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Fue cerrado en 2011 y, tras profunda renovación, lo reabrieron en 2016

Museo regional de Chilpancingo, remanso de paz ante la violencia
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El Museo Regional de Guerrero, ubicado en la ciudad de Chilpancingo, abrió sus puertas en 1986. En sus salas se aborda desde la época arqueológica, con un discurso cronológicamente armado, hasta la etnografía, así como las últimas danzas que todavía existen en la entidadFoto Sergio Ocampo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 30 de julio de 2017, p. 24

Chilpancingo, Gro.

A pesar de que es una de las ciudades más violentas del país, la actividad cultural en Chilpancingo no se detiene, sobre todo en lugares emblemáticos como el Museo Regional de Guerrero, que abrió sus puertas en 1986 y depende del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Maura Liliana Ortiz Carrasco, directora del que es considerado uno de los monumentos históricos de la capital –el otro es la catedral de Santa María de la Asunción, donde en 1813 José María Morelos y Pavón instaló el Primer Congreso de Anáhuac– recordó que en 2011, debido a un sismo, el INAH se vio obligado a cerrar temporalmente el museo referido.

A partir de ese año se inició unas profunda renovación del inmueble, construido en 1902 por órdenes del entonces presidente Porfirio Díaz, quien personalmente fue a colocar la primera piedra, en lo que sería el primer palacio de gobierno, tanto en sus instalaciones como en su contenido.

Un edificio que tenía cien años requería una transformación en la obra civil, de la restructuración de sus contenidos, y sobre todo retomar la investigación de la antropología y la historia de la entidad. Se logró tener mucho acervo arqueológico e histórico que a partir de 2016 ya está expuesto en las salas, explicó Ortiz Carrasco.

Fue palacio municipal

A mediados de la década de los 50, el inmueble se convirtió en el palacio municipal, y en 1986, mediante un convenio entre el INAH y el gobierno estatal, se convirtió en el museo regional.

Ahora el recinto incluye una sala introductoria, que muestra la geografía del estado sureño, que a pesar de tener una topografía difícil, permitió el asentamiento de diversas culturas, que permanecieron incluso hasta antes y después de la llegada de los españoles.

Otra sala del Museo Regional de Guerrero es sobre la historia del edificio, que es de los pocos inmuebles de la entidad que cuenta con una declaratoria presidencial como monumento histórico.

Las salas abordan desde la época arqueológica, con un discurso cronológicamente armado hasta la etnografía, así como las últimas danzas que todavía existen en la entidad.

En los pasillos del museo hay murales elaborados por los pintores Luis Arenal y Roberto Cueva del Río. Las obras fueron restauradas por el INAH, debido a que se crearon a principios de la década de los 50.

Las piezas arqueológicas provienen tanto de Chilpancingo, como de otras regiones del estado. Hay vasijas que datan de la época Olmeca; tenemos piezas de la cultura Mezcala, particularmente del poblado de Xochipala, investigados por la antropóloga Rosa Reyna Robles, detalló la directora del museo.

El recinto inició talleres de verano, uno de tatuajes con la iconografía de la entidad y otro para reproducir la misma iconografía, eligiendo un glifo para elaborar dijes, aretes, anillos y pulseras, que son una tradición prehispánica.

Para nosotros, pese a la violencia que hay en Chilpancingo, el museo es un lugar de remanso para la paz, para los visitantes y sobre todo para los que sufrimos un poco de la puerta hacia afuera, subrayó Maura Liliana Ortíz Carrasco.

Al menos mil 353 personas han sido asesinadas en lo que va del año en territorio guerrerense, de acuerdo con un recuento de La Jornada basado en reportes policiacos. De esos crímenes, al menos 162 se perpetraron en Chilpancingo.