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El estante de lo insólito

Bajo un cielo rojo sangre, U2

Foto
Ilustración Manjarrez

“I have spoke with the tongue of angels
I have held the hand of a devil
It was warm in the night
I was cold as a stone.
But I still haven’t found
What I’m looking for”.
U2. I still haven’t found what I’m looking for.

Atesorar lo irrepetible

B

ono da pasos pequeños al borde de la plataforma, como en el conteo minucioso de una coreografía que lo mantiene en un balance de riesgo. Toneladas de equipo con ingeniería de otro orden galáctico sigue su efigie para mezclarla en la pantalla más grande del mundo con The Edge, Adam Clayton y el primer responsable de que todo pasara, Larry Mullen Jr. Con mirada difusa y penetrante a pesar de la coraza de gafas rojizas que podrían contener un tornado, Bono canta “ Please… get up off your knees now please”. Fue la noche que retuvo los enojos por la agresión a uno de sus escoltas por la típica imbecilidad prepotente de la guardia presidencial mexicana; la velada para dedicar los versos al apenas muerto Michael Hutchence; la noche inigualable para un concierto de época que tuvo actos para siempre, como las luces que acompasaron New year’s day o la cadencia impecable de All I want is you. Aquel diciembre de 1997, el Pop Mart Tour tuvo sello oficial con las imágenes de Ciudad de México.

Atesorado como lo irrepetible, es verdad que el Pop Mart no contó con la excitación primeriza del Zoo TV Tour, la energía de la gira Vértigo o la brillantez única del 360º, pero fue el concierto que fue nuestro, en una relación que ha existido con pocas bandas de las llamadas grandes.

Out of control

Integrados con la soberbia rebelde de la adolescencia, con el coraje concentrado en un sonido punk con demasiado que decir, los jóvenes de Dublín fueron primero seis (Ivan McCormick y Dik, el hermano de Dave The Edge Evans, quedarían en el camino) llamados Feedback y The Hype, antes de denominarse U2, con copetes sobrados y muralla humeante de cigarrillos consecutivos. Con un grito ensordecedor desde la entraña, saturados de lírica, música, ideas, rabia y talento que anunciaban un estallido o la conquista del mundo.

Llegó el periodista Bill Graham y, sin calcularlo, se convirtió en su descubridor. El mayor mérito de Graham: presentarlos con su auténtico ángel guardián, Paul McGuinness, mánager eterno quien fue el puente exacto para tratar y cerrar las alianzas con los genios de la producción en estudio, como Brian Eno (quien haría de quinto miembro en el complejo disco Passengers), Daniel Lanois, Steve Lillywhite o Flood, tutores de la producción de sus álbumes clásicos con al menos tres obras maestras: The Unforgettable Fire, The Joshua Tree y Achtung Baby.

Capaces de alternar con ídolos o músicos admirados, como Bob Dylan, de quien la banda hizo buen cover de All along the watchtower, además de que Bono y Dylan compusieron Love rescue me; ambas incluidas en el album Rattle and Hum; B.B. King ( When loves come to town), o Johnny Cash ( The wanderer), los músicos han experimentado hasta pasar por fulguraciones de profundidad lírica y compleja arquitectura musical en temas que parecen sencillos, como Ordinary love, Every breaking wave, Who’s gonna ride your wild horses?, If you wear that velvet dress o Love is blindness.

Todas las guerras

El sentido antibélico de la banda quedó de manifiesto desde su álbum debut Boy, cuya carátula tiene a un pequeño con mirada penetrante y un gesto serio. El niño (Peter Rowen), reflejaba la mirada de la inocencia inmaculada, pero el mismo chico sería la portada de War, con la expresión dura por sobre las heridas que causan las disputas políticas de combate, las de los rostros incapaces de reír, con un llanto desapacible que no escurre lágrimas, si no que está herido por dentro. El mismo chico Rowen aparecería en la portada del disco de éxitos compilatorios The Best Of 1980-1990, material gráfico recuperado de las sesiones originales.

El título del disco The Unforgettable Fire se refiere a las pinturas y fotografías realizadas por artistas japoneses supervivientes de los ataques nucleares contra Hiroshima y Nagasaki en la Segunda Guerra Mundial. Además, la banda hizo el disco How to dismantle an atomic bomb, que repasa, en medio de su euforia roquera, los mismos conceptos del orden pacífico y otros muy personales, como Sometimes you can’t make it on your own, sobre Bob, el padre de Bono.

La múltiples caras de la guerra (catástrofes armadas, económicas, contra la clase obrera, agresiones contra minorías sociales) en la obra de U2 aparecen en temas tan célebres como Sunday bloody sunday, sobre la matanza que hicieron fuerzas británicas contra irlandeses en 1972; pero también en su tema Miss Sarajevo, como un homenaje al espíritu humano capaz de celebrar a sus reinas en medio de los desastres de combate, lo que acarrearía polémica y difícil presentación en el propio Sarajevo con la gira Pop Mart.

Nosotros creemos

Subidos al ring de los derechos civiles y las causas de gente como Desmond Tutu, Nelson Mandela, Martin Luther King o la activista birmana Aung San Suu Kyi, la banda sostiene su filiación cristiana por el grupo Shalom, lo que no evita que cuestionen todos los órdenes religiosos, particularmente los grupos que hacen transmisiones televisivas solicitando donativos de sus fieles.

En videos o declaraciones, U2 también ha dado sitio a literatos que evaden la crítica pueril, la marginalidad, la censura y la amenaza, como William Burroughs, Allen Ginsberg y, especialmente, Salman Rushdie, a quien presentaron en concierto en Londres en mayo de 1992, jugándose el pellejo en tiempos de amenaza por la fatwa contra el autor indobritánico por su novela Los versos satánicos. Rushdie publicó en 1999 El suelo bajo sus pies, con drama amoroso de pareja roquera que arranca con terremoto en México (de verdad) y cuyo concepto (y la canción del mismo nombre en la que el escritor también colaboró) sirvió a Bono para su argumento del largometraje The Million Dollar Baby (1999) que dirigió Wim Wenders. En el videoclip del tema homónimo El suelo bajo sus pies, Rushdie puede verse en una escena desde una de las ventanas del hotel mientras hace notas dibujando una sonrisa, iluminado siempre por las veladoras en el borde de la ventana.

Colores, asfaltos y racacielos

A U2 le encanta tocar en rascacielos y hacer breves road movies clipleros. Oteando desde lo alto se les ha visto en el clásico Where the streets have no name, cuando la policía llegó para bajarlos de una azotea y les quitaron la electricidad; además de la interpretación del tema Invisible, en el programa The Tonight Show de Jimmy Fallon; la versión de Beautiful day para Top of the Pops en el 2000, o el reciente You’re the best thing about me. Moviéndose en autos ( The sweetest thing), o en plataformas de tráiler ( All because of you), U2 está en permanente movimiento.

Banda con una paleta de color que pasa por el blanco y negro depurado de Anton Corbijn y directores sucesivos como Phil Joanou, y los diseños del artista irlandés Steve Averill (aunque en tema de portadas nadie sabe –quizá ni él– cómo ni porqué Adam Clayton lleva puesta chaqueta de charro en la portada del disco October), o la vertiginosa y estupenda dirección en vivo de Hamish Hamilton. Entre sombras y claridades parte de la gran versión de One, que tocaron con Mary J. Blige en videoclip filmado en teatro de Ciudad de México (aparece incluso un altar de la Virgen de Guadalupe), o del estupendo Invisible, que dirigió Mark Romanek.

Wim Wenders diseñó su propia concepción de U2 para los videos Achtung Baby, en la tierra berlinesa que había bañado los sueños de pátinas dobles y triples en entintados cobaltos y azabaches para su prodigio Las alas del deseo (1987), la clase de espíritu de ángel caído que los irlandeses necesitaban para hacer el tema que el director les pidió para su nuevo filme Faraway So Close, de donde saldría Stay, cuyo video incluiría escenas de la película. El cineasta alemán también dirigió los materiales del proyecto Red, Hot and Blue, recavando fondos para enfermos de sida, donde U2 interpretó Night and day, de Cole Porter, de quien los invitados hicieron nuevas versiones. La banda tiene largometrajes en vivo para romper modelos como Rattle and Hum (de Phil Joanou), llegados a la versión IMAX de Vértigo con U2 3D con set list mostrando imágenes del tour en Latinoamérica (Brasil, Argentina, Chile y México).

Dar y dar

Acusados por el imperdonable deseo de querer salvar al mundo, U2 ha estado involucrado o ha propiciado varios de los movimientos más importantes de los tiempos recientes sobre derechos humanos y soporte humanitario de múltiples causas. Entre ellos Band Aid, The Conspiracy oh Hope o Live Aid; empujando a Greenpeace o Amnistía Internacional. Parte del espíritu que los ha mantenido en escena más de 40 años juntos, porque aunque Boy se lanzó en 1980, tocan juntos desde 1976, algo complicado de lograr no importa el estrellato, los contratos o el dinero; hace falta otra cosa. Lo encontraron por suerte o destino, y su longevidad en escena luce con una solidez otoñal tan energética como la vuelta sobre sus pasos en U2 Go Home: Live From Slaen Castle (2001), donde tocaron Out of control con el vigor que debieron tener sobre un primer entarimado. Aún con rispidez y ganas de ser, la banda sacudió a todos con el vigoroso tour por el 30 aniversario de The Joshua Tree, una de sus ejecuciones más impecables, con nueva grabación en México, donde hasta el mismo Anton Corbijn (diseñador y ejecutor de gráficos en pantalla) estuvo haciendo fotografías. Dedicados a los que perdieron la vida en los terremotos en tierra azteca, fueron conciertos con otro nivel emocional.

Twitter: @nes