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Critica que tampoco se evite el flujo de capital ilegal a las campañas políticas

Descomunal, el dinero que el INE busca repartir en 2018, advierte María Marván

Subraya que el instituto gasta mucho de su presupuesto por motivos de desconfianza ciudadana

 
Periódico La Jornada
Jueves 3 de agosto de 2017, p. 11

Los 6 mil 752 millones de pesos que el Instituto Nacional Electoral (INE) estudia entregar a los partidos políticos y candidatos independientes en 2018 son excesivos, el mayor monto de dinero público destinado en América Latina para ese fin, pero lo más grave es que tampoco evita el flujo de recursos de procedencia ilegal a las campañas.

Así lo manifestó María Marván, ex consejera presidenta del extinto Instituto Federal Electoral (IFE), para quien debería reformarse la ley, con el fin de entregar menos recursos, sobre todo porque los institutos políticos son financiados también con dinero oculto de gobiernos de los ámbitos federal, estatal y municipal.

El INE estudia entregar 6 mil 752 millones 249 mil 640 pesos para nueve partidos políticos y candidatos independientes, es decir, 60 por ciento más que este año, para poder financiar las campañas federales, según la primera versión del anteproyecto de presupuesto 2018.

La también coordinadora del área de derecho electoral y procesos democráticos del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México expresó que las generosas bolsas dadas a los institutos políticos buscan restringir la llegada de recursos privados o públicos ilegales. Sin embargo, se entregan y sirven para alimentar redes clientelares y la compra del voto, actividades prohibidas por la ley.

La mejor prueba de este flujo de dinero ilegal, explica, fue que el INE detectó este año 364.2 millones de pesos de gasto no reportado en las campañas, un incremento de 471 por ciento respecto al año pasado, a pesar de que los cargos en disputa eran menos.

No se trata de eliminar las prerrogativas de los partidos, indicó la investigadora, pero sí de obligarlos a cumplir la ley para que al menos se financien exclusivamente de los cuantiosos fondos legales provenientes del erario.

Los medios de comunicación se desgarran las vestiduras por cuánto cuestan las elecciones. El tema es en qué se gastan y que los partidos políticos no se atengan al dinero legal.

Por ejemplo, dijo que urge cerrar el flujo de dinero para alimentar clientelas electorales. La gente está acostumbrada a que el periodo electoral significa tener una forma de ingreso extra en tinacos, loncheras, útiles escolares y dádivas, lo que perpetúa la pobreza.

Desde su perspectiva, a los políticos no les alcanza el dinero por los jugosos recursos que deben gastar en querer comprar voluntades. Quieren tener clientes y no ciudadanos.

Sobre la desigual bolsa que recibirían los candidatos independientes (42.7 millones de pesos frente a 2 mil 136 millones para los nueve partidos políticos nacionales), expresó que es imposible crear las mismas condiciones de competencia.

De hecho, señaló que el sistema electoral mexicano es muy extraño al dar recursos públicos a un aspirante sin partido, porque éste acepta competir con esa aparente desventaja aunque por otro lado, le conviene más ir solo que mal acompañado.

Si bien criticó los recursos que se entregarán a los partidos políticos, justificó el presupuesto que el instituto estudia solicitar al Congreso (la cifra preliminar asciende a 19 mil 990 millones de pesos, pero seguramente se bajará, según consejeros), porque se gasta demasiado por motivo de la desconfianza ciudadana, por ejemplo en capacitación.