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Protagonizada por Ricardo Kleinbaum, se escenifica en el Castillo de Chapultepec

Imperio, episodio de traición y engaño en la historia de México

En 70 minutos se reconstruyen los últimos tres días de Maximiliano de Habsburgo

Se muestran los claroscuros de un hombre que se cuestiona si no abdicar fue lo mejor

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Ricardo Kleinbaum personifica al emperador, quien en su celda entiende que la muerte no es lo peor que puede ocurrirFoto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Jueves 23 de noviembre de 2017, p. 7

Tres días antes de su fusilamiento, hace 150 años, Maximiliano de Habsburgo reflexiona sobre su vida y se arrepiente, pero también juzga a quienes lo traicionaron y engañaron. El segundo imperio mexicano está por caer.

Esta es la trama de la obra Imperio, la cual reconstruye en 70 minutos los momentos finales de uno de los capítulos más apasionantes del siglo XIX de nuestra historia. Ricardo Kleinbaum la protagoniza las noches del sábado, en el Castillo de Chapultepec, donde se escenifica desde 2013.

Sin prejuicios falsamente patrióticos y con interés en las circunstancias de los personajes marcados por la tragedia, la obra sumerge en un enigmático episodio de historia y ficción en el que los mexicanos desconfiaron de su propia capacidad para gobernar el país, explicó el actor, protagonista de la obra, quien exhibe los claroscuros del personaje cuando espera su final en la celda de un convento en Querétaro.

En Imperio, obra adaptada y dirigida por Rodrigo González, basada en la novela homónima de Héctor Zagal, y con música original en vivo de Alonso J. Burgos, Maximiliano toma conciencia de su vida antes de que termine, se siente engañado y traicionado, además estaba muy enfermo. Si no lo hubieran fusilado, de todas formas habría muerto por el padecimiento venéreo que tenía desde hacía tiempo.

Además, prosiguió Ricardo Kleinbaum, el emperador era un hombre muy culto, con ganas de hacer el bien, pero la vida se le vino encima y en sus tres últimos días trata de encontrar sentido a lo que pasa para que su muerte sirva de algo.

En esa trágica realidad, el emperador se cuestiona cuánto vale la pena vivir, cuáles son sus opciones; si no haber abdicado fue la mejor idea para no tener que enfrentarse a la ira de su madre, a la burla de su hermano o enfrentar en Europa las críticas por el hecho de que un Habsburgo haya sido expulsado a machetazos por un zapoteca.

Ahí, el emperador entiende que la muerte no es lo peor que puede pasar en la vida, sino que existen cosas peores y él se lo cuestiona.

El momento en que sucede el monólogo y la ejecución de la música tienen mayor sentido con la gran escenografía que significa el Castillo de Chapultepec, pues llegar de noche a este inmueble histórico en pleno bosque, es el mejor escenario que pudimos encontrar.

La iluminación, agregó, también permite que los espectadores recorran el lugar antes de la función. Ahora trabajamos para que nos permitan abrir algunas de las colecciones y extender aún más el paseo nocturno.

Con la recreación de los últimos momentos de Maximiliano, agregó Kleinbaum, se trata de acercar al público a la historia, la lectura y al teatro para reflexionar sobre cómo trascienden nuestras decisiones y mostrar que somos protagonistas de ella.

A la par que Imperio tiene presentaciones en el histórico inmueble de Chapultepec, el actor Ernesto Godoy representa el monólogo en diversos recintos de la República.

Las funciones en el Castillo de Chapultepec son los sábados a las 20 horas, hasta diciembre. Después del cierre del bosque, en la Primera Sección, el acceso es sólo por la puerta-pasillo del Metro y en caso de llevar auto el ingreso es por la puerta de Los Leones.