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Hay que evidenciar quién quiere negociar y quién no, afirma el vicepresidente Junqueras

Diálogo, mejor vía para construir la república catalana: independentistas

Insiste el bloque separatista en que la Unión Europea medie en las negociaciones con España

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Habitantes de Cataluña se han sumado a las exigencias de políticos que demandan al presidente Carles Puigdemont declarar inmediatamente la república independienteFoto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 15 de octubre de 2017, p. 24

Madrid.

La mayoría del bloque independentista catalán presiona al presidente Carles Puigdemont para que declare ya y sin dilación la república independiente, con el fin de abrir una etapa de negociación con el Estado español, al amparo de la Unión Europea. Así lo exigieron Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y la Candidatura de Unitat Popular (CUP), dos de las tres formaciones de coalición separatista, las cuales lanzaron ayer mensajes inequívocos y rotundos a su líder en el proceso de secesión.

El vicepresidente de la Generalitat y líder de ERC, Oriol Junqueras, advirtió ayer que si bien la mejor manera de hacer la independencia es mediante el diálogo formulado a Madrid, eso fructificará y prosperará al tener como referencia la construcción de la república catalana.

Junqueras advirtió que este compromiso de evidenciar ante los ojos del mundo quién quiere dialogar y quién se niega, quién está abierto a la negociación y quién no, nos hará aparecer como más razonables en el ámbito de las naciones y los estados libres.

También manifestó el apoyo de su partido al presidente Puigdemont para que cumpla el mandato del primero de octubre, que es el de constituir la república catalana.

Por su parte, la CUP ya ni siquiera dio margen a Puigdemont para el diálogo. Amenazó con que sus 10 diputados suspenderán su actividad parlamentaria hasta que haya medidas concretas en favor de la secesión, lo que supondría dejar al gobierno en minoría.

La vocera de la formación, Núria Gibert, reiteró que Puigdemont no actuó de acuerdo con lo que nos había informado. Admitió que ello provocó confusión, frustración y desconcierto entre los independentistas. Gibert exigió a Puigdemont que este lunes declare, sin dejar lugar a la confusión, que Cataluña es un Estado independiente y que a partir de ese día decidirá su camino de manera soberana.

El gobierno español, del derechista Mariano Rajoy, instó al gobierno catalán a responder con nitidez si había declarado o no la secesión, para lo que tiene como plazo máximo hasta el próximo jueves para responder.

En años recientes el movimiento separatista catalán se ha construido con base en una alianza atípica de tres formaciones con tendencias ideológicas y tradiciones políticas muy distintas. Por un lado está el Partido Demócrata de Catalunya (PDCAT), que viene de la tradición del nacionalismo conservador de Convergencia Democrático de Catalunya (CDC), el mismo que ha gobernado la región, la mayoría de las legislaturas desde la restauración de la democracia y ha tenido como líder histórico a Jordi Pujol, antes referente moral y político, hoy acorralado por los casos de corrupción en el seno de su familia y gobiernos.

El segundo grupo del bloque separatista es ERC, que proviene de una tradición republicana, independentista y ha tenido una presencia en Cataluña de más de 100 años, con especial relevancia en las pasadas tres décadas, en las que no sólo ha gobernado en varios ayuntamientos, sino también ha sido socio de gobierno en la administración autonómica con el Partido Socialista de Cataluña (PSC).

Hasta la irrupción del movimiento separatista del pasado lustro su principal rival era la CDC, o lo que hoy es PDCAT, con el que ahora forma el núcleo duro del gobierno y el proyecto secesionista.

La tercera pieza del engranaje soberanista es la CUP, formación anticapitalista, feminista y revolucionaria, la cual forma parte de un movimiento más amplio que aspira a la construcción de un nuevo orden social y económico de mayor justicia y más alejado de los preceptos capitalistas en que se basa el libre mercado.

Separatismo, el objetivo

Esas tres formaciones decidieron aliarse hace tres años con el único propósito de construir un proyecto separatista que diera origen a la nueva república de Cataluña, para lo que la CUP dio su apoyo al gobierno catalán de Puigdemont ofreciéndole los votos de sus 10 diputados, los cuales fueron vitales para la aprobación de los presupuestos y para sacar adelante todas las iniciativas de años recientes, incluidas las leyes y propuestas que dieron origen al proceso de secesión.

Tras la sesión parlamentaria del pasado 10 de octubre, la alianza separatista quedó al borde de la ruptura. La declaración de Puigdemont, en la que proclamó la independencia pero ocho segundos después la suspendió, no dejó contento a nadie y las consecuencias ahora están sobre la mesa.

Tanto ERC como la CUP dieron un golpe sobre la mesa para exigir un paso adelante, el cual también reclaman sus bases, las cuales asumieron con decepción y tristeza la declaración del pasado martes.