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No es una exposición temática, pero sí un trabajo colectivo, dice la curadora Manuela Moscoso

Ayrton, cuatro muestras individuales creadas para convivir en el Tamayo
 
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de julio de 2017, p. 7

El lenguaje escultórico o la investigación de la naturaleza del objeto es el hilo conductor de la más reciente exhibición del Museo Tamayo Arte Contemporáneo, que en realidad se compone de cuatro muestras individuales, pero cuyas obras están combinadas en un mismo espacio. Ayrton, cuatro exposiciones por Armando Andrade Tudela, Nina Canell, FOS y Tania Pérez Córdova, explora las metodologías curatoriales de cómo se puede hacer una exposición y qué forma puede tener una muestra individual.

La curadora Manuela Moscoso reconoció que esta manera de proceder también representa un desafío para los artistas en términos de cómo aproximarse al espacio y compartirlo con otras prácticas que no necesariamente correspondan a la temática que ellos trabajan.

Ayrton, que toma su nombre del piloto de Fórmula 1 Ayrton Senna (1960-1994), funciona como una especie de punto de partida. No es una exposición temática, sino que los artistas han trabajado juntos para crear relaciones entre las obras, entre las posibles sensibilidades que cada uno comparte, lo que la convierte en un trabajo colectivo. También refleja qué y cómo piensa una generación y la forma de conversar en común.

Todos son ejercicios de materia, escala, forma, contenido, tiempo de construcción y el modo en que se construye. Además, siempre puedes rodear la escultura, no es en forma plana. Son las mismas ideas de antes actualizadas en estas formas. La escultura es muy matérica, una obra en tercera dimensión, de allí se expande. Sin embargo, la escultura de hoy tiene muchas más intersecciones con el mundo virtual que vivimos, que forma parte de nuestra cotidianidad, que en principio no vemos, pero existe, dijo Moscoso durante una visita guiada.

Los artistas participantes son el peruano Armando Andrade Tudela (Lima, 1975), la sueca Nina Canell (Växjö, 1979), la mexicana Tania Pérez Córdova Ciudad de México, 1979) y el danés Thomas Poulson FOS (Copenhague, 1971).

Para la muestra, Andrade Tudela ha repensado sobre todo ciertas herencias formales, por ejemplo, la figuración, que han sucedido en los últimos 100 años en América Latina, y cómo éstas se trasladan a la escultura actual. También ha retomado tres temas de música de protesta de los años 60 y 70 del siglo pasado, que ha actualizado con la ayuda de un músico francés.

Canell trabaja sobre la investigación del material per se, cuáles son sus propiedades, sus condiciones, de qué manera al colocarlos juntos pueden tener cierto tipo de reacciones, de valor y forma de ser escultórico. A modo de objeto encontrado presenta conglomerados de fibra óptica que yacen estáticos en comparación con la velocidad que nos traen para la interconectividad. Otra pieza de la artista sueca consiste en un poste con resina natural del árbol de pistacho, que se irá desplazando durante la exposición.

Pérez Córdova trabaja sobre la escultura pensada como un evento. Ésta no sólo se rige por los límites visuales, a los que uno se enfrenta ante la obra, sino a todas las condiciones con que ella ha trabajado durante el proceso. Siempre hay una expansión más allá de lo visible.

FOS, continuó Moscoso, trabaja mucho más en torno a lo que llama diseño social, que es la forma en que cierto tipo de estructuras pueden cambiar los ambientes o crear ciertos comportamientos en el público. Con un rayo láser ha recreado el casco del piloto Ayrton.

Como parte del proceso creativo todos los expositores vieron el documental Senna (2010), de Asif Kapadia. La muestra permanecerá hasta el 12 de agosto en el Museo Tamayo (Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec).