Vecinos que integran la organización Damnificados Unidos de la Ciudad de México realizaron una protesta frente a la sede del Senado, en Paseo de la Reforma y Antonio Caso, donde leyeron una carta dirigida a embajadores y al cuerpo diplomático de países que donaron recursos para atender la contingencia por el sismo, los cuales, hasta la fecha, ninguna autoridad los ha entregado.

Es pertinente denunciar que a más de dos meses del terremoto estas donaciones no han sido distribuidas y no conocemos a detalle cómo funcionará su administración, tampoco sabemos qué criterios de transparencia y rendición de cuentas serán utilizados para su aplicación, señalaron afuera del recinto legislativo, donde se realizó una sesión solemne para agradecer los donativos procedentes del extranjero.

Señalaron que después del sismo la ayuda trascendió fronteras; gobiernos de distintas naciones y personas en lo particular apoyaron con recursos humanos, materiales y económicos.

No queremos que las donaciones, que amablemente fueron aportadas, sean desviadas en perjuicio de quienes necesitamos de toda la ayuda posible para poder estar otra vez dentro de nuestros hogares, expusieron tras rechazar de manera tajante los créditos blandos y la redensificación como soluciones para recuperar sus viviendas.

Al grito de Dónde esta el dinero que el mundo nos donó, el grupo de damnificados procedentes de ocho delegaciones afectadas por el sismo del pasado 19 de septiembre, se pronunciaron porque las tareas de reconstrucción y reforzamiento de los inmuebles dañados sean cubiertas con recursos públicos y con los donativos de particulares.

Exigieron un proceso digno de reconstrucción, reparación y reforzamiento de sus viviendas, afirmaron que no están dispuestos a pagar por lo que ya pagaron durante años.

También reiteraron su rechazo a la recién aprobada Ley de Reconstrucción, la cual, añadieron, se realizó sin consultar a los afectados, a quienes convierte en botín de las empresas inmobiliarias.

Rechazamos tajantemente esa ley y acudiremos a instancias nacionales e internacionales de derechos humanos para usar todos los recursos posibles para impugnarla hasta lograr su derogación, advirtieron.

Ante ello, pidieron el apoyo de la comunidad internacional para que los ayude en esta labor y lograr así una “reconstrucción que verdaderamente tome en cuenta las necesidades de quienes perdimos total o parcialmente nuestro patrimonio.

La historia ha demostrado que el mundo se puede unir ante la adversidad. En diferentes épocas marcadas por la injusticia y la catástrofe, el carácter solidario de los ciudadanos del mundo ha rebasado a la apatía y la corrupción. Buscamos que esta vez no sea diferente, por nuestras vecinas y nuestros vecinos que perdieron la vida, así como por quienes no sabemos qué va a pasar con nuestros hogares, expusieron.