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El fenómeno acaparó la atención por ser el primero en atravesar EU de este a oeste en 99 años

Millones en el mundo admiraron absortos el eclipse total de Sol

La sombra de la Luna abarcó una franja de 113 km de ancho de ese país

La Nasa dispuso 11 naves, 50 globos aerostáticos y tres aviones para registrarlo

Habrá otra alineación en 2024

Foto
Panorámica captada en el parque nacional Grand Teton, en Jackson, Wyoming, adonde llegaron miles de personas para observar el fenómenoFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Martes 22 de agosto de 2017, p. 2

Charleston, EU.

Durante más de 90 minutos, millones de personas en el mundo, en vivo y por Internet, admiraron extasiadas el gran eclipse total de Sol, el primero en atravesar Estados Unidos en 99 años.

A las 18:48 horas locales, el Sol reapareció detrás de la Luna en Charleston, Carolina del Sur, en el sureste del país. Fue la última etapa del eclipse antes de desaparecer del continente americano. A las 17:16 horas, el astro luminoso comenzó a quedar oculto tras la Luna en Oregon, en el noroeste. El principio del fenómeno fue recibido con aplausos y gritos de algarabía de miles de espectadores.

Fue increíblemente bello. Lloré de emoción, contó en Charleston Heather Riser, de 54 años, quien viajó allí desde Virginia para ponerse en la trayectoria del eclipse, que dejó en la oscuridad una franja diagonal de territorio que iba del noroeste al sureste. Como ella, decenas de miles de personas se trasladaron allí para presenciar el momento único. En todos los rincones del país, incluso en los que el eclipse sólo se percibió de forma parcial, los telescopios y cámaras de fotos estuvieron presentes.

En Washington, el presidente Donald Trump observó el fenómeno con su esposa Melania desde el balcón Truman de la Casa Blanca. Durante un instante, levantó la mirada aql cielo sin lentes, hasta que un asistente le pidió que no lo hiciera.

Amenaza temporal

El eclipse total de Sol dejó a oscuras a los espectadores durante poco más de dos minutos. Fue visible en una franja de 113 kilómetros de ancho, para convertirse en el primero en atravesar el continente americano de costa a costa desde 1918.

Doce millones de personas que viven en ese corredor estuvieron en primera fila para observar el espectáculo. Los acompañaron millones de turistas y aficionados que se acercaron multitudinariamente a esta diagonal.

En Carolina del Sur, la gente temió durante largo rato que las nubes fueran a aguarles la fiesta, y los visitantes rogaban que mejorara el tiempo. Finalmente, la suerte y el cielo estuvieron de su lado.

En el resto de Estados Unidos, donde el eclipse sólo era parcial, la pregunta que más circuló entre la población durante todo el fin de semana fue: ¿Dónde se pueden encontrar los lentes de protección?

Las autoridades y los medios repitieron incansablemente las medidas de seguridad durante días: con ninguna excusa debía mirarse el eclipse sin los famosos lentes o, de lo contrario, la retina podía quemarse. En Los Ángeles, miles de personas acudieron al Observatorio Griffith, que corona las colinas circundantes. Muchos fueron caminando para evitar los atascos y estacionamientos desbordados, pese a que en esa ciudad el eclipse fue visible sólo en 60 por ciento.

Algunos espectadores fabricaron sus proyectores de cartón y cinta adhesiva. Las exclamaciones y la risa entusiasta se dispararon apenas la Luna mordió al Sol.

Astronautas de la Estación Espacial Internacional fotografiaron el fenómeno desde el espacio.

La Nasa dispuso un dispositivo especial para estar a la altura del evento: 11 naves espaciales, 50 globos aerostáticos y tres aviones fueron desplegados para estudiar el fenómeno, transmitido en su totalidad en la página web de la agencia. El fenómeno también fue pretexto para bromear: Ja, ja, ja. He bloqueado al Sol, escribió en la cuenta de Twitter que administra sobre la Luna (@NASAMoon). Y el Sol respondió desde su propia cuenta (@NASASun): Eh, ¿perdón?

El Departamento de Trabajo de Estados Unidos estimó que el eclipse costó cerca de 700 millones de dólares por una caída de productividad, causada por el tiempo que las personas invirtieron en hablar, leer del tema o dejar sus puestos de trabajo para verlo, según cifras difundidas por la consultora de recursos humanos Challenger Gray.

El gran eclipse también desató un furor de mercadotecnia que incluyó gafas para verlo, sellos conmemorativos y hasta playeras con la leyenda ¡Eclípsalo!

Para quienes estuvieron lejos de la alineación de la Luna y el Sol, no hay de qué preocuparse: el próximo eclipse total de Sol se producirá en menos de siete años, en abril de 2024.