Política
Ver día anteriorSábado 9 de septiembre de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Los atletas perdieron el hambre de la victoria, mientras las autoridades el interés, acusa

Una lástima la crisis del atletismo mexicano, afirma Rodolfo Gómez

El talento del entrenador, quien contribuyó con dos generaciones de corredores que tenían al país en la cúspide, lo aprovecha Perú con un proyecto rumbo a los Olímpicos de Tokio 2020

Foto
El trabajo de Rodolfo Gómez en tierras andinas se refleja en la peruana Gladys Tejeda, doble ganadora del maratón de la Ciudad de MéxicoFoto Facebook Rodolfo Gómez Club
 
Periódico La Jornada
Sábado 9 de septiembre de 2017, p. a13

Del atletismo mexicano al peruano es como se le conoce ahora a Rodolfo Gómez, entrenador que contribuyó con dos generaciones que tenían al país en la cúspide con corredores que imponían respeto en el mundo, bien cotizados y eran mucho mejores que los africanos. Todo eso se perdió y nadie puede mejorarlo, no hay interés de las autoridades, los atletas perdieron el hambre de la victoria y ahora los mueve más el dinero que la gloria.

Reconocido como maratonista y luego como entrenador de fondo con el club que tiene su nombre fundado hace más de tres décadas, Gómez tiene la encomienda de impulsar el atletismo de Perú, nación que le ha dado a brazos abiertos lo que en México le negaron: respeto a su trabajo.

Desde que llegó a Huancayo hace cuatro años, Gómez resistió las críticas, porque nadie creía que un mexicano estuviera al frente de un proyecto destinado a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, señala a La Jornada.

El reciente triunfo de Gladys Tejeda, quien en su tercera aparición en el maratón de la Ciudad de México volvió a lo más alto del podio –el pasado 27 de agosto– y al que subió por primera vez en su debut en 2013 y un tercer sitio en 2016, sólo tiene palabras de elogios y lo resume de impresionante.

La maratonista estableció nuevo récord 2:36.15 horas mejorando su propia marca de hace cuatro años. Sus compatriotas Gladys Celia Machacuay y Clara Canchanya ocuparon la quinta y sexta posición entre las africanas que alcanzaron el top 10.

Ellas y Willy Canchanya (2:18.46), quinto lugar en la categoría élite, son parte de los 50 atletas que tiene el mexicano en el proyecto para la justa japonesa. Faltó el doble ganador de la CDMX, Raúl Pacheco, quien no se recupera de una lesión.

El estratega de 67 años comenta que tal fue su emoción que durante la carrera no siguió a Tejeda. “Su estado sicológico era bastante favorable y ya no tiene ningún respeto a las africanas. La acompañé hasta el kilómetro 20 y le grité: vas por el récord.

Éramos potencia mundial

–¿Extraña el atletismo mexicano? ¿Dónde lo ubica?

–Me da lástima, no me gusta. Se retrocedió, cuando hace tiempo éramos potencia mundial. Para mí no es nuevo. La gente me pregunta: ¿por qué se fue?, ¿qué necesita el atletismo para resurgir? La respuesta es simple: interés por parte de las autoridades y ni siquiera dinero, porque yo les trabajé gratis.

Hace tiempo pensaba regresar para estar con mi familia (su esposa Adriana Fernández y su hijo Daniel viven en Toluca), pero los peruanos me dijeron que no me fuera. Los Juegos Panamericanos de 2019 son en Lima y estamos trabajando. Si no gané una medalla olímpica para México cuando era maratonista y después como entrenador con esas generaciones de Mauricio Hernández, Martín Pitayo, Jesús Herrera, Germán Silva, Andrés Espinoza, Benjamín Paredes, Isidro Rico, David Galván, Isaac García, Nora Leticia Rocha, la propia Adriana, sueño en que se pueda lograr la mayor participación de Perú en Juegos Olímpicos y darme por satisfecho.

–¿Qué opina de Juan Luis Barrios?

–El que no haya ganado no quiere decir que lo hizo mal. Para mí corrió bien y cuando se quedaron los cuatro (el mexi-cano con los africanos) cualquiera podía ganar. El maratón es imprescindible, el organis-mo lo resiente y cambian las posiciones.

El que le tumbó el tercer puesto (el keniano Gesabwa) vino de atrás, pasó a Willy y luego a Juan Luis. Si él hubiese corrido un poquito más suave entre el kilómetro 30 al 37, a lo mejor gana, pero en los maratones cuando te rebasan el golpe sicológico es fuerte, demoledor y mata. Barrios llegó cansado y vomitó, analizó Gómez.