes e, incluso, asesinatos.

Durante 2016 en México cerca de 190 mil migrantes fueron detenidos y poco más de 147 mil deportados por el Instituto Nacional de Migración. Casi 82 por ciento de los detenidos y 97 por ciento de los deportados eran originarios de Centroamérica. Dentro de los escasos datos disponibles se encuentra el informe especial de 2011 de la CNDH que estima que 20 mil migrantes son secuestrados cada año.

Pobreza, catástrofes naturales, desestructuración familiar, desprotección institucional, imposibilidad de forjarse un futuro y un largo etcétera son causas que impulsan a los menores de edad a salir de sus países. En el continente americano los migrantes de 0 a 19 años representan 23 por ciento del total de la población migrante internacional de esa región.

Y a todo esto los gobiernos gerenciales responden con jugosos negocios privados a costillas del hambre de la mayoría.

Las rebanadas del pastel

De socavón en socavón ya se olvidó el Paso Exprés, y Gerardo Ruiz Esparza –exonerado de facto– está como el güisqui: tan campante.

Twitter: @cafevega