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Scaramucci, jefe de Comunicación, acusa al destituido Priebus de filtrar información

Despide Donald Trump a su jefe de gabinete; John Kelly, el relevo

Fracasa en el Senado el intento de los republicanos por aprobar la ley que anulaba el Obamacare

Cuestionan en el equipo de élite Seal la medida de vetar a los transgénero en fuerzas armadas

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John Kelly, ex secretario de Seguridad Interna, y Reince Priebus, ex jefe de gabinete, en imágenes de archivoFoto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 29 de julio de 2017, p. 21

Nueva York.

Horas después de la peor derrota política de Donald Trump y de legisladores republicanos, así como de la exhibición pública –mediante insultos con palabras que los medios tuvieron que censurar– de la intensa guerra dentro del régimen, la semana caótica del gobierno culminó con la expulsión, ayer, del jefe de gabinete del presidente.

Reince Priebus, quien nunca contó con la confianza completa de Trump ni de algunos de sus asesores más cercanos, ayer acompañó al mandatario en el avión presidencial a un acto en el estado de Nueva York mientras se decidía que este sería su último viaje como funcionario. Priebus concluyó apenas un semestre en el puesto cuando Trump anunció por la tarde que el secretario de Seguridad Interna, el general retirado John Kelly, sería el nuevo comandante de su gabinete.

El presidente informó del nuevo nombramiento en un tuit declarando que es una verdadera estrella de mi gobierno. Poco después dijo que deseaba agradecer a Priebus que logramos mucho juntos y estoy orgulloso de él.

Menos de 24 horas antes, el Senado, controlado por los republicanos, fracasó en aprobar cualquier versión de una contrarreforma de salud para anular el llamado Obamacare –objetivo prioritario durante siete años y promesa central de campaña de Trump–, lo cual es un grave revés que generará aún más división entre los legisladores y representa otra derrota grave para un presidente que aún no ha logrado impulsar un proyecto de ley mayor desde que llegó a la Casa Blanca, hace seis meses.

Los sondeos

Trump admitió la derrota y, como siempre, culpó a otros: “Tres republicanos y 48 demócratas decepcionaron al pueblo americano”, escribió en un tuit. No mencionó que todas las encuestas reportaban que una amplia mayoría del pueblo se oponía a las propuestas republicanas.

El drama legislativo culminó la madrugada de este viernes, después de varios intentos por aprobar propuestas para anular o modificar dramáticamente la reforma de salud del ex presidente Barack Obama, pese a que la última iniciativa era una versión light para modificar la ley, que fracasó por 51 votos contra 49.

El sufragio decisivo fue del senador republicano John McCain, quien regresó a Washington esta semana para participar en el proceso tras diagnosticársele cáncer cerebral.

Aunque votó en favor de abrir el debate, algo que llevó a Trump a tildar el retorno de heroico (se había burlado de su heroísmo militar durante la campaña electoral), hoy fueron los opositores de la contrarreforma quienes usaban ese término para el veterano legislador.

Aunque aún está por verse si hay manera de resucitar algún tipo de contrarreforma, analistas suponen que ahora el Ejecutivo se encargará de hacer todo para sabotear el funcionamiento del Obamacare. Trump reiteró en su tuit: “Dejen que suceda la implosión del Obamacare, después negociaremos”.

Durante todo ese proceso, Trump intentó bulear a los senadores renuentes de su partido. Hasta amenazó con promover campañas en las próximas elecciones contra quienes rehusaban subordinarse a sus deseos, mientras algunos republicanos intercambiaban insultos y se acusaban de traidores.

Pero mientras todo esto sucedía, la guerra civil en la Casa Blanca alcanzó nuevos niveles, incluyendo tal vez uno de los ataques verbales públicos más coloridos y ofensivos en la historia política del país. Implicó, entre su cada vez más larga lista de víctimas, al ex jefe del gabinete.

Anthony Scaramucci, quien apenas cumple una semana de director de comunicaciones de la Casa Blanca –o sea, el mensajero oficial de lo que llaman la persona más poderosa del mundo–, destacó con un torrente de majaderías e insultos contra sus colegas. Fue tan extremo, que editores de medios tuvieron intensos debates sobre qué tanto de su vocabulario se atrevían a publicar.

Algunos extractos de la conversación telefónica que sostuvo con Ryan Lizza, de The New Yorker, para dar idea del color: “Reince (Priebus, el entonces jefe del gabinete) es un fucking esquizofrénico paranoico….”; “No soy Steve Bannon (el estratega político de la Casa Blanca), no estoy intentando chupar mi pito… no estoy tratando de construir mi marca sobre la fucking fuerza del presidente. Yo estoy aquí para servir al país”.

Todo empezó, explica Lizza, cuando Scaramucci le habló por teléfono para exigir que le dijera quién dentro de la Casa Blanca le filtró que él estaba cenando con el presidente, junto con un conductor de un programa y un ex ejecutivo de Fox News. Incluso, le imploró cumplir con su deber patriótico y revelar su fuente: “Tú eres un ciudadano americano, esto es una catástrofe mayor para el país. Entonces, te estoy pidiendo como patriota americano que me des un sentido de quién fue”. Cuando Lizza se negó a revelarlo, amenazó con cesar a todos si fuera necesario, incluyendo a Priebus: Todos serán despedidos. Ya despedí a un cuate el otro día, tengo tres o cuatro que voy a cesar mañana. Llegaré a la persona que te lo filtró.

De hecho, señalando que sospechaba que Priebus era un filtrador de información contra otros en la Casa Blanca, advirtió lo que 48 horas después sucedió: A Reince Priebus le será solicitado renunciar muy pronto. Agregó: “Lo que quiero hacer es fucking matar a todos los filtradores”.

Lizza reportó la conversación el jueves en el sitio cibernético de The New Yorker.

Scaramucci intentó disculparse por sus insultos, pero a medias. En una llamada a CNN, mientas Lizza comentaba el asunto, ofreció disculpas por cuestionar el patriotismo del reportero e intentó argumentar que había dicho todo de manera jocosa, sarcástica y juguetona, y que la conversación era de un italiano a otro (referencia a las raíces inmigrantes de ambos). Pero mientras explicaba, también atacó. En un tuit comentó: A veces uso lenguaje colorido, pero todo tiene que ver con la lucha apasionada en favor de Trump, seguido por un comentario de que cometí un error en confiar en un reportero. No volverá a ocurrir.

Pero mientras Scaramucci amenaza con despedir a todos por filtraciones, su esposa lo está corriendo al iniciar un proceso de divorcio después de tres años de matrimonio, ya que no aguanta sus ambiciones y menos a Trump, reportó hoy la columna de chismes del New York Post, citando a varias fuentes que aparentemente lo filtraron.

Kristin Beck, transgénero ex integrante del cuerpo de élite de fuerzas especiales Seal Team 6 de la Marina, con servicio militar condecorado en Irak, Afganistán y Bosnia, retó al comandante en jefe a reunirse cara a cara y que usted me diga que no valgo, en respuesta al anuncio de Trump de prohibir a los transgénero en las fuerzas armadas, hace un par de días. Vale recordar que el mandatario, como muchos hijos de ricos, evadió su servicio militar durante la guerra de Vietnam.