Política
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Economía y populismo
E

l periódico El Universal, publicó el 31 de agosto una entrevista al presidente Enrique Peña Nieto, quien señaló que refiere por populismo el postular soluciones muy fáciles, prácticamente salidas falsas a los problemas y necesidades que tiene un país. Al respecto cabe decir que su gobierno es el que ha venido instrumentando soluciones muy fáciles y salidas falsas a los problemas que enfrenta el país. Sus reformas estructurales de privatización y extranjerización de la economía, para incentivar entrada de capitales, para mantener la economía abierta, para supuestamente impulsar el crecimiento y el empleo, son fáciles de instrumentar y salidas falsas para alcanzar los objetivos de crecimiento y empleo. Es fácil que la mayoría del Congreso levante la mano y apruebe dichas políticas, pero no resuelven los rezagos productivos y competitivos que la economía enfrenta, ni incrementan el empleo, ni los salarios y el bienestar de la población. Sólo han llevado a que el país no nos pertenezca y a recrudecer la desigualdad del ingreso y de la riqueza. Políticas difíciles sería instrumentar políticas proteccionistas e industriales y agrícolas y de empleo, para impulsar el desarrollo industrial y agrícola para reducir importaciones y avanzar en la autosuficiencia alimentaria y reducir la dependencia y vulnerabilidad externa. Política difícil es incrementar el gasto público para dinamizar el mercado interno e incrementar la generación del empleo y así impulsar una estrategia de crecimiento endógeno más sostenido y no estar dependiendo de los vaivenes del entorno internacional. Y estas políticas difíciles no se instrumentan, debido a que el gobierno ha perdido el manejo soberano de la política económica. No controla la moneda, no tiene política fiscal, ni cambiaria, ni comercial, ni crediticia en favor del crecimiento y del empleo, sino ha preferido la salida fácil de reducir el tamaño y participación del Estado en la economía y pasar a depender del mercado de economía abierta, que nos ha llevado a tener menos industria, a perder la autosuficiencia alimentaria, a que 58 por ciento de los trabajadores esté en la economía informal, sin salario seguro, y sin prestaciones laborales, y predominen bajos salarios: Las salidas fáciles y falsas nos han llevado a incrementar la dependencia respecto a la economía de Estados Unidos, donde la salida fácil del gobierno es apostar por la mayor integración, lo que implica mayor subordinación, evidenciando que no tiene proyecto de nación alguno.

Añade Peña Nieto en su definición de populismo, que no hay modelo que haya resultado ser exitoso cuando se ha acogido a salidas falsas o respuestas fáciles, y reitera que cree que son puertas fáciles pero engañosas y que pueden conducirnos a un retroceso más que a un avance. Pues efectivamente, sus políticas han sido salidas falsas, respuestas fáciles que históricamente han resultado en crisis, pues el libre comercio y el libre mercado no encaran los problemas que enfrentamos. Sus políticas de austeridad fiscal, supuestamente dirigidas a disminuir la deuda pública, terminan contrayendo la inversión pública (que el año pasado fue 3.3 por ciento del PIB, siendo que en 1981 era 18.2 por ciento), lo que atenta sobre el crecimiento de la productividad y la capacidad productiva y la generación de empleo. Al disminuir el gobierno su presencia en la economía, es sustituida por la mayor privatización y extranjerización de la economía, lo que no se traduce en mayor crecimiento económico, sino que recrudece la concentración de la riqueza, lo que lleva a debilitar y subordinar más al Estado a dichos intereses, a costa de relegar las demandas de empleo y bienestar que exige la población. Las políticas de libre comercio y libre movilidad de capitales, nos han llevado a la destrucción de cadenas productivas, debido a que no tenemos los niveles de productividad para salir airosos en este proceso, y nos han colocado en una posición de mayor debilidad frente a las adversidades externas, como ahora se evidencia. No se superarán los problemas que tenemos mientras sigan predominando esas políticas populistas fáciles y falsas, que sólo favorecen a los dueños del dinero, y no desarrollan los sectores productivos, ni generan empleo bien remunerado, ni incrementan salarios, ni prestaciones laborales y los niveles de vida de la población.

* División de Estudios de Posgrado Facultad de Economía, UNAM