Opinión
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México SA

Ley de Ingresos, al vapor

Más dinero... imaginario

Otro golpe a clasemedieros

C

umplieron con la expectativa: los inquilinos de San Lázaro dieron raudo trámite al dictamen de la Ley de Ingresos de la Federación 2018 y sin más aprobaron lo conducente en el pleno de la Cámara de Diputados. Y rapidito a otra cosa, porque lo urgente para ellos es la feroz grilla electoral en la que permanecen instalados.

En cuestión de horas la Comisión de Hacienda de aquella instancia legislativa palomeó el dictamen respectivo y la aprobación en el pleno fue de mero trámite. Tan veloz fue el procedimiento que ni siquiera tuvieron que utilizar el truco del reloj parlamentario, es decir, aquel aparato imaginario que tiene la virtud de avanzar o congelar el tiempo de acuerdo con sus necesidades, no las de la nación.

Y como tenía que ser a gran velocidad, los integrantes de la citada comisión recurrieron a otro truco: el de modificar artificialmente el precio del barril mexicano de exportación y el tipo de cambio peso-dólar para ajustar virtualmente al alza el monto de los supuestos ingresos públicos a captar durante el ejercicio fiscal 2018.

No es nuevo ese procedimiento, y como siempre el problema de dicho truco contable es que sólo es una alegre modificación en el papel, porque el aumento de los recursos públicos decretado por los diputados es inexistente, por la simple razón de que no se trata de dinero contante y sonante, sino de meras apuestas, adivinanzas y especulaciones.

En la propuesta de Ley de Ingresos 2018 enviada a San Lázaro por el inquilino de Los Pinos, y oficialmente presentada el pasado 8 de septiembre por José Antonio Meade, el precio promedio de la mezcla mexicana de exportación para dicho año se fijó en 46 dólares por barril, mientras el tipo de cambio peso-dólar se calculó en 18.10.

Pero los inquilinos de San Lázaro quisieron vestirse de luces y sin más modificaron –al vapor, como acostumbran– esas dos variables, con el fin de aumentar artificialmente en casi 43 mil 300 millones de pesos el ingreso público que se obtendría en 2018. Así, de un plumazo incrementaron el precio promedio de la mezcla mexicana de exportación hasta llevarlo a 48.50 dólares y el tipo de cambio peso-dólar a 18.40 (5.43 y 1.7 por ciento, respectivamente, por arriba de la propuesta original de EPN).

Con ese truco los diputados obtuvieron cerca de 43 mil 300 millones de pesos adicionales, aunque inexistentes, pero como son unos genios apuntalaron los recursos con otro supuesto: que el próximo año podría darse una mayor recaudación por los ingresos tributarios y no tributarios.

Además, regalaron un apetitoso bombón a los clasemedieros: actualizaron, por inflación (léase aumentaron la carga fiscal) el impuesto sobre la renta para personas físicas (las empresas se mantienen intocadas), lo que hace recordar otra promesa gubernamental: tras la reforma fiscal, en lo que resta del sexenio no se crearán nuevos impuestos ni aumentarán los existentes). Y listo: los ingresos ya no sumarían 5 billones 236 mil 375.6 millones de pesos, sino 5 billones 279 mil 667 millones por decisión.

Lo que, sin más, aprobaron fue la petición del Ejecutivo federal para contratar más deuda (recuérdese que la promesa de la Secretaría de Hacienda fue estrictamente en sentido contrario), y casi nada: 470 mil millones de pesos y 5 mil 500 millones de dólares adicionales, que cargarán, rápida e íntegramente, en las espaldas de los mexicanos, que ya no sienten lo duro sino lo tupido. Y de pilón 5 mil 500 millones más al débito de la Ciudad de México (mil millones por arriba de la propuesta original), “con la finalidad –versión de los inquilinos de San Lázaro– de que esa entidad pueda contar con mayores recursos para atender la emergencia derivada de los daños del sismo del pasado 19 de septiembre del presente año”.

Pero tanta fue la prisa que los diputados olvidaron incluir algunos elementos. En la crónica parlamentaria de La Jornada (Roberto Garduño y Enrique Méndez) se lee: “Durante la discusión del dictamen (de la Ley de Ingresos) los legisladores dividieron posturas en cuanto a la iniciativa ciudadana, que no fue dictaminada en la Comisión de Hacienda a pesar de que existe un mandato judicial para suprimir el impuesto especial de producción y servicios (IEPS) que se cobra (cuatro pesos) por cada litro de gasolina y diésel. Morena presentó una moción suspensiva al dictamen y centró su postura específicamente sobre este gravamen y en el hecho de que PRI, PRD, PES y Panal votaron en contra de poner fin a los gasolinazos mediante el cobro del IEPS. Ese grupo parlamentario argumentó que, debido a la posibilidad de que la iniciativa se aprobara, ésta debió discutirse antes que la Ley de Ingresos. ‘No se hizo y esta Cámara de Diputados incurrió en un desacato al mandato del Poder Judicial que protege una petición ciudadana para reducir el precio de los combustibles’, dijo el diputado Juan Romero”.

En respuesta, la diputada priísta María Esther Scherman argumentó que de no existir la necesidad de la reconstrucción se pudo haber analizado esa propuesta. Pero estamos aquí buscando 48 mil millones para que no haya más damnificados en la calle, mexicanos sin vivienda y sin abrigo. El coro lo hizo Javier Herrera Borunda, hijo del ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera: Lo importante son la necesidades y la respuesta a los miles de afectados por los terremotos.

Pues bien, cuando en 2016 los legisladores aprobaron el citado impuesto, el megagasolinazo que entró en vigor el 1° de enero del presente año y todo lo demás, cuyo efecto inmediato fue duplicar la inflación y deteriorar aún más el bolsillo de los consumidores, no se registraron –hasta donde se sabe– terremotos, ni damnificados en la calle, mexicanos sin vivienda y sin abrigo, y menos la necesidad de la reconstrucción, de tal suerte que ese par de diputados bien pudieron pretextar cualquier otra cosa para justificar el brutal aumento en los precios de los combustibles que motivó la petición ciudadana, la cual los legisladores se la pasaron por el arco del triunfo, porque el dictamen fue aprobado con 398 votos a favor de todas las bancadas, 41 en contra de Morena y una abstención de panista Francisco Gutiérrez de Velasco.

Entonces, mayores ingresos públicos en 2018, aunque no existan.

Las rebanadas del pastel

Dice Paul Krugman, premio Nobel de Economía, que México sobreviviría sin el TLCAN, pero sí va a quedar más pobre que con el tratado ¿Más? ¿En serio?... El dólar ya le manda flores a los billetes de 20 pesos: ayer cerró en 19.25 bilimbiques por uno.