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En Iztapalapa, Tláhuac, Coyoacán y GAM piden proceso dialogado, no impuesto

Para volver a clases, padres y maestros exigen dictamen geológico por zona afectada
 
Periódico La Jornada
Sábado 14 de octubre de 2017, p. 7

Padres de familia y maestros de las delegaciones Iztapalapa, Tláhuac, Coyoacán y Gustavo A. Madero demandaron al gobierno de la Ciudad de México y a la Secretaría de Educación Pública (SEP) que se realicen dictámenes geológicos por zonas afectadas tras los sismos del 7 y el 19 de septiembre y no sólo revisiones oculares a los inmuebles educativos que no duran ni media hora.

En Iztapalapa hay centros educativos aprobados para operar nuevamente (como la primaria República Popular Socialista de Albania, ubicada en Santa María Aztahuacán), porque cuentan con el dictamen de seguridad estructural, pero los padres decidieron no enviar a sus hijos y demandar un segundo dictamen. No vamos a mandar a nuestros hijos a un plantel que no reúna las condiciones básicas de seguridad. Si lo primero es que nuestros hijos estén a salvo, no debe haber presión para volver a la escuela, sostuvieron.

En conferencia de prensa solicitaron que las autoridades responsables inicien una mesa de trabajo con las escuelas que se localizan en las regiones más afectadas por los sismos en cada delegación. Queremos que las estrategias para determinar qué sucederá con las comunidades escolares que no puedan volver a las aulas por daños severos sea un proceso dialogado y no una imposición que se dicta desde un escritorio. Quienes conocemos a las comunidades, a los padres y las escuelas somos los maestros. Queremos que se nos escuche y se nos tome en cuenta, afirmó Roberto Gómez Jiménez, profesor de la primaria José María Lafragua, de Iztapalapa.

Maestras y madres de Tláhuac y Gustavo A. Madero advirtieron que la reubicación de alumnos o la instalación de aulas provisionales no es una opción en nuestras colonias, porque la mayoría de los planteles de la zona están afectados. El riesgo que enfrentamos no son sólo el deterioro de las instalaciones educativas, sino su posible saturación.

“No esperemos a que suceda otro caso como el del colegio Enrique Rébsamen, donde murieron 19 menores, u otro Tec de Monterrey, que dejó un saldo de cinco chicos muertos, para hacer las cosas bien”, solicitó una madre.