Estados
Ver día anteriorMartes 5 de diciembre de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Impulsor del proyecto logró que lo reconocieran como ejidatario

Construirán planta eólica en tierras de los quilihuas
Foto
Cemex y Pattern Development construirán una planta generadora de energía eólica a un costado de la sierra de San Pedro Mártir, Baja California, hogar de la etnia quilihua, en extinción. Ambas empresas cuentan con el consentimiento de los pobladoresFoto Mireya Cuéllar
La Jornada Baja California
Periódico La Jornada
Martes 5 de diciembre de 2017, p. 30

Ensenada, BC.

Una planta eólica con capacidad de 30 megavatios será construida en tierras de la tribu quilihua, a un costado de la sierra de San Pedro Mártir. Cementos Mexicanos (Cemex) y Pattern Development impulsan el proyecto, representadas por el empresario Pablo Federico Gotffried Blackmore, quien consiguió ser aceptado como ejidatario en el núcleo agrario que aglutina a los descendientes de uno de los cuatro grupos étnicos de Baja California.

El mes pasado, autoridades visitaron el ejido Quilihuas Arroyo de León para constatar que los indígenas estaban de acuerdo con el proyecto, condición indispensable para obtener un crédito de 50 millones de dólares que, según el Banco para el Desarrollo de América del Norte (DBAN), fue solicitado por la empresa Fuerza Eólica San Matías S de RL de CV, constituida en 2014 por Cemex SAB de CV y Pattern Development.

Gotffried Blackmore informó en entrevista vía correo electrónico que están en negociaciones con provedores de equipo y servicios de construcción, y que se prevé usar deuda y capital para financiar la construcción.

El proyecto constará de ocho aerogeneradores que producirán unos 100 gigavatios/hora, equivalentes al consumo anual de 13 mil 783 hogares, que serán comercializados a usuarios privados, de acuerdo con el BDAN.

La construcción de la planta concluirá en 2018. El banco publicó que iniciaría operaciones ese año, pero Pablo Federico Gotffried aclaró que el proceso de reforma estructural en el sector eléctrico y las transiciones resultantes en el mercado contribuyeron a dilatar el programa de desarrollo del proyecto.

Aguardaron más de 20 años

El proyecto se gestó hace más de dos décadas; el resumen de la manifestación de impacto ambiental publicada en octubre de 2010 por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales señala que el 29 de mayo de 1994 hubo una promesa de arrendamiento por parte de la comunidad indígena –que está al borde de la extinción–, y en noviembre de 2013 se firmó un contrato para ceder los derechos de vía en 240 hectáreas mediante un esquema de renta.

En 2014, cuando entró en vigor la reforma energética y se abrió la posibilidad de inversiones privadas en la generación de energía, Cemex y Pattern Development crearon Fuerza Eólica San Matías, mediante la cual proyectan alcanzar casi 1 por ciento de la generación bruta de electricidad en Baja California.

La entidad depende del suministro de la red independiente correspondiente a la zona 8 del país. Además de los aerogeneradores, el proyecto incluye una subestación de interconexión con líneas de transmisión subterráneas que se conectará a una línea de transmisión de 115 kV de la Comisión Federal de Electricidad.

La empresa afirma que generará energía limpia, sin combustibles fósiles, y que el proyecto, cuya vigencia se calcula en 30 años, se pagará –junto con el crédito– con los ingresos que se obtengan de la distribución de energía eléctrica.

Iban por todo el territorio

Elías Espinoza Álvarez, jefe de los quilihuas y uno de los 51 ejidatarios del área, ubicada 153 kilómetros al sur de la frontera, recordó que inicialmente el contrato indicaba que nosotros cedíamos las 27 mil 910 hectáreas a la empresa para que ella hiciera lo que quisiera dentro de estas tierras con nosotros, pero se ajustó a 240 hectáreas, de las cuales sólo 10 serán ocupadas por instalaciones y el resto será área de amortiguamiento.

La población está de acuerdo con la eólica porque recibe una renta trimestral por la ocupación del predio, y hay un acuerdo con la empresa para que apoye a la comunidad, dijo Espinoza Álvarez, quien aclaró que para llegar a esto él debió exigir que se modificaran los términos iniciales, con apoyo del comisionado para el diálogo con los pueblos indígenas, Jaime Martínez Veloz.

Casi 20 años después de que se concibió el proyecto, los quilihuas comenzaron a recibir la renta y la garantía de que mantendrían su territorio. Elías Espinoza explicó que sólo unos 20 ejidatarios forman parte de su etnia, la más pequeña de Baja California.

Acotó que cuando se hizo el primer contrato, la mesa directiva del ejido estaba integrada por no indígenas (a quienes llama blancos) y gracias a que trascendió el descontento por los términos, fue llamado por la Secretaría de Gobernación junto con el comisariado y el representante de la empresa para que se respetaran los derechos de la comunidad.

Agregó que este mes se iniciará el retiro de especies vegetales que serán trasladadas a viveros.

Gotffried Blackmore sostuvo que el interés de la empresa por el territorio fue malinterpretado. Hubo un periodo de confusión hace unos años, pero ese tema ya fue aclarado. El contrato de arrendamiento es para ocupar una superficie de 10 hectáreas, dentro de un polígono de amortiguamiento ambiental de aproximadamente 240, del cual la empresa no tiene posesión y donde el ejido puede continuar realizando cualquier actividad que no impida la operación segura de la central eólica.

Aseguró que es parte de la mesa directiva ejidal porque lo invitaron y cumple todos los requisitos constitucionales. La planilla de ejidatarios que formamos la asamblea ejidal está compuesta por un grupo variado de personas que provienen de varias regiones del estado, en mi caso de otra región del país, y algunos residen en Estados Unidos.

Aseguró que su incorporación a la mesa directiva fue avalada de manera unánime por los ejidatarios. Pablo Gotffried fue el último en comprar su derecho agrario, por 1.5 millones de dólares, según Elías Espinoza.