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Gazatíes irán al cine después de 30 años
 
Periódico La Jornada
Domingo 27 de agosto de 2017, p. 7

Gaza, Territorios Palestinos.

Cientos de gazatíes pudieron ir al cine ayer por primera vez en más de 30 años, aunque sólo será por una noche. La sala Samer de Gaza, la más antigua en la Franja, volverá a abrir sus puertas tras estar décadas cerrada, para la proyección especial de una película sobre palestinos en las cárceles israelíes.

Dirigido por el movimiento islamista Hamas desde hace 10 años, el enclave palestino donde viven 2 millones de personas no tiene ningún cine en uso actualmente.

Ghada Salmi, una de los organizadores de la proyección, dijo que ésta simboliza los esfuerzos para volver a traer la idea del cine en Gaza. El Samer fue construido en 1944, pero cerró sus puertas en los años 60. Los demás lo hicieron a finales de los 80, durante la primera intifada palestina.

Actividad impía

Hubo un incendio en una sala en 1987, que muchos atribuyeron a los islamistas que consideran que el cine es impío. El resto terminó de proyectar películas después de eso, explica Salmi. Paradójicamente, según la historia de Gaza escrita por el francés Jean-Pierre Filiu en 2012, la rama gazatí de los Hermanos Musulmanes, de la que salió Hamas, dio su primera conferencia en el Samer en el Año Nuevo musulmán de 1946. La cinta proyectada ayer, Diez años, cuenta la historia de prisioneros palestinos en cárceles israelíes.

Salmi asegura que no se centra en la política, sino en las historias humanas. Su difusión ha sido autorizada por Hamas. Para ésta, la proyección, en la que no se espera que los hombres y las mujeres estén separados, es una actividad de una noche, aunque espera que se repita la experiencia en el futuro. En mayo hubo un festival con películas centradas en el tema de los derechos humanos, pero esas proyecciones se hicieron al aire libre, en el puerto de Gaza.

La Franja de Gaza todavía intenta recuperarse de su última guerra contra Israel en 2014, en la que murieron más de 2 mil palestinos y gran parte del enclave quedó destruido. El conflicto dejó 74 fallecidos en el bando israelí, en su mayoría soldados.