Sociedad y Justicia
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En el quehacer científico ha habido abusos: Paulina Rivero

Critica experta de la UNAM el uso de la ciencia sin una guía ética clara
 
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de septiembre de 2017, p. 36

La ciencia no es la culpable de la situación que atraviesa el planeta. El problema surge cuando se emplean los conocimientos científicos sin una guía ética clara. El riesgo no se encuentra en el saber, sino en su aplicación errónea, aseguró Paulina Rivero Weber, directora del Programa Universitario de Bioética de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En la conmemoración del 25 aniversario de la Comisión Nacional de Bioética, apuntó: La ciencia no debe dejar de hacer lo que hace, lo que es su obligación, es decir, estudiar e investigar el mundo en que vivimos, pero sí debe hacerlo con respeto a la vida. Su aplicación tecnológica requiere una guía ética, que es la bioética, a la que se debe escuchar si queremos contar con un planeta para nuestros hijos.

Comentó que si bien los quehaceres científico y tecnológico han aportado innumerables avances y beneficios a nuestra especie, ello no quita que haya habido abusos y prácticas desproporcionadas del ser humano, no sólo hacia nuestra especie, sino al resto de los animales y, sobre todo, de los ecosistemas.

Señaló que hemos logrado modificar nuestro entorno de manera acelerada y continua. Esa capacidad de alterar las condiciones del medio desafortunadamente ha tenido consecuencias. En ese sentido, mencionó el cambio climático ya pasa facturas a la humanidad.

Subrayó que la bioética debe ser siempre laica, pues una que no lo sea simplemente no es bioética. Puede ser moral o religión, pero bioética no es. Aclaró que esa disciplina no desprecia las creencias o religiones del mundo. Simplemente, no las incluye en su argumentación.

El ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Luis María Aguilar Morales, aseveró que las reformas constitucionales de 2011 en materia de derechos humanos significaron un cambio fundamental, un nuevo paradigma, y desde luego también tuvieron un impacto muy importante en el terreno de la bioética.

Destacó que la SCJN ha reconocido que la dignidad humana no se identifica ni se confunde con un precepto meramente moral, sino se proyecta en nuestro ordenamiento como bien jurídico circunstancial en el ser humano, merecedor de la más amplia protección jurídica.

Explicó que la dignidad humana funge como principio jurídico que permea todo el ordenamiento, pero también como derecho fundamental que debe ser respetado en todo caso, cuya importancia resalta al ser la base y condición para el disfrute de los demás derechos y el desarrollo integral de la personalidad.

La dignidad humana, apuntó, no es una simple declaración ética, sino se trata de una norma jurídica que consagra un derecho fundamental en favor de la persona y por el cual se establece el mandato constitucional a todas las autoridades e incluso a los particulares de proteger y respetar la dignidad de todo individuo.