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Reporte Económico

La Inmigración Laboral en América Latina

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on este título la CEPAL y la OIT publicaron en mayo un panorama sobre este tema poco conocido, que hoy sintetizamos textualmente.

La inmigración laboral

Característica de la globalización ha sido la disminución de trabas al libre movimiento internacional de capitales, bienes y servicios, pero con pocos cambios respecto de la movilidad de la fuerza de trabajo. Aun así, se observan grandes migraciones internacionales.

En América Latina, hasta principios de los 90s los flujos de trabajadores migrantes se dirigían casi exclusivamente hacia Estados Unidos, y la mayoría de los flujos intrarregionales, de menor importancia numérica, se concentraban en Argentina, Costa Rica, República Dominicana y Venezuela.

A partir de entonces, los flujos se empezaron a diversificar, dirigiéndose sobre todo hacia la Unión Europea, mientras que los flujos y corredores intrarregionales se incrementaron.

Entre 2010 y 2015, en América del Norte (sin México) el crecimiento del número de inmigrantes se restringió a una tasa anual del 1.2% y en Europa Meridional a 0.5%. En contraste, la migración hacia y entre América Latina y el Caribe se mantuvo en 2.3% por anual.

Algunas características de esta migración laboral son:

A. Demografía y educación

La migración internacional ha sido un componente esencial en la historia demográfica de América Latina y el Caribe. La mayoría de los países ha recibido importantes flujos migratorios a lo largo de los siglos XIX y XX, mientras que actualmente constituye una región de emigración neta. Se calcula que alrededor de 2010 los inmigrantes representaban un 1.3% (mínimo) de la población total de la región, mientras que los emigrantes eran el 4.8%, lo que corresponde a 7.6 y 28.5 millones de personas, respectivamente. (Gráfico 1)

En términos absolutos, entre los países de emigración destacan México, Colombia, El Salvador, Cuba, República Dominicana, Ecuador, Haití y Perú, mientras que en términos relativos destacan El Salvador, Cuba, Paraguay, Nicaragua y México.

Los países con mayor número de inmigrantes son Argentina, Venezuela, México, Brasil, República Dominicana y Costa Rica. En términos relativos destacan Costa Rica, Argentina, Venezuela, República Dominicana y Panamá.

Por sexo, según la ONU en América Latina y el Caribe hay una leve mayoría de mujeres entre los inmigrantes (50.4% en 2015), con variantes por países (Gráfico 2).

Por grupos etarios, los de mayor edad tienen una alta representación entre los inmigrantes en algunos países, lo que indicaría que estos fueron destino de flujos migratorios pasados o que hay una importante inmigración de personas de mayor edad. Entre esos países destacan Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela, donde la proporción de inmigrantes en el grupo etario de 60 años o más supera ampliamente la que corresponde al total (Gráfico 2).

En Chile, Costa Rica, Panamá y República Dominicana la proporción elevada es entre los grupos en edad de trabajar (de 20 a 49 años), reflejando el peso de las migraciones laborales recientes.

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Comparando los años de estudio de los migrantes con los de la población nativa, se observa que en Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, México, Panamá, Paraguay y Uruguay el grupo más educado registra una mayor representación relativa en los inmigrantes (Gráfico 3).

B. Participación laboral

Para diferenciar a los países de acuerdo al carácter de su inmigración, se puede determinar que en aquellos donde la tasa de actividad de los inmigrantes es mayor que la de los nativos, la inmigración predominante es laboral y reciente, mientras que en otros países tiene otras características o se trata de una inmigración laboral más antigua que, al reducirse el ritmo de los movimientos migratorios, dio origen al envejecimiento de la población inmigrante.

En los inmigrantes, la tasa de participación laboral es comparativamente elevada sobre todo en los países con una alta inmigración. La tasa de participación del conjunto de los inmigrantes supera a la de los nativos en Chile, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Venezuela. A la inversa, la tasa de los nativos es más alta que la de los inmigrantes en Bolivia, Brasil, México y Uruguay (Gráfico 4).)

En el caso de México, parte del nivel relativamente bajo de la tasa de participación se debe a la elevada proporción de amas de casa y estudiantes, quienes representan un 41.2 y un 33.7%, respectivamente, de los inmigrantes no económicamente activos con 15 años o más de edad. Esta situación se explica por el hecho de que el principal país de origen de los inmigrantes en este caso es Estados Unidos. Probablemente se trata en su mayoría de personas nacidas en ese país en el seno de familias de origen mexicano, las que posteriormente retornaron a su país. Llama la atención que México sea el único país en que en el grupo más joven (10 a 14 años) la proporción de inmigrantes es mayor que en el conjunto de la población de 10 años o más (Gráfico 2), lo que refleja la predominancia de una migración familiar frente a la migración individual que es más frecuente en la migración laboral.

Como proporción del total de ocupados por grupos de ocupación, los inmigrantes se destacan en puestos directivos, profesionales y técnicos en Bolivia, Brasil, Ecuador, México y Panamá. Esto podría deberse a que muchos de estos trabajadores altamente calificados fueron contratados por empresas extranjeras (es decir, no todos migraron por iniciativa propia) o bien se trata de inversionistas (por ejemplo, en el área de hoteles o restaurantes), que atienden principalmente a una demanda externa (Gráfico 5).

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