Ciencias
Ver día anteriorViernes 20 de octubre de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Detectan en delfines, ballenas y marsopas larga lista de similitudes con la evolución humana

Asocian el tamaño del cerebro de los cetáceos con su comportamiento social

Especialistas de Canadá, EU y Reino Unido descubren mímica vocal y cooperación interespecífica con personas y otras especies, además de su capacidad de cuidar crías que no son suyas

 
Periódico La Jornada
Viernes 20 de octubre de 2017, p. 2

Madrid.

Ballenas y delfines viven en grupos sociales estrechamente unidos, tienen relaciones complejas, hablan entre sí e, incluso, tienen dialectos regionales, al igual que las sociedades humanas.

Un nuevo estudio, publicado este lunes en Nature Ecology & Evolution, vinculó la complejidad de la cultura y el comportamiento de los cetáceos con el tamaño de sus cerebros.

La investigación fue una colaboración entre los científicos de la Universidad de Manchester, la Universidad de British Columbia, Canadá; la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres (LSE, por sus siglas en inglés), Reino Unido, y la Universidad de Stanford, en Estados Unidos.

El estudio es el primero de su tipo en crear un gran conjunto de datos sobre el tamaño del cerebro de los cetáceos y los comportamientos sociales. El equipo recopiló información sobre 90 especies diferentes de delfines, ballenas y marsopas y encontró pruebas abrumadoras de que los cetáceos tienen rasgos muy elaborados de comportamiento social y cooperativo, similares a muchos encontrados en la evolución humana.

Encefalización

La investigación demuestra que estas características sociales y culturales están relacionadas con el tamaño del cerebro y la expansión de éste, también conocida como encefalización. La larga lista de similitudes de comportamiento incluye muchos rasgos compartidos con humanos y otros primates, como relaciones de alianza complejas, es decir, trabajar juntos para beneficio mutuo o transferencia social de técnicas de caza.

Asimismo, los investigadores descubrieron vocalizaciones complejas, incluyendo dialectos de grupos regionales que hablan entre sí; mímica vocal y a firmas de silbatos únicas de las personas, como usar el reconocimiento de nombre; cooperación interespecífica con seres humanos y otras especies, además de cuidar de crías que no son suyas, amén del juego social.

Susanne Shultz, bióloga evolutiva de la Escuela de Ciencias Ambientales y de la Tierra de Manchester, en Reino Unido, señaló: Como humanos, nuestra capacidad de interactuar socialmente y cultivar las relaciones nos ha permitido colonizar casi todos los ecosistemas y el medio ambiente del planeta. Sabemos que los delfines y las ballenas tienen cerebros excepcionalmente grandes y anatómicamente sofisticados y, por tanto, han creado una cultura similar basada en el mar.

Según la investigadora, significa que “la aparente coevolución del cerebro, la estructura social y la riqueza conductual de los mamíferos marinos proporciona un paralelismo único y llamativo con los grandes cerebros y la hipersocialidad de los humanos y otros primates en la Tierra.

Desafortunadamente, no imitan nuestras grandes metrópolis y tecnologías, porque no desarrollaron pulgares oponibles, añade.

El equipo usó el conjunto de datos para probar la hipótesis del cerebro social (SBH, por sus siglas en inglés) y la hipótesis cultural del cerebro (CBH, por sus siglas en inglés), que son teorías evolutivas desarrolladas originalmente para explicar los cerebros grandes en primates y mamíferos terrestres.

Estos planteamientos argumentan que los cerebros grandes son una respuesta evolutiva a los entornos sociales complejos y ricos en información. Sin embargo, esta es la primera vez que estas hipótesis se han aplicado a los mamíferos marinos inteligentes a una escala tan grande.

Michael Muthukrishna, profesor asistente de sicología económica de la LSE, explica que esta investigación no trata sólo de “mirar la inteligencia de ballenas y delfines, sino que también tiene importantes ramificaciones antropológicas.

Para avanzar hacia una teoría más general sobre el comportamiento humano, tenemos que entender qué hace que los seres humanos sean tan diferentes de otros animales, y para ello necesitamos un grupo de control. Comparados con los primates, los cetáceos son un grupo de control más ajeno, precisó

Como explicó Muthukrishna, los cetáceos tienen muchos comportamientos sociales complejos similares a los humanos y otros primates. “Sin embargo, poseen diferentes estructuras cerebrales que nosotros, lo que lleva a algunos investigadores a argumentar que las ballenas y los delfines no podrían alcanzar mayores capacidades cognitivas y sociales.

Considero que nuestra investigación muestra que esto no es claramente así, sino que surge una nueva pregunta: ¿cómo pueden las pautas muy diversas de estructura cerebral en especies muy diferentes dar lugar a comportamientos cognitivos y sociales muy similares?, planteó por su parte Kieran Fox, neurocientífico de la Universidad de Stanford.