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Damnificados de la Narvarte siguen en pie de lucha, pese a perderlo todo

No estoy aquí para que me den algo que no me corresponde: Enrique Alcántar

Todos los afectados de Concepción Béistegui 1503 somos adultos mayores

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El señor Enrique Alcántar García montó su tintorería y planchaduría a un costado del campamento que desde el 19 de septiembre habilitó junto con sus vecinos, tras colapsar parte del edificio donde se ubicaba el negocio en que trabajabaFoto Carlos Ramos Mamahua
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En la esquina de Concepción Béistegui y Yácatas, en la colonia Narvarte, delegación Benito Juárez, está el edificio en cuya planta baja se encontraba la tintorería y planchaduría La 12n, el cual será demolido por el daño estructural que presentaFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de octubre de 2017, p. 33

Sin ningún apoyo gubernamental, Enrique Alcántar García, de 69 años de edad, decidió montar su propia planchaduría en plena calle y a un costado del campamento que desde el 19 de septiembre habilitó, junto con sus vecinos, tras el colapso del edificio ubicado en Concepción Béistegui y Yácatas, en la colonia Narvarte, donde se encontraba el negocio donde laboraba desde hace nueve años.

Tintorería y planchaduría La 12n. De pie y trabajando, dice el letrero que colocó en una cartulina pegada al burro de planchar, donde continúa trabajando para sobrevivir en la emergencia.

Los 2 mil pesos que da la Sedeco a negocios afectados por el sismo sólo es otorgado a quienes acreditan la propiedad, pero no a los empleados, por lo que no pudo acceder a la ayuda, expresó.

Alcántar García se hizo popular en las redes sociales luego de que a iniciativa de un vecino, que le prestó el burro de planchar y la plancha, divulgó un video en el que ofrecía sus servicios. Al sitio comenzó a llegar el apoyo de la comunidad, que llevó su ropa a planchar, y un sinnúmero de representantes de medios de comunicación, que hacen fila para documentar su historia.

De trato amable, expresó que decidió hacer guardias con el resto de los afectados en espera de poder ingresar al inmueble. No estoy aquí para que me den algo que no me corresponde, es sólo con la idea de recuperar la ropa de mi clientela, que es mi responsabilidad, después ya veremos dónde trabajar, apuntó.

Sin reflectores mediáticos, pero también afectado por el sismo, está don Alejandro Garibay, quien perdió su tienda de abarrotes, que manejaba desde hace 26 años.

No hubo un solo día en estos años que no abriera, aseguró con nostalgia, tras señalar que fruto de ese trabajo logró darle estudios universitarios a sus dos hijos, uno como químico farmacéutico biólogo y otra como administradora de empresas.

Aún no se resigna a perderlo todo y confió en que antes de ser demolido el inmueble sea apuntalado, para poder sacar sus pertenencias y la mercancía no perecedera, porque el único apoyo que van a dar a los negocios son 2 mil pesos. No los han dado aún, pero ya estamos en lista para recibirlos, apuntó.

Del edificio de cuatro niveles ubicado en Concepción Béistegui 1503 se desplomó la mitad y está entre los primeros que serán demolidos por el gobierno de la ciudad. Ya dimos la autorización y esperamos que nos den apoyos para recuperar nuestro patrimonio, porque todos los afectados, salvo alguno, quizá, somos adultos mayores, contó.