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En una galería de Unión Hidalgo, Oaxaca, leen cuentos, aprenden música y hacen rimas tras el terremoto del día 7

Palian niños el miedo con arte

Se reúnen con el escritor Víctor Fuentes

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Aspectos de una sesión desarrollada en la Galería Gubidxa, en Unión Hidalgo, localidad donde muchos niños vivieron la experiencia del fuerte sismo del 7 de septiembreFoto cortesía Galería Gubidxa
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 26 de septiembre de 2017, p. 6

Unión Hidalgo, Oax.

Antes de ocultarse el Sol, pequeños de cuatro a 12 años se reúnen en círculo para leer cuentos, aprender música y hacer rimas.

Acuden a la Galería Gubidxa, ubicada en el barrio inocentes en Unión Hidalgo, con la finalidad de paliar el miedo que viven después del terremoto del jueves 7 de septiembre que los afectó en sus hogares y corazones.

Víctor Fuentes, escritor zapoteco y dueño de ese recinto, saca un libro de su autoría y comienza a relatar historias a ese público.

Algunos niños vieron caer sus casas y otros lloran porque no volverán a dormir en su cama favorita, pues quedó destruida y muchos más tienen miedo de que la Tierra vuelva a temblar.

Niñas y niños se entretienen durante dos horas y enfrentan su su pesar haciendo poemas y canciones.

Pasa tu siesta como una fiesta, el sismo te despierta o señora, señor, preparen su calzón, el sismo es pura emoción son algunas rimas de la canción que ellos han creado en estos cinco días que llevan reuniéndose por las tardes en esa galería, donde utilizan materiales reciclados para hacer instrumentos musicales.

La tristeza del niño Mesac

El niño Mesac llega solo, corre por el patio de la galería; su casa se cayó y su madre lo sacó de los escombros. Tiene siete años y le duele ver su casa destruida, aunque dice que sus vecinos le dan de comer y por la noche le prestan su corredor; está muy triste.

Las cosas se perdieron, era la casa de mi abuelita. Todos estamos muy tristes; el maestro Víctor siempre nos cuenta cuentos, nos dice que le echemos ganas y que debemos estar alegres porque estamos vivos, dice el menor.

Mesac, inocente e inquieto, exclama: ¡Qué crees, mi abuela pondrá una tienda de abarrotes cuando todo acabe!” y todos se carcajean.

Muchos de los pequeños que acuden a la Galería Gubidxa recuerdan cómo se asustaron por el terremoto. Parecía gelatina la casa, se movía de un lugar a otro; yo sólo escuché cómo mi mamá corría de un lugar a otro y nos jalaba por el patio.

Víctor Fuentes informa que un día después del terremoto, el 8 de septiembre, pensó en cómo ayudar a los menores y la mejor estrategia es mediante cuentos y organizó un encuentro con niñas y niños de su barrio.

Es el miedo generalizado; las personas no saben qué hacer al ver su casa destruida y entre los vecinos nos solidarizamos y una muestra consiste en apoyar a los niños, pues a veces sufren en silencio, lloran y no quieren comer. Por eso ofrezco un espacio para que se explayen y expresen lo que deseen.

–¿Y cómo ve a esos niños?

–Será algo que nunca olvidarán, aunque sí podrán sanar, a veces no tanto con la ayuda de una sicóloga, pero sí con el arte.

Contarles historias y que cada uno reviva mediante rimas lo que les sucedió ha sido chusco; muchos crean frases, todos reímos y luego hacemos ruido con los instrumentos musicales hasta cansarnos; hay risas y alegría.

El escritor admite que los niños viven afectados, sin embargo avanzan y así lo comprueba porque vuelven.

Están puntuales a las 5 de la tarde, son muy quisquillosos y se emocionan; eso me gusta, verlos sonreír ante lo que viven, seguiremos ayudándolos en lo que podamos, afirma.

Víctor Fuentes, adelanta, caminará por los barrios de Unión Hidalgo, así como en el albergue ubicado en el centro de la comunidad y con ayuda de una amiga que es cuentacuentos llevar arte a los niños, no precisamente algo formativo, pero que los ayude a olvidar sus ratos amargos tras el terremoto.

Una amiga que es cuentacuentos se ha apuntado para colaborar y eso es maravilloso; estamos a la espera de que llegue al pueblo y nos unamos por nuestros niños. Ellos lo necesitan y sus padres también.

Según las autoridades educativas, hasta el momento no hay indicaciones para el regreso a clases: más de 80 por ciento de las escuelas están afectadas y otras serán demolidas.