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19/S: El dolor y la esperanza

Acá hubo bastante gente afectada; algunos tuvieron que ser llevados a hospitales

En San Pedro Huilotepec, Oaxaca, el sismo del día 7 acabó con muchas de las viviendas
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En el buque Usumacinta, la Marina entregó 536 toneladas de víveres en Salina Cruz, que serán repartidas en las comunidades oaxaqueñas de San Pedro Huilotepec y Huazantlán del RíoFoto Yazmín Ortega Cortés
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Periódico La Jornada
Miércoles 4 de octubre de 2017, p. 12

San Pedro Huilotepec, Oax.

Rosa Estudillo García se sienta cada mañana en el quicio de su puerta en espera de que llegue la ayuda para reconstruir su casa. Desde hace casi un mes el sismo fracturó su vivienda y todas las pertenencias fueron sacadas al patio, donde cada noche su familia duerme en catres, a la intemperie, por temor a que el inmueble se derrumbe.

La familia de Rosa es una de las más de 500 familias cuyas viviendas resultaron afectadas por los sismos. El primero ocurrió el 7 de septiembre, con magnitud 8.2, y desde entonces en la zona se han sentido muchísimas réplicas, –6 mil 286 hasta ayer, de acuerdo con estadísticas de Protección Civil.

Según los registros del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), en esta comunidad había 689 viviendas en 2010, año en que se realizó el último Censo de Población y Vivienda, y ahora sus autoridades municipales han contabilizado más de 500 casas afectadas, 200 de ellas con daños graves que obligarán a su demolición y reconstrucción.

La mayor parte de los inmuebles afectados fueron construidos principalmente con adobe recubierto con aplanado de cemento y arena; algunos sí cuentan con castillos y columnas, pero fueron obras que se construyeron con base en el empirismo de ayudantes y maestros albañiles, refirieron integrantes de las fuerzas armadas que han estado apoyando con alimentos a las familias afectadas.

La casa de Rosa se localiza en el cruce de las calles Hidalgo y Guaymas, y en la fachada las autoridades colocaron el número 155/00503, que la identifica como una de las viviendas dañadas por el sismo. “Hubo mucha gente afectada, algunos sufrieron de parálisis facial u otros padecimientos y por ello tuvieron que ser llevados a hospitales. El sismo del 7 de septiembre acabó con muchas de las viviendas y hay quienes durante el día se quedan frente a sus casas y en la noche se quedan en el albergue de la Marina.

Sobre el piso de tierra

“Hay otros, como nosotros –su familia está integrada por tres hijos y su esposo–, que se resguardan en su patio bajo un pequeño techo de lámina y sobre el piso de tierra”. Sus pocos muebles –modestos todos– están cubiertos con plástico.

Lidia Olavarri Montero, es una de las más de 120 mujeres que encabezan su hogar, y ella, al igual que decenas de hombres, mujeres y niños, rápidamente se acercaron a los camiones de las secretarías de Marina y de la Defensa Nacional que repartieron despensas familiares para paliar los efectos de los sismos.

Los soldados y marinos caminaron varias calles para entregar de manera directa los alimentos no perecederos a la población afectada, pero no hay nadie que esté ayudando a demoler las viviendas afectadas.

“El pasado 7 de septiembre a las 23:49 se sintieron los primeros efectos del sismo y lo primero que se hizo fue recorrer las comunidades. Yo soy trabajador del ayuntamiento y tuvimos que prestar ayuda a la población de Boca del Río, que venía por entre el monte, eran mujeres, hombres y niños que venían a resguardarse con nosotros. Esa gente la tuvimos aquí cuatro días.

Pero no fueron los únicos, de San Mateo del Mar también llegaron, ante las falsas noticias de que habría tsunamis; fueron como 600 personas, y a todas se les brindó ayuda con alimentos y atención médica, dijo Saúl Tolentino Mijangos, empleado del ayuntamiento de San Pedro Huilotepec.

Esta comunidad se localiza en la región del Istmo de Tehuantepec, a 267 kilómetros de la capital del estado, y limita con los municipios de Juchitán de Zaragoza y San Blas Atempa; Salina Cruz y San Mateo del Mar.

Y a casi un mes del sismo que más los afectó, hay mucha gente que sigue en los albergues, porque temen que sus casas se truenen, y como nadie ha venido a revisar si las escuelas son seguras (cuentan con planteles de nivel preescolar, básico y bachillerato), pues nadie asiste a clases, añadió Tolentino.