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Sus barbaridades funcionan como distractor mientras desmantela el estado de bienestar

Avanza en EU la imposición de la agenda neopopulista de Trump

Ante militares veteranos indígenas, el presidente llama Pocahontas a una senadora demócrata

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ayer durante un homenaje a militares veteranos de la nación indígena navajo, en el Salón Oval de la Casa Blanca, y en la que se le ocurrió hacer una broma sobre la senadora demócrata Elizabeth Warren, a quien llamó Pocahontas, comentario que en vez de risas provocó silencio entre los asistentes a la ceremoniaFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 28 de noviembre de 2017, p. 23

Nueva York.

El día comenzó con la usual muestra estratosférica de vanidad presidencial y descalificación de los medios, distrayendo como siempre de la ofensiva republicana para desmantelar lo que queda del estado de bienestar social y trasladar cada vez más el tesoro del país a la cúpula económica.

Donald Trump tuiteó esta mañana: deberíamos realizar un concurso sobre cuáles de las cadenas, además de CNN y sin incluir a Fox, es la más deshonesta, corrupta y/o más distorsionada en su cobertura política de tu Presidente favorito (Yo).

A la vez, Trump y el liderazgo republicano están enfocados en promover y aprobar la propuesta legislativa para reducir los impuestos a los más ricos y a las empresas, y reponer esos ingresos mediante recortes a programas sociales; aunque por supuesto lo venden como si esto fuera lo mejor para todos. Al anunciar que el proyecto de ley está avanzando con gran apoyo, Trump tuiteó que con algunos cambios la clase media y los generadores de empleo tendrán más dinero en sus bolsillos. No mencionó que se espera que casi ningún demócrata apoye la versión actual, y que no tiene garantizados los votos republicanos necesarios en el Senado.

Todos los informes y análisis del propio Congreso respecto de las propuestas coinciden en afirmar que el más beneficiado será el sector más rico del país.

Varios observadores críticos señalan que la cúpula republicana, junto con Trump, esencialmente están llevando a cabo lo que el corresponsal económico del Financial Times, Martin Wolf, ha bautizado pluto-populismo, doctrina que promueve políticas que benefician a plutócratas, justificadas con retórica populista. Wolf advierte que si las propuestas actuales sobre impuestos son aprobadas, las tensiones dentro de Estados Unidos seguramente empeorarán, porque promueven mayor desigualdad económica. Concluye que el Estados Unidos que el mundo conocía, hoy se está ahogando en una marea de avaricia desmesurada y aparentemente ilimitada. Ahora todos estamos condenados a vivir con las infelices consecuencias.

Mientras tanto, Trump continuó mostrando su gran capacidad para ofender e insultar, aun cuando esa no sea su intención. Este lunes, en una ceremonia en la Casa Blanca para honrar a veteranos militares de la nación indígena navajo, comentó: “yo nada más les quiero agradecer porque son gente muy, muy especial. Ustedes estaban aquí mucho antes de que cualquiera de nosotros estuviera, aunque tenemos a una representante en el Congreso que ha estado aquí durante mucho tiempo, más que ustedes (…) la llaman Pocahontas”. Su broma provocó silencio entre los invitados.

Trump, quien suele poner apodos a sus enemigos, se ha referido a su feroz crítica demócrata, la senadora Elizabeth Warren, con ese nombre de la famosa figura indígena del siglo XVII. La congresista respondió poco después: es profundamente desafortunado que el presidente de Estados Unidos no pueda encabezar una ceremonia para honrar a estos héroes sin tener que sacar una ofensa racial.

Por otro lado, Trump también ha insistido en respaldar al juez Roy Moore, candidato republicano al Senado federal por Alabama, quien ha sido acusado de abuso sexual por cuatro mujeres, una de las cuales tenía 14 años cuando fue hostigada por el entonces fiscal. Aunque este lunes la Casa Blanca anunció que Trump no acompañaría a Moore en actos de campaña, el presidente afirmó el domingo que era inaceptable un triunfo del contrincante demócrata, quien tendría posiciones débiles sobre el crimen y la frontera, entre otros; o sea, apoyó implícitamente a Moore. Sin embargo, líderes republicanos en el Congreso han afirmado que se trata de un asunto moral, y no político, y prefieren que Moore sea sustituido de último momento por otro candidato.

Pero mientras los disparates de Trump continúan captando la atención nacional casi todos los días, y a pesar de que aún no ha podido obtener un triunfo legislativo mayor desde que llegó a la Casa Blanca, su gobierno está realizando cambios dramáticos, algunos de ellos con consecuencias que perdurarán mucho después del fin de la era Trump.

Tal vez el de mayor impacto y menos visibilidad es el ritmo acelerado para nominar y ratificar a jueces federales con la intención de transformar a largo plazo la rama judicial del gobierno, misma que hasta ahora ha frenado parte de la agenda del presidente. Algunos consideran que podría llegar a instalar a 30 por ciento de los jueces federales antes del fin de su primer periodo en la Casa Blanca, reporta The Guardian.

En el Departamento de Justicia, el procurador general Jeff Sessions continúa impulsando las medidas antimigrantes, mientras sus modificaciones a políticas judiciales están alarmando a defensores de derechos y libertades civiles, de la comunidad gay y otras minorías.

En el Departamento de Estado hay un éxodo espectacular del cuerpo diplomático veterano, entre ellos algunos de los de más alto rango, dejando lagunas de experiencia e incluso ausencia de los máximos encargados de manejar la política exterior para varias regiones del mundo.

Mientras tanto, junto con el Departamento de Justicia, el Departamento de Seguridad Interna continúa la persecución de inmigrantes en las calles y mediante la anulación de medidas que otorgan protección temporal a cientos de miles, entre ellos los jóvenes conocidos como dreamers. Por ahora, el futuro de los aproximadamente 800 mil jóvenes que llegaron a Estados Unidos siendo niños se mantiene en el limbo después de que Trump decidió suspender el programa ejecutivo conocido como DACA y le pasó la bolita al Congreso, pero ahí se ha quedado estancado el asunto y ahora pocos esperan avances hasta 2018.

A la vez, con toda esta ofensiva antimigrante, el culto a la xenofobia y el incremento en los crímenes de odio por motivos raciales y étnicos, es curioso que Coco, una película de animación ubicada en Mexico y cuyo trasfondo es el Día de Muertos, con música mexicana y voces latinas, sea la cuarta más taquillera en la historia en Estados Unidos durante el puente del Día de Acción de Gracias.

En medio de todo esto, sigue el suspenso sobre la investigación del fiscal especial Robert Mueller a Trump y su entorno, con noticias extraoficiales de que su ex asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn está en negociaciones para cooperar en la indagatoria contra su ex jefe.