Opinión
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Golpe bajo

Queremos la revancha

S

aúl Canelo Álvarez y Gennady Golovkin protagonizaron el pasado sábado el mejor combate que hemos visto en lo que va de 2017.

Una pelea muy pareja, en la que no hubo un domino claro, pero sí una gran demostración de habilidad y coraje de ambos peleadores, quienes supieron esquivar la mayoría de los impactos. El boxeo es el arte de la defensa y vaya que saben defenderse. Y también tirar golpes.

Fue un enfrentamiento violento. El Canelo se veía impresionante, su físico y juventud, combinados con un ataque feroz, lo hacían destacar ante un modesto Golovkin, quien parecía una víctima segura.

Ambos se mostraron respeto. Se midieron, asimilaron sus estilos. El kazajo siempre adelante, Canelo retrocediendo, esperando el mejor momento para el contragolpe.

Saúl tiró su mejor repertorio, golpes con gran velocidad, combinaciones al cuerpo y rostro, pero de inmediato recibía la respuesta similar. ¿Quién se puede concentrar en el ataque cuando al mismo tiempo debe cubrirse y esquivar los golpes que se le vienen encima?

Los 12 rounds transcurrieron en un instante. No hubo ocasión para aburrirse. Todos esperábamos el nocaut en cualquier momento. Un descuido de alguno hubiera bastado, pero no hubo tal.

La decisión fue justa. Aunque algunos vimos ganar a Golovkin y otros al Canelo, no hay lugar a la polémica, porque en lo que podemos estar de acuerdo es que no hubo un dominio claro de ninguno. Ambos son grandes peleadores, demostraron que el pugilismo es un arte y le devolvieron credibilidad a este espectáculo.

Encuentros desafortunados como el del Canelo contra Chávez júnior son para el olvido, lo mismo que la exhibición que dio Floyd Mayweather contra el británico Conor McGregor.

Boxeo es lo que vimos el sábado. Y ya queremos que estén de nuevo frente a frente. Si quieren demostrar quién es el mejor deberán pelear de nuevo. Cambiar sus estrategias, prepararse aún más. El Canelo tiene la ventaja de su juventud y su enorme confianza, aunque cae a veces en la soberbia.

El pelirrojo no estuvo satisfecho con el resultado. Gané siete u ocho rounds, dijo molesto. Al preguntarle por la revancha pareció dudar y después concedió: Si el público quiere, sí. Y claro que los aficionados queremos verlos de nuevo para despejar esa duda.

Golovkin de inmediato respondió que quiere la revancha y, en contraste con la actitud del Canelo, sonrió cuando le preguntaron qué pensaba del empate y mostró sus tres cinturones que lo avalan como el campeón. Los tengo en mi poder, dijo.

La revancha ya se saborea. Puede ser el inicio de otra gran rivalidad, como la del filipino Manny Pacquiao y Juan Manuel Márquez, quienes se enfrentaron en cuatro ocasiones. En los tres primeros combates siempre quedó la duda.

El 8 de mayo de 2004 terminaron empatados, cuando disputaron el título pluma. En marzo de 2008 Márquez perdió el título superpluma por decisión dividida.

El mayor escándalo fue el 12 de noviembre de 2011, cuando Pacquiao le arrebató el cetro welter por decisión, en lo que fue considerado, por la mayoría de los expertos, un robo descarado.

Fue necesaria la cuarta contienda, sin título de por medio, el 8 de diciembre de 2012, y Márquez despejó todas las dudas al noquear de manera contundente a Pacquiao. Las escenas fueron dramáticas: el filipino recibió un potente golpe en la quijada y cayó de frente sin amortiguar el impacto; permaneció varios segundos inmóvil, fulminado en la lona.

¿Quién será el mejor de Canelo y Golovkin? Pronto lo sabremos.