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19/S: El dolor y la esperanza

Lo atienden cinco maestros de la sección 22 y una voluntaria; recibe apoyo de vecinos

Campamento de damnificados en Ixtaltepec se vuelve espacio de cohesión y aprendizaje
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Cinco maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación damnificados por el sismo del 7 de septiembre imparten clases en el municipio de Asunción Ixtaltepec, Oaxaca, en un albergue habilitado como escuela, lo que ha ayudado a los alumnos a hacer frente a lo ocurridoFoto Diana Manzo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 3 de octubre de 2017, p. 33

Ixtaltepec, Oax.

Lo que se inició como un campamento de damnificados del terremoto del 7 de septiembre se convirtió en un espacio de convivencia escolar: cinco maestros de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y una voluntaria comenzaron a impartir clases a niños y jóvenes como terapia para paliar la tensión nerviosa por los estragos que el sismo causó en su localidad.

La sacudida, que continúa con réplicas constantes, no se olvidará, dice el profesor Carlos Jiménez Jiménez, pero con las clases dinámicas los estudiantes han cambiado su percepción de lo ocurrido y han entendido que se trató de un fenómeno natural.

Este refugio, que durante dos horas y media se convierte en espacio de aprendizaje, surgió el 8 de septiembre como acto solidario de vecinos del barrio Santa Rita en Ixtaltepec, quienes idearon la manera de entretener a 17 niñas y niños, hijos de damnificados, y desde hace una semana les imparten clases de español y matemáticas.

De las 10 a las 12:30 horas, los profesores Marisela Jiménez Jiménez, José Ramón Velásquez Aquino, Fernanda Gallegos, Rosa Edna Mecott Gómez y Carlos Jiménez Jiménez, así como la voluntaria Valentina Santiago López, imparten clases en una carpa con techo de lámina sostenido por maderos, construida por Jesús Mecott Gómez, quien también prestó sillas y mesas.

Al principio este lugar era sólo para hijos de damnificados del barrio Santa Rica, pero ahora llegan menores de los municipios de Tehuantepec y Juchitán y ya suman 34.

En la carpa de seis metros de largo por dos de ancho, los menores son distribuidos por nivel educativo: de un lado están los de prescolar, del otro primaria y en el extremo los de secundaria; cuando se retiran llegan los de preparatoria.

Todo comenzó como entretenimiento, para disminuir el estrés postraumático que dejó el terremoto y para olvidar las constantes réplicas, y ha funcionado, comentó Jiménez Jiménez, conocido como Carlitos.

Llevamos una semana impartiendo clases y los pequeños están muy contentos; además, gente solidaria ha venido a darles espectáculos de teatro guiñol y canto; este lunes, por ejemplo, llegaron los sicólogos de la Secretaría de Salud, destacó.

Valentina Santiago López se unió a los docentes como voluntaria. Imparte clases de prescolar y primer grado de primaria. Asegura que su experiencia ha sido maravillosa, porque ha conocido de cerca el oficio de maestro.

Durante las clases, los menores traen libros y todos comentan las lecturas. También comparten experiencias del terremoto, se desahogan y hacen pinturas sobre lo ocurrido, lo cual, explican los maestros de la sección 22 de la CNTE, es terapéutico.

En nuestras manos está ayudar a los niños. Al principio estaban de mal humor, sólo querían ver el celular y estar acostados. Ahora se levantan temprano, se arreglan y están listos para ir a clase; es maravilloso lo que se ha logrado en una semana, resalta Santiago López.

Según las autoridades de Oaxaca, a causa del terremoto del 7 de septiembre 324 escuelas sufrieron daños y 47 serán reconstruidas, entre ellas el Centro Escolar de Juchitán, institución emblemática de más de 70 años de antigüedad.