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La FIL Zócalo rindió un homenaje póstumo al dibujante

Rius cambió la manera de leer en México: El Fisgón
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de octubre de 2017, p. 9

Eduardo del Río Rius (1934-2017) cambió la forma de leer en México, afirmó el monero Rafael Barajas El Fisgón durante el homenaje póstumo que la 17 Feria Internacional del Libro (FIL) en el Zócalo rindió el sábado al famoso caricaturista, historietista y escritor mexicano, fallecido el pasado 8 de agosto.

Su trabajo fue amplísimo, publicó más de 130 libros. Estoy convencido de que casi todos los mexicanos tenemos un libro suyo en casa, explicó el colaborador de La Jornada.

A su decir, el finado monero mexicano logró con sus libros algo parecido a lo hecho por la escritora británica JK Rowling, de iniciar en la lectura a varias generaciones y que después éstas continúen con lecturas más complejas.

Resaltó que “el fenómeno Rius” llegó a ser tan importante que en un momento dado la gente dudaba que fuera de a de veras y consideraba que detrás de él estaba un grupo de escritores e intelectuales, dada la numerosa cantidad de libros publicados y la diversidad de temas que abordaba.

Fue hasta el final un tipo de curiosidad impresionante; era muy notable lo que leía cada semana. Hablé con él antes de que muriera y aún en cama, con fuertes dolores y sabiendo que tenía cáncer terminal, estaba leyendo. Seguía la lógica de San Agustín, de prepararse hasta el fin.

El Fisgón contó que la idea de hacer libros didácticos se le ocurrió a Rius al hacer su famosa historieta Los supermachos; cuando ya no tenía material para completar tomó un recurso de la novela y comenzó a dar clases de cosas o temas que consideraba de interés general, como el socialismo, la nutrición, los sindicatos.

“Así se convirtió en un extraordinario maestro. Después de Los Supermachos se puso a hacer libros dedicados a temas de interés. El primero que sacó fue Cuba para principiantes, luego vino Marx para principiantes. Hace un trabajo educativo, de enseñanza, maravilloso”, resaltó.

“Rius traducía los temas de su interés a un lenguaje muy didáctico y lo lograba por la muy sencilla razón de que entendía que el dibujo, sobre todo la caricatura, es una herramienta didáctica muy efectiva, al servir de puente entre el pensamiento abstracto y el concreto.

“Se vuelve un éxito editorial no sólo en México, sino en varias partes del mundo e inventa un género que es muy sofisticado: el libro cómic, son ensayos didácticos en historietas que se convierten en best sellers mundiales.”

De acuerdo con El Fisgón, uno de los más importantes aciertos de Rius al comienzo de su carrera fue cuestionar los valores estructurados de su época, como el sindicalismo y el priísmo; incluso terminó cuestionando a Dios.

Consideró a Los Supermachos una de las mejores historietas que se han hecho en México y aclaró que parte de su éxito se debe a que el autor encontró un mecanismo que ya había utilizado en España en el siglo XIX, que es inventar un país que no existe pero que se parece al que uno vive.

Así, apuntó, creó San Garabato de las Tunas, pueblo ubicado en el estado de Cucuchan, e inventó una población que encarna a todos los estratos de la sociedad mexicana.

Esto, a decir El Fisgón, es curioso, porque se engrana con las crónicas costumbristas de la gráfica liberal del siglo XIX y, al mismo tiempo, se inscribe en un tema en boga en ese entonces: el mexicanismo.

De tal manera, creó a Calzonzin, que representa a los pueblos originarios; Chon Prieto, heredero de El Periquillo Sarniento y de Pito Pérez; la beata Doña Eme, la encarnación de los movimientos cristeros; El Lechuzo y Arsenio, representantes de la policía secreta; el boticario Lucas Estornino, que representa a la clase media e ilustrada, y el presidente municipal Perpetuo del Rosal, que es una parodia del general Alfonso Corona del Rosal, ex regente de la ciudad.