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El país invitado despliega su glamur narrativo y se lanza a la conquista de nuevos lectores

La quintaesencia de la literatura francesa se concentra en la Feria de Fráncfort

Comienza la edición 69 del máximo escaparate editorial en el mundo

Es la hora de los libros, proclama la Asociación de Libreros alemanes

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El presidente francés, Emmanuel Macron, ayer, durante su intervención en la apertura oficial de la Feria del Libro de Fráncfort, cuyas actividades abarcan del 11 al 15 de octubreFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de octubre de 2017, p. 5

Fráncfort.

En tiempos convulsos en los que el tono se ha vuelto más agrio, la sociedad se ha polarizado y las fake news se propagan a ritmo vertiginoso, la Feria del Libro de Fráncfort reivindica el papel de la industria editorial como garante del entendimiento, la diversidad de opinión y la información veraz.

Es la hora de los libros, proclamó ayer Heinrich Riethmüller, presidente de la Asociación de Libreros alemanes, en la rueda de prensa de inauguración del mayor escaparate editorial del mundo, que concluirá el próximo domingo en la ciudad del Meno. En estos tiempos desafiantes, nuestro sector es más necesario que nunca, añadió y destacó que en momentos de crispación como el actual las editoriales auspician el diálogo, la información fiable, la formación de opinión, generan debate y apoyan la pluralidad y el intercambio de pareceres.

La cita cumbre del sector editorial no ha perdido tampoco este año, con Francia como país invitado, ni un ápice de su vertiente política.

Acuden cerca de 7 mil expositores de más de un centenar de países. Se espera la asistencia de unos 300 mil visitantes.

Condenas a países que limitan las libertades de prensa y opinión

La inauguración de la Feria de Fráncfort por Angela Merkel y Emmanuel Macron se alza como símbolo de la estrecha relación entre los dos países y como declaración en favor de una Europa unida y fuerte, según explicaron los organizadores.

Francia quiere aprovechar la ocasión para presentar la producción literaria de todos los países de habla francesa, una lengua que hablan más de 270 millones de personas en el mundo.

Incluso antes de la inauguración oficial de la feria, con la canciller Angela Merkel y el presidente galo Emmanuel Macron como anfitriones, han sido continuas las condenas a países déspotas que limitan la libertad de prensa y de opinión o que encarcelan a sus plumas más críticas.

El bloguero Raif Badawi en Arabia Saudí, editores como Gui Minhai en China, el periodista turco-alemán Deniz Yücel o la traductora Mesale Tolu en Turquía. Es atroz cómo un derecho humano puede ser pisoteado en tantos lugares del mundo, lamentó Riethmüller.

Sin libertad de opinión no existen libros y sin libros no existe diversidad de opinión, manifestó. Lejos de constituir una proclama de altos galones que se difumina a las primeras de cambio, ésta es una máxima que en Fráncfort se aplica sin contemplaciones, hasta el punto de que en la presente edición la feria se negó a excluir a una editorial cercana al movimiento derechista identitario. Nosotros no contemplamos la prohibición ni la censura. Debemos presentar la mejor narrativa para hacer frente a la narrativa envenenada, sentenció ayer el director de la feria, Juergen Boos. En su opinión, no se puede prohibir la participación a las editoriales ni de derecha ni de izquierda, porque también al hacerlo se les acaba dando mayor notoriedad y publicidad.

A casi una década del libro electrónico Kindle

En su edición 69, más allá de ocuparse de los interrogantes que acompañan a la frenética actualidad, el mundo editorial vuelve a reunirse en su principal cita mundial con el firme propósito de recuperar sus orígenes, es decir, situar de nuevo a autores y a lectores en el foco de la escena literaria.

A punto de que se cumpla una década del lanzamiento del libro electrónico Kindle, que supuso toda una revolución en el mercado, el sector vive su mejor momento de los recientes 50 años o quizás de toda su historia, declaró un optimista Markus Dohle, directivo del gigante del mundo editorial Penguin Random House. Algunos anunciaron la muerte del libro en papel, pero vemos una coexistencia sana entre los mundos tradicional y digital, destacó, convencido de que la verdadera revolución que afecta a la industria es la relación directa, sin intermediación de libreros, que las editoriales mantienen ahora con los lectores.

El libro digital es sólo un formato, pero el gran desafío para las editoriales es buscar una mayor visibilidad. En Amazon hay 50 millones de títulos, apuntó el alto cargo de la multinacional que en la actualidad fija su atención en el mercado indio y latinoamericano.

Gran presencia de autoras en lengua gala

Dpa

París/ Fráncfort.

Los escritores Michel Houellebecq, Yasmina Khadra, Yasmina Reza, Nancy Huston y Amélie Nothomb pertenecen a la nómina de grandes nombres de la literatura francófona contemporánea, galardonados en numerosas ocasiones.

Todos ellos integran además la delegación de más de 130 literatos que representa a Francia en la edición 69 de la Feria del Libro de Fráncfort, la cita cumbre de la literatura mundial.

En calidad de invitado de honor, el país galo acude a la ciudad del Meno con credenciales que evidencian que el esplendor sigue acompañando a las letras escritas en francés, tanto a las que provienen de la madre patria, como a las que cobran vida en África, en América del Norte, en Asia o en el Magreb.

Con gran presencia femenina y autores oriundos de la inmigración y de las antiguas colonias, Francia se presenta al mundo siguiendo la premisa del filósofo Jacques Derrida (”Una lengua no pertenece a nadie”) y poniendo el foco en un idioma que hablan más de 270 millones de personas en el mundo.

Hay una nueva conciencia. Los autores francófonos, tanto si viven en otros países como si residen en Francia como migrantes, son hoy muy importantes para las editoriales francesas, declara en entrevista Paul de Sinety, director de la delegación gala.

Con el lema Francfort en français (Fráncfort en francés) y un corpus literario renovado, el país cuna de grandes filósofos y pensadores se lanza a la reconquista de nuevos lectores. Debemos recuperar a la gente joven de Alemania y de otros lugares para que vuelvan a la cultura francesa. Esto puede ser con el cómic o con literatura juvenil, añade De Sinety.

Francia, que ya fue país invitado en la Feria del Libro de Fráncfort en 1989, regresa al mayor escaparate literario por todo lo alto: con unos 300 actos –lecturas, conferencias y presentaciones– y con hasta medio millar de nuevas traducciones al alemán. Toda un despliegue de glamur narrativo que estará respaldado por la más alta representación institucional, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ávido lector y amigo íntimo de intelectuales.

La puesta en escena de Francia en la alfombra roja literaria repasará las diferentes corrientes de las letras francófonas, así como a sus nombres más destacados. Sobre todo a Houellebecq, el enfant terrible que desde hace años centra sus novelas en el narcisismo consumista de Occidente y en el islam.

El autor de 61 años no llega a Fráncfort con las manos vacías, a pesar de que en la actualidad no cuenta con un libro nuevo. Sin embargo, en la maleta trae Mourir, texto autobiográfico desconocido que escribió como parte de una antología de autores residentes en Francia cuando tenía 47 años y que nunca quiso publicar. En él rememora capítulos de su infancia y se refiere también a la relación con sus padres.

Bajo el paraguas de la literatura francesa aterriza también en la ciudad del Meno Yasmina Khadra, seudónimo femenino de Mohammed Moulessehoul, uno de los escritores de más éxito en Argelia, quien antes de emigrar en 2000 a Francia trabajaba de oficial en el ejército de su país natal, Estado acorralado por la corrupción, el terrorismo y la pobreza, lo que se erige a menudo como centro narrativo de sus novelas.

Junto a él estará una de las autoras francesas más conocidas a escala internacional, Yasmina Reza, especialista en sondear con sus historias los abismos de las relaciones de pareja.

Desempleo, atentados terroristas, populismo de derecha, capitalismo y racismo son algunos temas que ocupan a los autores de habla francesa. Tan sólo en Francia se estima que residen unos 55 mil autores y que se publican unos 75 títulos al año.

Se calcula además que en Francia existen unas 4 mil editoriales que en 2015 lograron vender más de 436 millones de libros por un valor cercano a 2 mil 500 millones de euros (unos 3 mil millones de dólares).