Opinión
Ver día anteriorDomingo 12 de noviembre de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Mujer de excepción
H

oy hace 369 años en Miguel de Nepantla, en el actual estado de México, nació una niña bautizada como Juana Inés de Asbaje y Ramírez. Desde muy pequeña sobresalió por su talento excepcional; aprendió a leer y escribir a los tres años y a los ocho escribió su primera loa. Todavía en la pubertad llegó a vivir a la Ciudad de México, donde muy pronto comenzó a correr la fama de su precocidad e inteligencia sobresaliente.

En la corte virreinal pidieron conocerla; deslumbrados por su brillantez, Leonor Carreto, la esposa del virrey Antonio Sebastián de Toledo, la invitó a ser dama de honor cuando contaba con 16 años de edad. Aquí cultivó su erudición, desarrolló su habilidad versificadora y brilló su vivaz inteligencia.

Estos dones excepcionales despertaron admiración y afectos, pero también envidia e intrigas. Ahí se inició una batalla que habría de librar el resto de su vida contra las mentes pequeñas y prejuiciosas que no veían con buenos ojos que una mujer tuviera curiosidad intelectual y pensamiento independiente.

Cansada de la frivolidad y confabulaciones de la corte, optó por la vida conventual, donde podía tener el tiempo y la tranquilidad para realizar su trabajo intelectual, que la llevó a convertirse en la figura más relevante de las letras hispanoamericanas del siglo XVII. Marcada por la influencia del barroco español, presente en su vasta obra lírica y dramática, conservó, sin embargo, una profunda originalidad en toda su producción literaria.

No siempre encontró la paz que buscaba, ya que su poderosa inteligencia y personalidad eran un imán irresistible para intelectuales y poetas, como Luis de Góngora y Carlos de Sigüenza y Góngora, quienes eran asiduos vistantes a su celda. Al igual que el nuevo virrey, marqués de la Laguna y su esposa, la condesa de Paredes, con quien estableció una profunda amistad.

Llegó a conjuntar una nutrida biblioteca y una colección de instrumentos científicos con los que realizaba experimentos, así como instrumentos musicales. Abarcó prácticamente todos los géneros, desde la poesía y el teatro, obras musicales y ensayos filosóficos.

Ayer tuvimos la oportunidad de hacer un recorrido con el cronista de la Catedral, don Carlos Vega, quien además es un estudioso de Sor Juana. Visitamos lugares donde vivió y calles que caminó, acompañados por la lectura de fragmentos de la obra de la prodigiosa mujer que son totalmente vigentes.

En la Catedral recordamos cuando asistió con los virreyes marqueses de Mancera a la consagracación del recinto el 22 de diciembre de 1667. Sor Juana dejó testimonio de la festividad. En Palacio Nacional el director teatral Francisco Hernández rememoró los días que Sor Juana habitó en este lugar, donde escribió varias obras de teatro, género al que le dedicó gran parte de sus trabajos.

Varias de sus obras se representaron aquí, incluso cuando ya vivía en el convento. En los jardines don Carlos leyó sus poemas de amor y desamor con esa emoción viva en la piel, caminamos al templo de Santa Teresa la Antigua, en la cercana calle de Leandro Valle. Ese fue el primer convento en que profesó Sor Juana, de reglas tan severas que enfermó y tuvo que salirse. Poco tiempo después ingresó al convento de San Jerónimo en donde habría de acabar su vida y nuestro recorrido.

La comida fue en Zefiro, el restaurante escuela de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Ocupa una bella mansión neoclásica que fue la celda de la opulenta marquesa de Selva Nevada. La construyó el arquitecto Manuel Tolsá. Se ubica en San Jerónimo 24 o puede entrar por la calle de Regina.

La comida es con ingredientes mexicanos en preparaciones novedosas. Un buen inicio es el tlacoyo de haba verde con filete de res. Si prefiere sopa, la de la milpa es deliciosa y de plato fuerte la lengua de res al vacío, en un espejo de salsa verde o el pulpo al ajillo con mejillones lo dejaran feliz y si cierra con el pastel tibio de chocolate con helado de rompope y cremoso de cocoa, la felicidad será total.