La senadora priísta Hilda Esthela Flores manifestó que el gran desafío para alcanzar la paridad de género es la elección de 2018, ya que se disputarán 18 mil cargos de elección popular.

Actualmente, resaltó, sólo hay una mandataria y 311 municipios gobernados por mujeres, de los 2 mil 462 que existen en el país.

En 2015, manifestó, se abrieron 202 carpetas de investigación por actos de violencia política contra mujeres, entre los cuales, agregó, destacan los casos de varias a las que no se ha permitido tomar posesión de cargos públicos, a pesar de haberlos ganado en un proceso electoral abierto.

La senadora panista Adriana Díaz Lizama exigió que la Cámara de Diputados apruebe ya la minuta que tiene pendiente desde el pasado periodo de sesiones referente a la violencia política contra las mujeres.

Pero también apremió a que se garantice la igualdad laboral y económica, y el acceso de las mujeres a una vida digna y decorosa. Urgen, subrayó, políticas públicas y que los derechos de las mexicanas sean respetados a lo largo y ancho del país.

En tanto, la senadora del Partido del Trabajo Lorena Cuéllar aseveró que recientemente el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, junto con otras instituciones, presentó el Protocolo para Atender la Violencia Política contra las Mujeres, con el objetivo de dar cuenta del compromiso institucional con los derechos de las mexicanas.

Agregó la petista que reconocer la violencia política por razones de género es un paso fundamental para lograr el cumplimiento del principio de igualdad entre mujeres y hombres.

Hizo notar que los alcances de ese problema son bastante amplios, pues afectan tanto a ciudadanas en su calidad de candidatas como al electorado, ya que rumores pueden influir en los votantes, generando dudas sobre la capacidad e integridad de las mujeres creándoles estigmas y desprestigio.

La senadora Martha Palafox, del Partido de la Revolución Democrática, dijo que si toda la legislación se aplicara y funcionaran realmente los programas de políticas públicas del Instituto Nacional de las Mujeres y de las otras secretarías destinados a las mexicanas, la situación de desigualdad y violencia no sería la que tenemos.