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Realiza gira por México

Mi método para triunfar fue el odio a perder: Phelps
 
Periódico La Jornada
Lunes 11 de diciembre de 2017, p. a39

Michael Phelps, el hombre que ha conquistado más medallas olímpicas en la historia, odiaba perder. Esa sensación era más poderosa incluso que la de ganar. Por eso toda su vida se esforzó para evitarlo.

Anoche, el Tiburón de Baltimore reivindicó su vocación de triunfador durante un acto que forma parte de una breve gira por Ciudad de México.

Phelps parece un hombre atemperado, al que el retiro le otorga un aura de relajación que comparte con sus fanáticos. Hace un año apenas, en Río 2016, se despidió de las piscinas al romper el número de preseas que un competidor ha logrado en Juegos Olímpicos: 23 de oro, 28 en total.

A veces tengo que pellizcarme para convencerme de todo lo que sucedió en mi vida, dijo un sonriente Phelps; lo que más extraño de aquella vida de competencias es representar a mi país y subir al podio para escuchar el himno nacional. Hoy vivo una transición, mi vida actual es muy distinta a la de Río 2016 o Londres 2012.

Desde pequeño quiso hacer cosas en grande, cuenta el ex nadador. En los Juegos de Sindey 2000 acudió con sólo 15 años de edad. No ganó nada, pero consiguió un honroso quinto lugar. Eso fue vergonzoso para el atleta, quien se obsesionó con mejorar sus marcas. Un año después sería el nadador más joven en imponer un récord en un Mundial.

Desde pequeño admiré a gente destacada, como Michael Jordan, confesó; me convencí de que nada es imposible: yo quise replicar a mi ídolo del basquetbol, pero en mi deporte. Mi inspiración fueron mis metas desde niño y poco a poco fueron creciendo y cumpliéndose.

¿Cómo era lidiar entonces con la presión por luchar contra la derrota? Muy simple. Michael Phelps tuvo en su madre a una pedagoga inflexible. Sólo lo arrojaba al agua sin preguntar.

No tuve tiempo de pensar en la presión, sólo entraba al agua y me acostumbré a ello, recordó; “además mi entrenador Bob Bowman quien me enseñó una idea fundamental, me enseñó que no existe la frase no puedo. Abandoné desde chico esa idea para siempre”.