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Colman las calles de Barcelona y exigen cárcel para Puigdemont y su equipo de gobierno

Cientos de miles de catalanes, por la permanencia en España

Partidos independentistas debaten si participarán en los comicios de diciembre en Cataluña

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Más de un millón de personas, según los organizadores, unas 300 mil, de acuerdo con la policía municipal, se manifestaron ayer en Barcelona en repudio a la declaración de independenciaFoto Xinhua
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 30 de octubre de 2017, p. 23

Madrid.

La Cataluña que quiere permanecer en España y mantener la condición de autonomía dentro de la estructura del Estado salió este domingo a las calles de Barcelona en una marcha multitudinaria contra la declaración unilateral de independencia proclamada por el Parlamento catalán el pasado viernes. Los manifestantes exigieron prisión para el presidente catalán, Carles Puigdemont, y el resto de integrantes de su gobierno, a quienes acusaron de incurrir en ilegalidades para llevar a cabo su proyecto secesionista.

Cientos de miles de personas –un millón 300 mil, según los organizadores; un millón, según la delegación del gobierno español y 300 mil, según la policía municipal de Barcelona– colmaron las calles con banderas españolas y catalanas, pero sobre todo con un mismo mensaje de rechazo al proyecto independentista impulsado por los tres partidos que aprobaron en el Congreso catalán la secesión: Partido Demócrata de Cataluña (nacionalistas conservadores), Esquerra Republicana de Cataluña y Candidatura de Unidad Popular.

Cerca de 2 millones de catalanes, de un total de 5 millones 300 mil en edad de votar, respaldaron la independencia en el referendo del primero de octubre. Sin embargo, la mayor parte de la gente que salió este domingo a las calles de Barcelona no acudió a las urnas y, siguiendo los mensajes de sus partidos afines, no tomaron en serio la consulta ciudadana al considerar que había sido prohibida por el Tribunal Constitucional español.

De ahí que los resultados del referendo hayan tenido tan baja participación, además de la violenta represión del Estado español: poco más de 40 por ciento del padrón, con lo que se calcula que alrededor de 38 por ciento de la población catalana en edad de votar es la que respalda la secesión.

Por eso salieron a las calles los que están contra la secesión, que algunos llaman la mayoría silenciosa y otros definen como la minoría silenciosa.

Decidieron volver a las calles, convocados por la plataforma Sociedad Civil Catalana, también para apoyar las medidas del presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, del Partido Popular, con el respaldo del Partido Socialista Obrero Español y de Ciudadanos. Es decir, la destitución de todo el gobierno catalán, encabezado por Puigdemont y el vicepresidente Oriol Junqueras y sus consejeros (ministros), el cambio de director de la policía autonómica, el cierre de todo el aparato diplomático que había tejido el gobierno catalán en años recientes, incluida la oficina que abrieron en México. Además, decretó la disolución del Parlamento y la convocatoria a elecciones autonómicas para el 21 de diciembre.

Despierta, Cataluña, tu pueblo está aquí, para defender la libertad, el estado de derecho, la tolerancia y el pluralismo, para defender España. Viva Cataluña, viva España, viva Europa y viva el rey, clamó Teresa Freixes, una de las voceras de la plataforma convocante, quien además apeló al respeto a la Constitución, que los niños puedan estudiar en su lengua materna y que no se les adoctrine en las escuelas. No se puede borrar el odio en 50 días, lo sabemos, pero nos hemos de movilizar. Tenemos que trabajar juntos, barrio por barrio, centro cívico por centro cívico, en el entorno personal, para conseguir una Cataluña inclusiva, libre de supremacismo, donde tenga cabida todo mundo.

Su llamado a la movilización surgió porque consideran que Cataluña vive una situación dramática. Y ya no son predicciones ni el discurso del miedo, son hechos. Nuestras principales entidades bancarias han trasladado su sede a otras partes de España, las empresas huyen, la incertidumbre afecta a la economía, los trabajadores ven en peligro su situación, la sociedad se encuentra profundamente dividida y la convivencia, amenazada. Si no detenemos esta huida a ninguna parte nos encontraremos pronto con una Cataluña más pobre, más triste, más aislada.

Además, calificaron la declaración de independencia de golpe institucional, que hace aún más urgente que se recupere la cordura y lo tenemos que hacer todos los catalanes. Debemos empezar ya el camino de la reconciliación y, por tanto, los nacionalistas deben reconocer a los que no lo son como interlocutores y viceversa. Ese es el sentido del lema de nuestra manifestación.

Durante la protesta también tomó la palabra el ex ministro socialista Josep Borrell, una de las figuras con más presencia en el colectivo no nacionalista, quien afirmó que el responsable del área económica del gobierno catalán, Junqueras, es un totalitario y que el resto de los líderes del movimiento secesionista han llevado a España a un momento tremendamente difícil y peligroso.

Pero advirtió: ahora tenemos una oportunidad de oro, dentro de 53 días (en las elecciones del 21 de diciembre). Esta vez nadie se quedará en casa porque iremos a votar como ciudadanos que saben que de su voto depende la historia de su país, su bienestar, que se acabe el proceso independentista, que es la peor cosa que le ha pasado nunca a Cataluña.

Tras resaltar que la independencia puede conllevar una catástrofe para la región autonómica y también para España, insistió en su llamado a votar para que todo vuelva a la normalidad.

Otro de los que tomó la palabra fue Paco Frutos, quien reside en Cataluña, fue secretario general del Partido Comunista de España (PCE) y ha sido figura central de la izquierda española. Su discurso fue de los más duros contra los nacionalismos que, a su juicio, destrozan el mundo, por eso señaló a las formaciones de la izquierda que le baila el agua a los nacionalistas, en alusión a Unidos Podemos.

“Esa izquierda cómplice que se dice no nacionalista, pero va detrás de ellos y les baila el agua, ¿qué hace esa izquierda que no está aquí, como lo está la izquierda real? Permitidme que utilice un poco el lenguaje del adversario. Yo soy un botifler (traidor, en catalán), soy un traidor a las mentiras, a las historietas que os inventáis cada día desde 1714. Yo soy un botifler contra el racismo que están creando, el racismo identitario. Soy un botifler contra el dogmatismo sectario que preconizáis e intentáis aplicar a toda la sociedad y, además, soy un botifler porque nunca justificaré las corrupciones”, expuso Frutos.

Rajoy, desde Madrid, envió un mensaje de apoyo a los manifestantes, al asegurar que en Barcelona se congregaron en torno “a la concordia, la convivencia y la seny (cordura, en catalán), democracia y diálogo en la ley”.

En la movilización también ocurrieron algunos episodios violentos, protagonizados por grupos pequeños de formaciones de extrema derecha que se enfrentaron a ciudadanos nacionalistas, inmigrantes y policías autonómicos a los que gritaron cobardes, hijos de puta.

Mientras el gobierno catalán cesado mantiene su postura de no reconocer la autoridad emanada del Estado español. Los partidos políticos debaten qué hacer ante el reto de las elecciones autonómicas, si acudir o no a la convocatoria. En este sentido, Junqueras advirtió que en los próximos días habrá que tomar decisiones que no siempre serán fáciles de entender, en alusión a la posibilidad de que los independentistas participen en las elecciones de diciembre.

No tenemos otra opción que seguir adelante, seguir cargándonos de razones sin renunciar a las urnas para validar la república, y preparando, al mismo tiempo, unos comicios que deben ser claves en el asentamiento de esta república, concluyó en un artíuclo publicado en el periódico catalán Punt Aviu, en el que firma como “vicepresidente del govern” (gobierno catalán).