Profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) acordaron ingresar a clases para comenzar el ciclo escolar 2017-2018 bajo protesta, e hicieron un llamado al magisterio nacional a sumarse este lunes 21 de agosto a acciones de inconformidad en todas las escuelas del país.

Al concluir la asamblea nacional representativa (ANR), máximo órgano de decisión de la CNTE, integrantes de la dirigencia señalaron: Vamos a convocar a todos los padres de familia para informales que no se descartan nuevas etapas de lucha ante la cerrazón del gobierno federal para abrir nuevamente una mesa nacional de diálogo.

Las acciones de protesta, explicaron, incluyen brigadas en las comunidades donde se ubiquen los planteles escolares, mítines, volanteo e incluso impedir, donde existan condiciones, los actos protocolarios de inicio de cursos en los que las autoridades educativas federales y estatales sólo hacen una promoción demagógica de su reforma educativa.

Con la asistencia de delegados de más de 15 estados, aprobaron participar en la Jornada Global por Ayotzinapa el próximo 26 de septiembre, al cumplirse el tercer aniversario de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero.

También se aprobó realizar el primero de septiembre una jornada de movilizaciones, mítines, bloqueo de carreteras y toma de casetas en todo el país para rechazar la imposición de la reforma educativa. Informaron que aún debe someterse a consulta de las bases docentes la realización de una caravana motorizada del 15 al 26 de septiembre.

En el magisterio disidente aseguraron que tenemos muy claro que seguimos en la lucha para defender la escuela pública. Llevamos años bajo un ataque frontal contra los maestros. No vamos a declinar en nuestras demandas, porque sabemos que enfrentamos un proyecto educativo neoliberal y depredador.

Explicaron que la determinación de volver a las clases bajo protesta es resultado de nuestro compromiso con las comunidades escolares, pero también porque vamos a mantener un análisis profundo de la postura asumida por el gobierno federal y su política de cerrazón al diálogo.

Creemos, dijeron, que hay condiciones para regresar a la mesa de negociación y que se escuche al magisterio, pero desde la administración central se opta por mantener oídos sordos a las demandas no sólo de los docentes, sino de los alumnos y los padres de familia. Cada salón de clases es una muestra clara que la promesa de un nuevo modelo educativo es simplemente una falacia.