Dada la situación de violencia en los países del Triángulo Norte de Centroamérica –Honduras, El Salvador y Guatemala–, es previsible que se mantenga al alza el flujo de solicitantes de refugio en nuestro país, cifra que registra un crecimiento exponencial desde inicios del presente siglo, señaló Rodolfo Casillas, especialista en migración e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Este crecimiento ha pasado de 182 solicitudes de asilo presentadas por originarios de estas tres naciones en 2000, a 8 mil 732 peticiones en 2016, es decir, 24 diarias, de las cuales sólo nueve son aprobadas, en promedio.

Advierte que pese al conocido clima de violencia que afecta a la región desde hace años, el gobierno mexicano no tiene cifras estadísticas que revelen o al menos dibujen los motivos de la migración centroamericana, que de manera mayoritaria es de tránsito hacia Estados Unidos; sin embargo, varios habitantes de esa región han decidido, en los años recientes, permanecer en México.

Señala que la falta de información para diferenciar este fenómeno y sus motivos hacen prácticamente imposible diseñar y operar programas de protección y atención frente a las expresiones de violencia extrema que, en este flujo, se expresan de mayor forma y dramatismo.

Añadió que existen varias razones del abandono de su país de origen, que pueden ser macroeconómicas, la inseguridad pública, las distintas manifestaciones de violencia, la aspiración de reunificación familiar e incluso los efectos del cambio climático y los desastres naturales, pero no existen datos estadísticos que indiquen el peso que cada uno de estos motivos.

Casillas señaló que del total de solicitudes de refugio presentadas en 2016 sólo 3 mil 260 fueron aceptadas (37 por ciento), mientras las casi 5 mil 500 restantes engrosaron mayoritariamente el flujo migratorio indocumentado hacia el norte. No obstante, hay otro sector que ante esta negativa busca quedarse en algún lugar de la frontera sur de México.

Para el especialista, aun cuando un número importante de quienes ven rechazada su solicitud de refugio llegaran a quedarse, no impactaría de manera importante el número de extranjeros que residen en México.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, cita Casillas, en 2015 había 42 mil 874 guatemaltecos, 14 mil 544 hondureños y 10 mil 594 salvadoreños. La población originaria de estos tres países sumaban poco más de 82 mil, es decir, apenas 0.06 de la población extranjera.