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En los campos de Estados Unidos, 80% de jornaleras reporta abusos sexuales, según estudios

Trabajadores de Immokalee, en defensa de la dignidad de la mujer

Integrantes de la coalición protestan en las oficinas de la cadena de comida rápida Wendy’s

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Integrantes de la coalición de Trabajadores de Immokalee realizaron ayer una marcha encabezada por mujeres en el centro de Manhattan, Nueva York, a las puertas del edificio de lujo donde se ubican las oficinas de Nelson Peltz, presidente de la junta directiva de la cadena Wendy’s, que a diferencia de sus competidores como McDonald’s y Burger King, se niega a sumarse al Programa de Comida Justa que, entre otras cosas, lucha por elevar el ingreso de jornaleros dedicados a la cosecha de jitomate en Florida y otros estadosFoto David Brooks
 
Periódico La Jornada
Martes 21 de noviembre de 2017, p. 29

Nueva York.

Como parte de su incesante y exitosa campaña nacional para lograr que las empresas de la rama alimentaria se sumen al Programa de Comida Justa, la cual incluye protecciones contra el hostigamiento sexual de las trabajadoras (tema que hoy ocupa la atención nacional), la Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW, por sus siglas en inglés) marchó junto con sus aliados a las oficinas del presidente de la junta de directores de Wendy’s en esta ciudad.

Después de 10 días de foros y reuniones con estudiantes, trabajadores y religiosos en diferentes partes de Nueva York, donde también circuló su exhibición móvil Cosecha sin violencia, esta gira culminó con una marcha encabezada por jornaleras de la coalición de un Wendy’s en el centro de Manhattan a las puertas del edificio de lujo donde se ubican las oficinas de Nelson Peltz, presidente de la junta directiva de la cadena.

Además de decenas de integrantes de la CIW –conformada en su mayoría por inmigrantes mexicanos, centroamericanos y caribeños– se sumaron cientos de religiosos, trabajadores (entre ellos taxistas), estudiantes y activistas de la región de Nueva York.

La cadena de comida rápida Wendy’s, a diferencia de casi todas sus competidoras como McDonald’s y Burger King, rehusa sumarse al Programa de Comida Justa (FFP, por sus siglas en inglés) la cual además de establecer normas y elevar el ingreso de los jornaleros dedicados a la cosecha de jitomates en Florida y otros estados, también establece un código de derechos humanos que incluye la cero tolerancia al hostigamiento sexual de las trabajadoras.

De hecho, en lugar de firmar el acuerdo –como lo han hecho unas 14 cadenas nacionales que usan el jitomate cosechado en Florida en sus tiendas– Wendy’s ahora está comprando jitomate de México, donde no tiene que sujetarse a normas laborales ni atender la violencia sexual en los campos, acusa el CIW.

“Queremos que Wendy’s no siga apoyando la violencia contra la mujer, que no se sigan aprovechando de las trabajadoras, que no sigan negociando con la dignidad de los seres humanos”, afirmó Guadalupe Gonzalo, integrante de la delegación de mujeres de la CIW que viajó a Nueva York. El FFP es la solución al abuso sexual que padecen los trabajadores agrícolas, subrayó la jornalera originaria de Guatemala en entrevista con periodistas durante la acción de protesta.

El FFP de la coalición ha sido premiado por la Casa Blanca (obviamente no por el actual ocupante, sino por el anterior) y varias fundaciones y organizaciones de derechos humanos y civiles (el Centro Robert F. Kennedy, el Franklin D. Roosevelt, Iniciativa Global Clinton) y elogiado por la Organización de las Naciones Unidas, la Harvard Business Review y medios nacionales, entre otros, como una incitativa innovadora que está transformando las condiciones de trabajo de los jornaleros en los campos de Estados Unidos.

En el transcurso de la semana anterior, junto con la exhibición móvil de Cosecha sin violencia, representantes de la CIW realizaron foros e intercambios con comunidades religiosas, estudiantes, organizaciones de trabajadores inmigrantes como la Alianza de Taxistas de Nueva York, entre otros.

Esta campaña nacional de la CIW, encabezada por sus mujeres a lo largo de los meses recientes, ha cobrado mayor atención ante la ola de denuncias sobre el hostigamiento y abuso sexual por hombres poderosos que ha inundado a Hollywood, el mundo de los medios, el ámbito político de Washington y más, detonando un debate nacional sin precedente sobre el tema. En los campos de este país, según algunas investigaciones, 80 por ciento de las jornaleras reporta abusos sexuales. El FFP es considerado el programa más efectivo en su sector de prevención de ese tipo de abuso.

Gonzalo afirmó que en estos momentos en que el tema se ha vuelto nacional, con el FFP ahora podemos trabajar con dignidad, podemos hablar, defender nuestros derechos y tener justicia en nuestro trabajo. Informó que buscaron sin éxito un diálogo con Peltz y otros directivos como hijos de madres, hombres de familia, pensando que tendrían ese corazón, pero se siguieron negando abrir la puerta. Y eso que ellos tienen una mujer como su marca, señala, Por eso vamos a seguir protestando, y aumentando las alianzas con otros sectores, como los estudiantes y líderes religiosos, para presionar a Wendy’s.

El New York Times, en un reciente editorial sobre el estallido del debate nacional en torno al abuso y hostigamiento sexual, al abordar cómo todo esto debería cambiar la cultura nacional, y no sólo en lugares privilegiados como Hollywood y Washington, sino en todos los sitios de trabajo, identifica al FFP como un modelo a seguir. “Algunas de las empresas más grandes de la nación están procediendo en la dirección correcta. Por ejemplo, McDonald’s, Burger King, Aramark y Walmart han firmado un programa que requiere que los cultivadores de jitomate se adhieran a un código de conducta que prohíbe el hostigamiento y asalto sexual de los jornaleros y ofrece un sistema claro para que los 30 mil trabajadores de estos cultivadores puedan registrar quejas. Catorce empresas son parte del programa; muchas más deberían sumarse”, opinó el Times.

La campaña en torno a Wendy’s ahora incluye un boicot nacional a sus productos y el apoyo de decenas de organizaciones nacionales religiosas, sindicales, estudiantiles y de defensa de derechos humanos y de decenas de miles de simpatizantes.

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