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México SA

Fonden y el cuento de la lechera

Notoria insuficiencia de recursos

¿Permite solventar la tragedia?

M

iguel Ángel Mancera se queja amarga y públicamente porque la ciudad que dice gobernar no ha recibido un solo centavo del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) para la reconstrucción de las zonas dañadas por los terremotos del 7 y el 19 de septiembre pasado, amén de que tal mecanismo implica un proceso demasiado burocrático y es un trabuco jurídico diseñado para que los recursos tarden una eternidad en llegar.

Es de suponer que –sotto voce– la misma queja se registra en otras entidades afectadas y no sólo por los recientes terremotos (Chiapas, Oaxaca, Puebla, Morelos), sino por el grueso inventario de daños provocados por la madre natura, el inagotable tiempo que transcurre para que fluyan los recursos de apoyo y la escalofriante lentitud de la reconstrucción de las zonas devastadas, si es que finalmente las reconstruyen.

De acuerdo con el más reciente informe del Fonden (septiembre pasado), contenido en uno de los reportes que la Secretaría de Hacienda envía al Congreso, queda claro que los recursos de tal fondo son extremadamente limitados ante la magnitud de los daños, la recurrencia de la furia de la madre naturaleza y la brutal burocracia (federal, estatal y municipal) implicada en todo el proceso de ayuda de emergencia (imaginen si todo ello no fuera de vida o muerte).

El jefe de Gobierno de la Ciudad de México se queja amargamente (no sin razón, porque en septiembre pasado por el terremoto del día 19 la CDMX sólo recibió 15 millones de pesos –quince millones para que no quede duda del monto– y por daños en la infraestructura federal en el sector naval), pero debería reflexionar, porque hay estados de la República en los que la citada ayuda de emergencia ni de lejos ha sido plena, y mucho menos puntual, pues en ellas se registran retrasos prácticamente sexenales (el de EPN, de 2013 a la fecha) sin que se resuelvan los problemas originales ni se reconstruyan las áreas devastadas. Ejemplos claros de lo anterior son los estados de Chiapas, Guerrero, Coahuila, Michoacán y Veracruz.

En el primero de los citados el informe del Fonden asegura que a lo largo de los pasados cinco años ha ejercido un presupuesto de 2 mil 134 millones de pesos, destinados, dice, a “acciones de reconstrucción de la infraestructura federal y estatal dañada, en los sectores de áreas naturales protegidas, carretero, carretero rural, cultura, educativo, hidráulico, monumentos arqueológicos, artísticos e históricos, naval, urbano y vivienda, por la ocurrencia del huracán Bárbara en mayo de 2013, sismo y lluvia severa e inundación fluvial en los meses de julio, septiembre y noviembre de 2014, lluvia severa en octubre de 2015 y sismo en junio y septiembre de 2017”.

Bárbara, sin duda, es la noticia de que a casi cinco años del paso del citado huracán la reconstrucción de ese grueso inventario de infraestructura federal y estatal se mantenga como asignatura pendiente. Pero Chiapas no es el único cliente insatisfecho.

De Guerrero el Fonden reconoce el ejercicio de un presupuesto cercano a 2 mil 100 millones de pesos, pero a la fecha no concluye “las acciones de reconstrucción de la infraestructura federal y estatal dañada, en los sectores carretero, educativo, hidráulico, naval, salud, urbano, pesquero y acuícola, por la ocurrencia del sismo en agosto de 2013; lluvia severa en septiembre del mismo año; inundación fluvial provocada por el huracán Raymond en octubre de hace cuatro años; sismo y tormenta tropical Trudy en abril, mayo y octubre de 2014; inundación costera en mayo de 2015; lluvia severa e inundación fluvial y sismo en el mes de septiembre de 2017”.

Oaxaca es otro caso en el que la ayuda de emergencia parece un cuento de terror. El informe del Fonden explica que en los pasados cuatro años esta entidad ha recibido 3 mil 131 millones de pesos, pero no concluyen las acciones de reconstrucción de la infraestructura federal y estatal dañada en los sectores carretero, cultura, educativo, hidráulico, monumentos arqueológicos, artísticos e históricos, naval, pesquero y acuícola, salud, turístico, urbano y vivienda, por la ocurrencia de lluvia severa e inundación fluvial y pluvial en el mes de octubre de 2014; movimiento de ladera en septiembre y octubre de 2015, y lluvia severa y sismo en mayo, junio y septiembre de 2017.

Uno más, Veracruz, entidad a la que el Fonden ha canalizado –según afirma– mil 785 millones de pesos en el pasado lustro: continuar las acciones de reconstrucción de la infraestructura federal y estatal dañada en los sectores carretero, cultura, educativo, forestal, hidráulico, monumentos arqueológicos, artísticos e históricos, naval, salud, urbano y vivienda, por la ocurrencia de movimiento de ladera de septiembre 2013; la lluvia severa e inundación fluvial, en junio, julio, septiembre y octubre de 2014; lluvia severa, granizo, inundación fluvial y pluvial, en marzo, junio, julio y octubre; movimiento de ladera en septiembre 2015, y sismo ocurrido en el mes de septiembre de 2017. Y a las citadas entidades deben sumarse otras 17 que sufren por lo mismo.

Tras los terremotos de septiembre pasado en apenas unos días se armó el jugoso negocio particular de la reconstrucción. En un abrir y cerrar de ojos se constituyeron fideicomisos privados con fondos públicos y aportaciones de la sociedad civil. Sin embargo, para alcanzar los supuestos objetivos del plan nadie ha puesto fecha de terminación, mientras los gobiernos se lavan las manos.

Pero algo falla, como siempre. En primera instancia el propio Peña Nieto aseguró que la reconstrucción costaría 37 mil 500 millones de pesos, para poco después incrementar el monto a 48 mil millones. Todo indica que en ambos casos el inquilino de Los Pinos quedó corto, pero de cualquier forma los recursos del Fonden resultan notoriamente menores –e insuficientes, desde luego– con respecto a los citados por EPN.

En el citado informe se explica que entre enero y septiembre de 2017 los recursos autorizados con cargo al Fideicomiso Fonden para ejecutar las obras de reconstrucción de la infraestructura dañada por desastres naturales ascendieron a 15 mil 111.2 millones de pesos, y de ellos 9 mil 150 millones se han canalizado a Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Veracruz, donde no pueden terminar de reparar los daños de 2013.

Las rebanadas del pastel

Serenidad, ante todo, que ya lo dijo Peña Nieto: el Fonden permite solventar la tragedia de los sismos. Y si lo dice él, pues sálvese quien pueda.

Twitter: @cafevega