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Es la primera que esa universidad estadunidense dedica a un mexicano

La Cátedra Eduardo Matos Moctezuma de Harvard abarcará cinco años

La arqueología es una disciplina plural y universal que lo mismo descubre el palacio del poderoso que la casa del humilde, dijo en la jornada inicial el investigador emérito del INAH

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Aspecto de la sesión inicial de la cátedra en honor del destacado investigador creada por la Universidad de HarvardFoto Héctor Montaño/ INAH
 
Periódico La Jornada
Martes 10 de octubre de 2017, p. 5

La Cátedra Eduardo Matos Moctezuma, que auspicia la Universidad de Harvard, cuya sesión inicial se efectuó hace unos días en México, durará cinco años. Un comité académico, que incluye al arqueólogo mexicano, elegirá a los conferencistas que se presentarán en el país en el otoño y en Harvard en la primavera.

Los temas que abordarán serán acerca de planteamientos vanguardistas o hallazgos novedosos en el campo arqueológico. La semilla de esa cátedra –la primera que dedica la prestigiosa casa de estudios estadunidense a un mexicano– son las casi cuatro décadas de intensa colaboración entre los profesores Matos y David Carrasco en torno al Templo Mayor.

Como informó La Jornada (30/9/17), la conferencia magistral inaugural estuvo a cargo del investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien dijo que ninguna otra disciplina puede penetrar en el tiempo y confrontar a las obras del hombre y al hombre mismo como lo hace la arqueología, disciplina plural y universal que lo mismo descubre el palacio del poderoso que la casa del humilde.

Ante un público que abarrotó el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, Matos hizo un recuento de sus inicios en la arqueología, sus lecturas, influencias profesionales y algunos de los derroteros investigativos a los cuales ha dedicado gran parte de su carrera.

Explicó que sus líneas de investigación se pueden agrupar en tres temas: la historia de la arqueología; el Proyecto Templo Mayor en el Centro Histórico de la Ciudad de México –que lidera desde su creación en 1978–, así como conceptos como la vida y la muerte, determinantes para muchas civilizaciones mesoamericanas.

Iniciativa binacional

En su intervención, la antropóloga Aída Castilleja González, secretaria técnica del INAH y representante del director general de ese instituto, Diego Prieto, afirmó que la cátedra binacional se establece en reconocimiento a la producción académica, pero también a la capacidad moral e intelectual del profesor Matos.

El antropólogo David Carrasco, profesor del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Harvard Divinity School (con sede en Cambridge, Massachusetts) confió en que la cátedra será un puente para unir los recursos y talentos de la casa de estudios estadunidense y la comunidad cultural mexicana.

También presentó la pintura titulada Caballero Águila/Eagle Warrior, creada por el artista mexico-estadunidense George Yepes, elegida para ser la imagen de la cátedra. Una reproducción de esa obra se entregará a cada uno de los futuros panelistas.

Mark Elliot, también catedrático de la Universidad de Harvard, dijo que la concreción del ciclo académico crea alianzas permanentes entre el INAH y escuelas específicas de esa casa de estudios, como el Centro de Estudios para Latinoamérica David Rockefeller.

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El arqueólogo Eduardo Matos MoctezumaFoto Héctor Montaño/ INAH

En segunda instancia, añadió, la cátedra hará visible el papel activo y fundamental que tienen las instituciones culturales en las sociedades contemporáneas, así como lo importante que ha sido y es el estudio de las antiguas civilizaciones humanas.

Al hablar sobre la vida y la muerte en la antigüedad, uno de los grandes temas que ha explorado Matos durante su vida profesional, reiteró que sus investigaciones acerca del Mictlán se han compaginando, por ejemplo, con la exploración del Templo Mayor, pues a lo largo de cuatro décadas de trabajo de campo, se han podido localizar arqueológicamente numerosas estructuras que parten del recinto sagrado de Tenochtitlán, y que corresponden a dos ejes simbólicos y paralelos que resumían la cosmogonía de los mexicas; uno de la muerte y la guerra dedicado a Huitzilopochtli, y otro de la vida y el agua vinculado con Tláloc.

Exposición Voces de barro

Algunas de las estructuras ubicadas en el eje de la muerte son el monolito de la diosa Tlaltecuhtli, el templo circular conocido como Cuauhxicalco, o descubrimientos hechos en los recientes años, como el Gran Tzompantli y el Juego de Pelota de la vieja capital mexica.

Matos considera que una particularidad de este eje es que coincide con los testimonios que sobre sus edificios, dimensiones y ubicaciones, ofrecen cronistas como fray Bernardino de Sahagún.

El eje de la vida, explicó, se componía a su vez por el templo de Tláloc en lo alto de la pirámide sagrada, las ofrendas en la denominada cámara II, el Altar de las Ranas y por construcciones halladas en épocas recientes, como el templo de Ehécatl-Quetzalcóatl.

Ambas vías fueron de gran importancia simbólica y son todavía objeto de innovadoras exploraciones arqueológicas. Sin embargo, el investigador emérito del INAH llamó la atención sobre el hecho de que los informantes de Sahagún únicamente mencionaron sus relaciones con el eje que evoca a la muerte y a la guerra, lo que, dijo, podría vincularse con la trascendencia que ambas actividades tenían dentro de su ritualidad y visión del mundo.

Después del acto de apertura de la Cátedra Eduardo Matos Moctezuma, se inauguró la exposición Voces de barro, que reúne una selección de nueve esculturas precolombinas hechas a partir de ese material, y seleccionadas por el propio Matos de las colecciones de los museos Nacional de Antropología y del Templo Mayor.

La exhibición es de acceso libre y puede visitarse en el vestíbulo del Nacional de Antropología (Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec); concluirá los primeros días de diciembre.