Cultura
Ver día anteriorMiércoles 26 de julio de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
El archivo Barragán

Son miles de bocetos, fotografías y proyectos arquitectónicos salvados de la subasta

El acervo de Barragán, rescatado por el Museo Vitra Design en Suiza

Los documentos están a disposición de cualquier persona o institución que la solicite con un proyecto serio

El año próximo publicará un catálogo y adecuará un espacio para la consulta

Foto
El archivo fue adquirido por el Museo Vitra Design, a iniciativa de Rolf Fehlbaum, presidente de la empresa VitraFoto Mónica Mateos-Vega
Enviada
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de julio de 2017, p. 3

Basilea.

Fue en 1995 cuando los documentos de Luis Barragán Morfín llegaron a Birsfelden, una localidad en el corazón cultural suizo, Basilea, ubicada en la frontera con Francia y Alemania. Los contenedores de madera, con miles de papeles, planos, fotos, dibujos, negativos, así como los archiveros originales y algunos muebles, cruzaron el océano Atlántico en barco, procedentes de una galería de Nueva York, donde estaban a punto de ser subastados en partes.

Íntegro, pero desorganizado y con algunas pocas piezas a punto de dañarse de manera permanente por la humedad, el archivo fue adquirido por el Museo Vitra Design, a iniciativa de Rolf Fehlbaum, presidente de la empresa Vitra, quien consideró que la mejor forma de preservar el legado del mexicano sería mediante la fundación que ya había perfilado el socio de Barragán, Raúl Ferrera.

Surge la fundación

Así fue como la Fundación Barragán (BF, por sus siglas en inglés) comenzó a operar auspiciada por la compañía suiza. Es dirigida por la doctora en composición arquitectónica Federica Zanco, esposa de Fehlbaum.

Vitra, además de la fabricación y venta de muebles de diseñador, se dedica a impulsar diversos proyectos culturales, principalmente por conducto de su Museo Vitra Design, considerado uno de los museos de diseño industrial de muebles y arquitectura más importantes del mundo, el cual posee colecciones y archivos documentales de diversos creadores.

En cuanto los papeles de Barragán llegaron a Basilea, comenzó el trabajo para dar voz a un conjunto que, en su momento, nadie se interesó en adquirir en México. El acervo fue heredado por el arquitecto jalisicense a su socio Raúl Ferrera, quien se suicidó en 1992. Su viuda, Rosario Uranga, agobiada por deudas y problemas legales, decidió ofrecerlo al mejor postor, para lo que solicitó la ayuda, en 1994, del galerista neoyorquino especializado en arquitectura Max Protetch, el mismo que negoció la venta de los archivos del arquitecto italiano Aldo Rossi al Museo J. Paul Getty de Los Ángeles, California.

El archivo Barragán está integrado por alrededor de 13 mil 500 bocetos y dibujos originales; 7 mil 600 fotografías impresas en blanco y negro y color; 11 mil negativos, transparencias o diapositivas; 300 publicaciones con referencias a su obra (de los años 30 a 90), así como decenas de carpetas con recortes de periódicos, correspondencia y notas manuscritas. También se suma la Colección Armando Salas Portugal, que consiste en 2 mil 600 negativos y transparencias y 500 impresiones fotográficas originales.

El trabajo que durante poco más de dos décadas han hecho Zanco y su equipo, con pulcritud y paciencia, está a punto de concluir. Han clasificado e investigado hasta el mínimo detalle 200 proyectos arquitectónicos de Luis Barragán, algunos concretados, otros existentes sólo en papel y varios destruidos o modificados por el crecimiento urbano de la Ciudad de México.

Una vez que el catálogo se publique, lo cual ocurrirá el próximo año, la BF se enfocará en adecuar un espacio físico en el Museo Vitra Design (ubicado en la localidad alemana de Weil am Rhein, cerca de Basilea, un recinto diseñado por el arquitecto canadiense Frank Gehry), para facilitar las consultas del archivo que en estos momentos no está abierto al público en general, pero tampoco está cerrado a investigadores y artistas con propuestas serias.

Durante estos años, la fundación ha brindado material e información, a veces sin cobrar derechos de autor (los cuales venían incluidos en el legado que adquirieron), a algunas personas e instituciones, como la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, para sus catálogos y libro. A veces han pedido el pago que indican las normas internacionales de protección a la creación intelectual, y nunca han demandado a quienes han decidido publicar imágenes de Barragán o de su obra sin autorización, aseguran.

La Jornada pudo varios anaqueles con libros y publicaciones dedicados a Barragán, hechos por investigadores de diversos países en el transcurso de las recientes dos décadas, entre ellos varios mexicanos, así como decenas de revistas especializadas en arquitectura, incluso algunas que no tratan el tema, pero que publican alguna foto de la obra del jalisicense.

Son prueba de que el legado del arquitecto no es propiedad privada corporativa ni objeto de lucro. Eso sí, la disponibilidad del material y el acceso a los archivos no es indiscriminada, porque quienes trabajan en la BF insisten en que son investigadores, no archivistas dedicados a proporcionar a cualquier persona la información que solicita, pues muchas veces quien acude a nosotros no tiene idea de lo que necesita o siquiera un proyecto profesional. Ni hablar de los aventureros, que no son pocos, quienes argumentan un sinfín de ocurrencias para apropiarse del material del arquitecto mexicano. Pero esas son historias que el equipo de trabajo de la Fundación Barragán prefiere no recordar.