Editorial
Ver día anteriorDomingo 1º de octubre de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El Fonden y la reconstrucción
I

niciada la tarea de reconstruir la infraestructura material destruida o dañada en Ciudad de México por el sismo del 19 de septiembre, buena parte de la sociedad se pregunta a qué organismos oficiales corresponde encabezar esa labor, cuál o cuáles son los que tienen a su cargo la coordinación de las labores que es preciso emprender y, por extensión, de dónde van a salir los recursos indispensables para financiar los trabajos requeridos. Respecto a este último aspecto (nada menor, porque la creación o reconstrucción de obra pública o privada no puede hacerse sin dinero) cabría suponer que por su propio nombre el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) debería tener una participación activa en el financiamiento de esa obra. Sin embargo, la Coordinación Nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, anunció ayer que ese instrumento no aportará recursos para resarcir los daños físicos producidos por el sismo en la capital de la República, porque en ese rubro su función –según lo señala el capítulo II de sus Reglas de Operación– consiste en mitigar los daños a los activos productivos y a las viviendas de la población de bajos ingresos (...), y quienes perdieron casa y bienes en Ciudad de México no se encuentran en la franja de la llamada pobreza extrema.

¿Cómo pues, desde el sector público y en el ámbito capitalino, se llevaría a cabo esa operación de financiamiento? En primer lugar, informa la dependencia de la Secretaría de Gobernación, haciendo uso de dinero de la ciudad, un enunciado ciertamente impreciso; en segundo término mediante el llamado bono catastrófico, y por último echando mano de aportaciones federales, de momento no especificadas.

Así formulado, el mecanismo que proveerá de fondos para la reconstrucción en la ciudad muestra aspectos que no son fáciles de entender. El bono catastrófico, por ejemplo, es un instrumento de cobertura financiera diseñado para aumentar los recursos del Fonden (de hecho, su nombre técnico es Bono Catastrófico Fonden 2017); pero el titular de Protección Civil, Luis Felipe Puente, ya dijo que el fondo no aportaría para resarcir daños que no afectaran a pobres extremos. Y como la población damnificada de la capital del país no se encuentra en ese supuesto, el empleo de fondos del bono para ese menester contravendría la normatividad del Fonden.

En paralelo, en el proceso de ubicar el papel de dicho fondo –esencialmente, si participa o no en el fondeo de la reconstrucción– surge una duda en torno al estado de sus recursos: ¿dispone de dinero suficiente, como lo aseguró ayer mismo en Morelia el secretario de Gobernación, o tiene cero pesos, como dijo el coordinador de Protección Civil? Si como todo parece indicar, el organismo no asignará ni un centavo a las tareas de restaurar los daños materiales del sismo, su solvencia parecería irrelevante; pero vale la pena que el punto se aclare debidamente, porque se trata de una instancia fundamental en tanto atiende los efectos de desastres naturales imprevisibles, cuya magnitud supere la capacidad financiera de respuesta de las dependencias y entidades federales (...)

De acuerdo con el funcionario de Protección Civil, el Fonden atenderá a pobladores de Chiapas, estado de México, Morelos, Oaxaca, Puebla y Tlaxcala afectados, pero lo hará mediante la intervención de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, habida cuenta de su temporal falta de fondos.