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Los usuarios seguiremos usando todas las tecnologías, señaló el escritor argentino

La noción de que el libro digital remplaza al impreso es comercial: Alberto Manguel

El e-book se fortalece y coexiste con el de papel, coincidieron autores y editores reunidos en la FIL

El FCE lanzará obras de Alfonso Reyes y Rosario Castellanos en formato electrónico

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La Caniem informó el pasado martes que la venta de ediciones digitales se incrementó 24 por ciento en 2016 en contraste con el año anteriorFoto Arturo Campos Cedillo
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Todas las alternativas están presentes en los pasillos del encuentro editorialFoto Arturo Campos Cedillo
 
Periódico La Jornada
Domingo 3 de diciembre de 2017, p. 3

Guadalajara. Jal.

En el arte no hay tecnología ni una jerarquía dada por espacio y tiempo. Juan Rulfo no es más ni menos valioso que Homero, opina Alberto Manguel, director de la Biblioteca Nacional Argentina en torno al libro digital.

La tecnología electrónica no es la última: la imaginación no tiene límites. La noción de que una tecnología remplaza a otra es puramente comercial. En lo intelectual, no trabajamos así. Los usuarios vamos a seguir usando todas, explica a La Jornada el escritor nacido en Buenos Aires.

En México el libro electrónico se ha fortalecido y coexiste con la lectura del impreso, a pesar del crecimiento en ventas del primero y su reducción en las ediciones físicas, coinciden autores y editores en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

Manguel, autor de Mientras embalo mi biblioteca, puntualiza: “Leemos en pantalla como leíamos en rollos de papiro. Cada vez que avanzamos, lo hacemos retomando cosas del pasado. Nunca lo olvidamos. No hay tecnología en el arte.

Como dirige esa biblioteca, añade, tengo que interesarme y fomentar la digitalización, los textos virtuales, para los lectores que no pueden visitarla, pero nada me obliga a elegirlos como un lector individual.

Desde el ámbito editorial, Nelly Palafox, subgerente de contenidos editoriales del Fondo de Cultura Económica (FCE), sostiene que el formato electrónico se ha consolidado debido al corto tiempo para su publicación y ser más barato, hechos que no cancelan la lectura en el papel, pues el público aprecia y abraza de manera más inmediata el volumen impreso.

Adelanta el lanzamiento en formato digital de las obras de Alfonso Reyes y Rosario Castellanos, en el proyecto Reyes electrónico y Rosario electrónica, además de la Colección Fondo 2000, con reconocidos títulos en libros de bolsillo sobre literatura, filosofía e historia, cuyo costo será de 7.50 pesos. En suma, el sello publicó 340 libros electrónicos este año.

Así se da solución a problemas como la dificultad de encontrar ejemplares en el caso del ensayista Alfonso Reyes, explica Eduardo Matías, editor de literatura del FCE. El formato es bastante bueno para los lectores y para el autor, porque su obra puede seguir en movimiento y llegando adonde tiene que llegar.

Manguel, por su parte, prefiere las obras del ensayista regiomontano en formato impreso. Sin embargo, asevera: Es muy importante lo que hacen para tenerlo en versión digital con la finalidad de buscar ciertos pasajes. Por ejemplo, estuve buscando un ensayo de él, de los años 30. En la versión que tiene la Biblioteca Nacional Argentina tuve que recorrer los volúmenes. En la versión digital yo lo tendría con facilidad.

En el aspecto económico hay indicios que sostienen la coexistencia del libro impreso y el electrónico, a veces desigual. La Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), a la que el FCE está afiliado, informó el pasado martes que la venta de ediciones digitales se incrementó 24 por ciento en 2016 en contraste con el año anterior, para superar 121 millones de pesos que representan 1.2 por ciento de la facturación de ese sector privado.

Paradójicamente, la facturación total de ejemplares (físicos y digitales) de la industria editorial se redujo 6.5 por ciento respecto del año anterior, tanto en ediciones nacionales (6.6 por ciento) como en las importadas (3.1 por ciento).

Nelly Palafox explica que el libro electrónico se va colocando poco a poco, pero tiene otro ritmo y otros lectores, aunque somos ambidiestros y vamos del electrónico al impreso con facilidad.

Conservadurismo y amor

El narrador Antonio Ortuño destaca el fracaso de las previsiones de sustitución del libro en papel. Hay cierto conservadurismo de los lectores y un amor grande, cultural, por el impreso; además, el formato digital ha estado en manos de programadores, estrategas y personas ajenas a la literatura.

Que una enciclopedia o un libro de consulta sean una aplicación de computadora me parece bien, pero es chistoso que esos programadores no entiendan que de esa manera no se lee un libro, añade el autor de La vaga ambición.

Aun hoy, afirma, la digitalidad ofrece un montón de posibilidades interesantes, que se deben explorar. Es un medio que puede dar mucho, pero todo está por construirse. El libro digital tiene su nicho y el asunto de la convivencia es una decisión de compromiso, pero es la más sensata.

Como una demostración de presencia de lo digital, la FIL de Guadalajara dio cabida a un programa amplio, que explora la comercialización su impacto educativo y la visión de escritores que desarrollan trabajos influidos por nuevos formatos, la presentación de algunas herramientas que miden su impacto, como el proyecto BookScan y la accesibilidad de personas con discapacidad visual.

El FCE se mostró muy interesado en el tema, medido por las participaciones en esa serie de actividades, entre las cuales destaca la charla Leer entre dos mundos: la lectura híbrida (formato digital, formato papel) como un nuevo humanismo, impartida por Nelly Palafox.

La editora recuerda el caso de Minucias del lenguaje, del lingüista José G. Moreno de Alba. Recién publicado, el autor tenía más palabras para sumarse al diccionario. “Como editorial, no podíamos costear nuevas ediciones impresas porque habíamos hecho un tiraje de 2 o 3 mil ejemplares.

La versión digital nos hizo un servicio fabuloso y decidimos hacer un micrositio en Internet gratuito para que el autor agregue las palabras a placer. Comprendemos la naturaleza de estas obras híbridas que van de lo electrónico a lo impreso y viceversa.

Una historia de la civilización, volumen, coordinado por Umberto Eco, refiere Palafox, demuestra la variedad de lectores. Se han vendido unos 20 libros digitales, pero casi se ha agotado la edición de unos 4 mil ejemplares impresos. Los electrónicos tienen mucha fuerza en nuestro catálogo, pero no cancelan al otro, lo complementan.

El gran reto de las editoriales, concluye, es promover las obras que ya se encuentran en versión electrónica, porque luchamos con el centro de copiado, y mostrar que tenemos precios muy competitivos en obras clásicas que están en formato digital.

El FCE cuenta con unos 9 mil títulos impresos y cada que hacen un libro crean su versión digital. Así, cada año publican unas 170 novedades impresas y 340 libros electrónicos, además de las reimpresiones, informa Palafox.