Opinión
Ver día anteriorMiércoles 8 de noviembre de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

Tras el TLCAN, ¿qué?

¿Aptos para competir?

Lozoya: viva la justicia

Q

ue siempre sí. Parece que el fétido olor del TLCAN se disemina entre los siempre (ex) entusiastas cuan confiados empresarios, que hasta algunas semanas atrás eran firmes negadores de cualquier posibilidad de dar por concluido el mecanismo trilateral

Próxima ya la quinta ronda de negociaciones, las esquelas por el deceso del tratado aparecen por doquier, a la par de advertencias sobre el costo económico y social para México: pérdida de empleo, de cuotas de mercado, caída de la competitividad, alto riesgo para la mitad de los estados de la República (del norte y centro del país, altamente dependientes de la maquila), eventual caída de la inversión extranjera directa, caída del producto interno bruto, etcétera.

Contrario a lo registrado meses atrás, cuando el consenso empresarial apuntaba a que la negociación del TLCAN sería rotundamente exitosa, a estas alturas se encienden las veladoras para intentar apaciguar a los dioses y amortiguar los efectos negativos por el inminente sepelio del acuerdo comercial. El punto es si ese sector –ya no se diga el gobierno– está preparado para enfrentar los drásticos cambios que, sin duda, se darán por el citado deceso.

En vía de mientras, y ante ese panorama, la Coordinación de Análisis Macroeconométrico Prospectivo, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM (Situación y perspectivas de la economía mexicana), subraya que una nueva alternativa de crecimiento para México debe construirse desde ahora y pensando que la economía debe diversificar sus estrategias para impulsar el crecimiento. Los siguientes pasajes se toman del citado análisis.

Los motores del producto interno bruto (PIB), por el lado de la demanda, son el consumo privado, la inversión privada, el gasto de gobierno, y las exportaciones netas. Por ello, no hay razón para que una nueva estrategia deba privilegiar un motor de crecimiento por encima de los demás; más bien, se debe implementar una estrategia sinérgica y coordinada entre todos estos, identificando la manera de incidir sobre ellos de forma positiva y sin generar grandes desequilibrios macroeconómicos ni vulnerabilidad con el exterior.

Así, en el diseño de un nuevo modelo se debería comenzar por incorporar una política encaminada a elevar el consumo privado mediante el aumento de los salarios reales, incrementar el acceso al crédito, ofrecer tasas de interés bancarias competitivas, evitar la caída de remesas y proponer otros mecanismos redistributivos. Asimismo, elevar la inversión privada a través de la promoción del mercado interno, tasas de interés competitivas, acceso a crédito para la vivienda, gasto gubernamental en infraestructura y apoyo a las pequeñas empresas (las cuales son las que generan más de la mitad de los empleos de nuestra economía) mejorando sus condiciones para seguir en función del mercado interno y vinculándolas a las cadenas de producción industrial.

De igual forma, fortalecer el gasto público y maximizar su impacto en el PIB a través de mejorar la eficiencia y efectividad en la ejecución del mismo. El impacto del gasto público y sus efectos multiplicadores está asociado a variables como régimen de tipo de cambio, estructura de la deuda pública, tamaño de la economía, corrupción y grado de apertura comercial, entre otros. Además, se debe emplear a las políticas monetaria, cambiaria y fiscal para apoyar estrategias enfocadas al crecimiento y desarrollo del país.

Se requiere aumentar las exportaciones y el número de empresas exportadoras, diversificando mercados y gama de productos a precios competitivos. Exportar mediante el impulso a nuevos sectores y productos con mayor valor agregado y un mayor componente tecnológico para mejorar la balanza comercial e insertarnos en la cuarta revolución industrial. Sin una política industrial claramente definida y una política cambiaria de soporte no será posible lograr una meta de desarrollo del sector.

Sustituir importaciones con un enfoque moderno para reducir la vulnerabilidad interna ante choques externos y para que el efecto multiplicador del gasto público no se fugue al exterior. Lo anterior en una economía abierta implica negociaciones bilaterales con los socios comerciales en las que se debe privilegiar la obtención de beneficios monetarios reales del intercambio para nuestro país. Por el lado de la oferta, se debería promover la inversión en tecnología y educación que expanda las capacidades de la fuerza de trabajo y el capital para producir de manera más eficiente y competitiva.

No debe olvidarse que mientras se mantenga irresuelto el problema estructural del consumo privado interno, la desigualdad del ingreso y la inversión privada interna, México estará en situación de vulnerabilidad ante shocks externos, lo cual podría empeorar en un contexto de mal manejo de las finanzas públicas. Así, las políticas fiscal, cambiaria y monetaria deberían estar en consonancia con el apoyo a los mercados interno y externo. Por otro lado, el gasto en capital debe ser eficiente y tener límites bien establecidos para que sea un excelente instrumento de promoción económica.

Las rebanadas del pastel

Uno es exonerado y el otro exonera: a) Emilio Lozoya, ex director de Pemex, fue cobijado por la justicia mexicana, que ha dejado sin efecto cualquier solicitud (en el lejanísimo caso de que se presentara) de aprehensión en su contra. Además, el susodicho tiene acceso pleno a la (supuesta) carpeta de investigación por el caso Odebrecht; y b) el titular de Hacienda, José Antonio Meade, chile de todos los moles a últimas fechas, dice que “tener dinero fuera (Paradise Papers) no quiere decir que se cometa un ilícito, lo que sí es tenerlo fuera como una práctica de evasión fiscal; hay que averiguar. Lo hemos hecho en los otros casos y hemos encontrado, en la mayor parte de ellos, que eran recursos que se habían declarado y que habían pagado impuestos”. Ajá, y ¿para qué otra cosa, que no sea evasión, exportan capitales a paraísos fiscales? ¿Por las palmeras y los cocos?... Un abrazo de mi tamaño para mi amado hijo Adrián, por su velita 29.

Twitter: @cafevega