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19/S: El dolor y la esperanza

Conllevan el riesgo de que se les dé uso electoral, señalan

Se avizora lucro con monederos si no hay transparencia, señalan expertos
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En la esquina de Escalera y Prolongación División del Norte, en la colonia Prado CoapaFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Lunes 2 de octubre de 2017, p. 23

El empleo de los monederos electrónicos (tarjetas con dinero en efectivo) para la reconstrucción de las viviendas tras los sismos de septiembre conlleva el riesgo de su uso clientelar en periodo electoral, por lo que debe haber transparencia y fiscalización, señalaron expertos. Sobre todo porque los antecedentes de este instrumento para distribuir recursos está en los procesos electorales, recordaron.

Partidos de oposición denunciaron que en 2012, en la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, se rebasaron los gastos de campaña con el uso de los monederos Monex, y en el pasado proceso electoral de los estados de México y Coahuila, los candidatos del Partido Revolucionario Institucional prometieron tarjetas y monederos rosas para apoyar a las amas de casa.

Peña Nieto anunció hace unos días que el esquema diseñado para la reconstrucción de viviendas en Oaxaca y Chiapas incluye dos monederos electrónicos para familias damnificadas que se encuentren dentro de los censos levantados. Además de esos estados, donde esta semana se empezarán a entregar, se incluirán Morelos, Puebla y el estado de México. Uno de los monederos tendrá dinero para que puedan disponer de estos recursos, y el otro será para la adquisición de materiales de construcción.

Sobre este plan, Enrique Díaz Infante, del Centro de Estudios Espinosa Iglesias, consideró preocupante que los monederos puedan ser utilizados para fortalecer el clientelismo, lo cual afecta la democracia. Hay mejores maneras de canalizar los apoyos, dijo, y planteó que la Auditoría Superior de la Federación fiscalice el uso de los 6 mil 500 millones de pesos anunciados para la reconstrucción en Chiapas y Oaxaca.

Esta situación hace necesario el padrón único de beneficiarios de programas sociales, vieja demanda de las organizaciones y expertos en temas de pobreza, ya que si existiera sería una herramienta que ayudaría a la distribución de los apoyos, indicó.

Quizá las tarjetas son una buena manera de responder a los damnificados con la distribución de efectivo, siempre y cuando se haga de manera imparcial, no politizada, ordenada. El desafío es que un gobierno con tan poca credibilidad deja preguntas de ¿cuáles son las tarjetas que se darán?, ¿cuánto van a ganar las empresas que las darán? y ¿qué asegura que no sea un mecanismo para beneficiar a los amigos que tienen una empresa que produce estas tarjetas?, sostuvo Ricardo Fuentes Nieva, director de Oxfam.

Insistió en que se debe asegurar el manejo adecuado de ese instrumento y que el dinero llegue a quienes realmente lo necesitan, aunque no se puede tomar la palabra del gobierno sin hacer preguntas de fiscalización y vigilancia.

Lo peor que puede pasar es que con el desastre haya lucro y agravio sobre la reconstrucción. Esto requiere mucha transparencia. Se debe contar de una vez por todas con un padrón de quienes reciben recursos, por la situación económica y la crisis que se vive. La falta de un padrón permite la discrecionalidad del uso de recursos públicos, dijo por su parte Rogelio Gómez, de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.